Temor a los ultras del Eintracht
UEFA, la ciudad de Helsinki y el Madrid temen incidentes parecidos a los de Sevilla contra los radicales del Rangers. Hay planeado un dispositivo especial. Habr¨¢ mayor¨ªa alemana: 10.000 contra 1.800 del Madrid.
El Eintracht de Frankfurt llegar¨¢ a la Supercopa de Europa ante el Real Madrid en medio de una situaci¨®n de fractura social. La relaci¨®n del club con sus ultras ha cambiado, radicalmente, en los ¨²ltimos meses. Y sobre todo, a ra¨ªz de la pasada Europa League. Ah¨ª se pas¨® del amor -casi ciego- al odio. De la admiraci¨®n a la cr¨ªtica. Cuando el Camp Nou se ti?¨® de blanco con m¨¢s de 30.000 alemanes en sus gradas, en un desplazamiento promovido por los ultras, desde las oficinas de Frankfurt retumbaron los aplausos. Y as¨ª hasta la final, a la que los jugadores reconocieron que no podr¨ªan haber llegado sin el aliento de su gente.
Pero, justo ah¨ª, empez¨® la cuesta abajo. En Sevilla, los aficionados alemanes protagonizaron unas lamentables batallas campales con los del Rangers. Y el club, que hasta entonces se hab¨ªa mostrado compasivo, dej¨® de serlo. En 2015, tras quemarse banderas del Darmstad dentro del propio estadio, el presidente, Peter Fisher, le restaba importancia: ¡°Hay que permitir que esto suceda, es la cultura de los ultras. Hay que entender su pasi¨®n; prefiero que quemen una bandera a que golpeen a alguien. De alguna forma tienen que librar su frustraci¨®n¡±.
El asunto, siete a?os despu¨¦s, es diferente. Porque se han descontrolado. Y el pasado viernes, en el partido ante el Bayern (derrota por 1-6 en el debut en Bundesliga), los ultras silbaron el himno inicial, enturbiaron el juego con m¨²ltiples bengalas y saltaron al campo varias veces. ¡°Tantos halagos les han fortalecido, hasta tal punto que se les ha subido a la cabeza. ?Se est¨¢n tomando a s¨ª mismos demasiado en serio!¡±, rezaba ayer una columna del Bild, que sigue: ¡°El caos que est¨¢n formando es veneno para el club¡±. Y un art¨ªculo del Frankfurter Allgemeine, diario de referencia de la ciudad, sentenciaba: ¡°Despreciable y pertubardor¡±. Desde el Eintracht, por primera vez, se est¨¢ se?alando su comportamiento y cooperando con las autoridades para frenarlo. Aquel ¡°de alguna forma tienen que liberar su frustraci¨®n¡± ha quedado muy atr¨¢s.
Con lo que s¨ª puede contar seguro el Eintracht es con que ser¨¢n mayor¨ªa ma?ana ante el Real Madrid en el duelo decisivo por la Supercopa de Europa en Helsinki (21:00 horas, Movistar Liga de Campeones). En el reparto de entradas de la UEFA, qued¨® patente la diferencia: el Eintracht solicit¨® las 8.000 disponibles, mientras que el Madrid se qued¨® en 1.800. Influye sin duda el hecho de que para el equipo alem¨¢n es su primera participaci¨®n en el torneo que abre la temporada oficial en Europa, y especialmente siendo ante el Real Madrid, el rival de aquella final cl¨¢sica en Glasgow 1960; el aficionado blanco no est¨¢ tan hambriento por este t¨ªtulo, que ha visto al Madrid jugar cuatro veces desde 2014.
Los aficionados del Eintracht han adquirido adem¨¢s varias de las 17.000 entradas que la UEFA puso a la venta de forma general; en el club alem¨¢n calculan que habr¨¢ unos 10.000 hinchas animando al equipo, tirando por lo bajo. Ayer, en Helsinki, se ve¨ªan a cuentagotas; el desembarco arranca hoy y la polic¨ªa de Helsinki tiene preparado un dispositivo especial para evitar incidentes como los de Sevilla.
Glasner tira de superstici¨®n
El 1-6 ante el Bayern en casa ha hecho que salten las alarmas en el Eintracht; la cr¨ªtica coincide en que, con esa debilidad defensiva, competir ante el Madrid va a ser imposible. Oliver Glasner, entrenador del Frankfurt, le sigue dando vueltas a sus opciones: a si reforzar el mediocampo con un centrocampista m¨¢s como el rocoso Rode o si tirar en punta de Santos Borr¨¦ o de Lucas Alario, su ¨²ltimo fichaje para la delantera.
Mientras, lo que s¨ª tiene claro es que quiere repetir los rituales que le llevaron al t¨ªtulo de la Europa League el curso pasado: el Eintracht se entrenar¨¢ este martes en su ciudad deportiva y luego volar¨¢ a Helsinki para que Glasner y un jugador atiendan a los medios.