Castel, el principal se?alado de la debacle copera del M¨¢laga

El M¨¢laga volvi¨® a estrellarse en Copa. Un a?o m¨¢s, el club tir¨® por el sumidero su participaci¨®n en la competici¨®n del KO ante un rival claramente inferior. El Estepona de Oriol Riera prepar¨® mejor el encuentro y le puso bastante m¨¢s coraz¨®n y actitud. El resultado fue una justa victoria en la pr¨®rroga (3-2) y una eliminaci¨®n que supone un enorme borr¨®n para este M¨¢laga de Sergio Pellicer.

Este doloroso traspi¨¦ empa?a parte del excelente trabajo que viene realizando el t¨¦cnico desde la temporada pasada (¡°soy el m¨¢ximo responsable. Es uno de los d¨ªas m¨¢s tristes que he vivido como entrenador¡±, confesaba el preparador blanquiazul) y tambi¨¦n deja en muy mal lugar a muchos de los menos habituales en este arranque de temporada. Entre ellos, Sergio Castel, seguramente el principal se?alado de la debacle copera. El delantero fue suplente. La punta del ataque la ocup¨® de entrada Baturina, que marc¨® su primer gol oficial del curso para poner el 0-1.

Castel ingres¨® en el campo en el 77¡ä con el encuentro empatado a uno. Relev¨® a Baturina, pero su aportaci¨®n fue m¨ªnima hasta que vio la roja en el 111¡ä, con el marcador 2-1, por golpear a un rival. Tras el encuentro, Pellicer se mordi¨® la lengua pero dej¨® entrever su cabreo y que deportivamente no le saldr¨¢ gratis a Castel su autoexpulsi¨®n y su p¨¦simo paso por el partido: ¡°Voy a opinar de puertas adentro, es muy importante el respeto. Tarda much¨ªsimo en ganarse y se pierde muy r¨¢pido, como en todo en la vida. De puertas para adentro hablaremos. El primero que se equivoc¨® soy yo. Los jugadores son los protagonistas y los que nos tienen que conseguir el objetivo, est¨¦ quien est¨¦. No voy a comentar m¨¢s, s¨®lo de manera interna. Lo hablar¨¦ en el vestuario¡±.

El colegiado del choque, Cid Camacho, decidi¨® mostrarle la tarjeta roja directa ¡°por golpear con su mano en la cabeza de un adversario con uso de fuerza excesiva, estando el bal¨®n en juego pero no a distancia de ser jugado¡±. Seg¨²n la normativa, Castel deber¨¢ cumplir su castigo en la misma competici¨®n, la Copa del Rey, siempre y cuando la sanci¨®n no alcance o supere los cuatro encuentros. En ese caso, deber¨ªa cumplir el castigo en los partidos de Liga y se perder¨ªa los pr¨®ximos compromisos del equipo blanquiazul.

El delantero es consciente de su grave error y de que perjudic¨®, y mucho, al equipo con su autoexpulsi¨®n. De hecho, pidi¨® perd¨®n tras el encuentro en el vestuario: ¡°?l lo sabe. ?l sabe que no lo ha hecho bien. Ha pedido perd¨®n en el vestuario, sabe que son cosas que no pueden pasar, un futbolista tiene que tener cabeza. Lo reconoce. ?l lo reconoce en ese sentido. Ha pedido perd¨®n en el vestuario y ya est¨¢. Queda aqu¨ª, no queda m¨¢s, ya ¨¦l sabe que eso no volver¨¢ a pasar y ah¨ª se queda¡±, explic¨® Manu Molina tras el partido.

Muchos cambios sin efecto

Pellicer aprovech¨® el partido de Copa para hacer rotaciones y dar minutos a futbolistas como Murillo, Moussa, Sangalli, Lobete o Baturina. De todos ellos, s¨®lo el ariete cumpli¨® con lo esperado anotando el primer gol del encuentro. Los dem¨¢s no dieron ning¨²n motivo a Pellicer para que se plantee su ingreso en el once inicial en los pr¨®ximos envites.

En el caso de Sangallli, llueve sobre mojado. El centrocampista sigue si dar una versi¨®n m¨ªnimamente aceptable desde que fich¨® por el equipo blanquiazul la pasada temporada. Oportunidades ha tenido muchas, pero su rendimiento est¨¢ siendo muy deficitario.

Caso diferente es el de Moussa, que est¨¢ reci¨¦n salido de un largo periodo de lesi¨®n y su inactividad le pes¨®. Su actuaci¨®n tiene mayor cuota de disculpa que la de la inmensa mayor¨ªa de sus compa?eros.

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