Puntualidad brit¨¢nica
Tres de los seis tantos de Bellingham han llegado en los ¨²ltimos nueve minutos de los partidos. Aparece (casi) siempre a tiempo. Sin sus goles, el Madrid tendr¨ªa ocho puntos menos.
Brazos abiertos, abrazando a la grada. Una explosi¨®n de alegr¨ªa cuando el reloj se quedaba sin arena y el c¨¢ntaro de hierro del Union Berlin parec¨ªa ser de diamante. Un gol a tiempo y victoria. Uno m¨¢s, una m¨¢s. Seis y seis. Los triunfos del Real Madrid en su pleno particular y los tantos anotados por Jude Bellingham (20 a?os), el artista que firma ese paisaje. Una celebraci¨®n por noche de promedio, pues s¨®lo ante la Real se qued¨® a cero. El doblete en Almer¨ªa es el contrapeso. Y una realidad que no por evidente y ya habitual pierde resonancia: el de Stourbridge (casi) siempre aparece. Y lo hace a tiempo, puntual a su cita, cuando muchos tienen los brazos a ras del suelo. El 50% de sus goles han llegado del 81¡ä en adelante. De la zona Cesarini a la zona Bellingham.
Aterrizado como un todocampista, Bellingham est¨¢ elevando su dimensi¨®n. Ancelotti divis¨® en ¨¦l un mediapunta a trav¨¦s del cual canalizar el f¨²tbol del equipo blanco, pero Jude ha subido la apuesta. Cuando hay que tener cabeza fr¨ªa y coraz¨®n caliente, cuando los partidos se ganan a mordiscos, m¨¢s por decreto y vocaci¨®n que por l¨®gica, ah¨ª est¨¢ el 5, que est¨¢ firmando un inicio de carrera de blanco de diez. ¡°Ha nacido para jugar en el Real Madrid¡±, resum¨ªa Nacho, capit¨¢n por brazalete y esp¨ªritu, con conocimiento de causa. Ya lo sabe el Union, que hab¨ªa atado en corto a la bestia ¡°durante 93 minutos y 50 segundos¡±, hasta que lleg¨® un ¡°gol con un poco de efecto ping pong¡±. As¨ª lo describi¨® Urs Fischer, con la media sonrisa de quien mastica la derrota con elegancia y resignaci¨®n.
Pero ni lo casual es casualidad con Bellingham. Chut¨® Valverde con el alma y m¨¢s que tenis de mesa pareci¨® un pinball. Y el ingl¨¦s fue quien m¨¢s quiso el gol, como tambi¨¦n lo quiso en Getafe, cuando olfate¨® el rechace al disparo de Lucas para rascar otra victoria cuando la alarma ya anunciaba el final de clase. Dos goles de oportunista y rat¨®n de ¨¢rea. En el 94¡ä ajustici¨® al Union, en el 95¡ä al Geta. Y completa su idilio con las victorias ag¨®nicas en Bala¨ªdos, en el 81¡ä al Celta. En esta ocasi¨®n con un cuerpeo de especialista. Eso que se le presupone a otros y no a Bellingham, pero se est¨¢ doctorando.
Seis goles, ocho puntos
El Real Madrid est¨¢ haciendo funambulismo en este inicio de temporada y la red est¨¢ siendo su nueva -con permiso de Vinicius- estrella. El pleno al seis no ser¨ªa tal sin Jude, cuyos tantos han supuesto ocho puntos m¨¢s en el casillero blanco. De hecho, solamente el primero, en San Mam¨¦s al Athletic, no fue decisivo en el puntaje. Rodrygo abri¨® el marcador y el internacional ingl¨¦s lo cerr¨®. Un 0-2 que habr¨ªa sido victoria sin su aparici¨®n, pero no as¨ª los partidos contra el Almer¨ªa (1-3, hizo doblete), Celta (0-1), Getafe (1-0) y Union (1-0). Cinco tantos en cuatro partidos que han supuesto convertir cuatro empates en triunfos. Sin los abrazos a la grada de Bellingham, el Madrid llevar¨ªa seis puntos menos en Liga y dos en Champions. Son c¨¢balas hipot¨¦ticas, pero la hip¨®tesis gana fuerza cuando el gol decisivo llega cuando el ¨¢rbitro tiene el silbato en la boca. De un comienzo impoluto con 18 puntos de 18 posibles entre todas las competiciones, a 10 de 18. En el f¨²tbol, entre la certeza y la duda hay solo un paso, o un gol en el momento oportuno y ah¨ª Jude se est¨¢ convirtiendo en maestro. Hasta el final... Bellingham.
¡°Primera experiencia de la magia de la Champions en el Bernab¨¦u, incre¨ªble¡±, era el ep¨ªtome de Jude en redes tras su en¨¦simo trofeo a mejor jugador del partido. ¡°No ha sido mi gol m¨¢s bonito, quiero crear ocasiones para mi equipo y estar en el ¨¢rea para ser un killer, que es lo que nos va a dar los partidos, y espero que esta racha contin¨²e¡±, analizaba en una zona mixta que no regatea. Porque otro de los triunfos de Bellingham es la asiduidad con la que da la cara y la celeridad con la que ha conquistado a todos: club, compa?eros y afici¨®n. Ancelotti no le pone retos, tampoco ¨¦l (¡±No tengo un objetivo. Es simplemente, jugar el siguiente partido¡±), pero su techo actual, los 14 tantos anotados en la temporada pasada con el Dortmund, amenaza con ser derrumbado m¨¢s pronto que tarde. De momento, ya son seis abrazos de gol y la era Bellingham apenas acaba de comenzar.