Susto y empanada del City

Una primera parte de ensue?o no le bast¨® al Manchester City para tomar la ciudad de Leipzig. Fue durante la primera mitad la m¨¢quina engrasada que acostumbra a ser el conjunto dirigido por Pep Guardiola, pero permiti¨® resucitar en la segunda mitad de los octavos de Champions a un Leipzig que tambi¨¦n supo aprovechar su momento y termin¨® cerrando el primer pulso de dos con un 1-1 que le permite viajar con todas las opciones al Etihad. Fueron dos planteamientos que, uno en la primera y otro en la segunda mitad, supieron golpear para mantener abierta una eliminatoria que se decidir¨¢ en Inglaterra en tres semanas.

A priori, el pulso del Leipzig al City dur¨® exactamente cinco minutos. Fue el tiempo que el conjunto alem¨¢n fue capaz de generar recuperaciones ante un City que comenz¨® a adue?arse del partido y, poco a poco, fue encerrando en su ¨¢rea a los locales. Fue entonces cuando se termin¨® viendo que una propuesta se impuso a la otra en todas sus facetas. Mientras los de Pep fueron mareando y moviendo al Leipzig de un lado a otro, los locales perdieron de vista el cuero y, justo cuando la quer¨ªan sacar jugada, cometieron el error que les conden¨®: Schlager err¨® en la salida de bal¨®n, Grealish la filtr¨®, G¨¹ndogan la roz¨® y Mahrez, solo ante Blaswich, no perdon¨®. Fue la consecuencia directa de una posesi¨®n que, por momentos, super¨® el 80 por ciento para los mancunianos. Imponente. Aunque Haaland, incrustado entre centrales, no entrase en juego.

Tuvo que ser m¨¢s valiente el Leipzig y se atrevi¨® en los compases finales del primer tiempo, eso s¨ª, sin llegar a intimidar a Ederson en ning¨²n momento. La cosa cambi¨® en el segundo tiempo, con un RB que se comenz¨® a asociarse en territorio hostil ante la pasividad del City, fue acerc¨¢ndose a Ederson y, tras avisar por medio de Henrichs, Andr¨¦ Silva e ingresando a Nkunku, obtuvo la recompensa. Ederson midi¨® mal un centro de Halstenberg que Gvardiol, apoy¨¢ndose levemente en Ruben Dias, cabece¨® al fondo de la red para volver a meter en la eliminatoria a los suyos. Quiso reaccionar el City. Pudo. Incluso sin que Pep no moviese el banquillo en todo el partido. La tuvo Haaland. Pero en su ¨²nica aparici¨®n ante (el imperial) Blaswich no moj¨®. Decide el Etihad.