Pegada en el d¨ªa clave

Nadie como el Atalanta para escribir un tratado sobre el Madrid. Cuatro partidos ha jugado contra ¨¦l, y si echa cuentas, ha sido mejor durante un buen n¨²mero de minutos en cada uno de ellos y los ha perdido todos. Nadie es m¨¢s resistente a la adversidad que el equipo blanco, especialmente en la Copa de Europa, incluso en un a?o en que todo lo bueno se va en un pesta?eo, en que todo es de cristal, desde los m¨²sculos de los futbolistas a la moral de Mbapp¨¦, abatido en el momento del despegue por una lesi¨®n. Fue un partido de cuatro estaciones en hora y media. Buen tiempo para el Madrid al principio y durante parte de la segunda mitad y temporal tambi¨¦n en muchas fases con final feliz. Marc¨® Mbapp¨¦, anduvo listo Vinicius, aprovech¨® la noche Brahim y repiti¨® milagros Courtois, pero el equipo es ahora propiedad de Bellingham, cuya mejor virtud es el sentido del deber.

Minuto y medio de juego. Brahim se alarga por la derecha, lanza a Mbapp¨¦ y Carnessecchi le quita el gol. Una mano salvadora a un disparo sin ¨¢ngulo. Algo m¨¢s que una ocasi¨®n. El indicio de que el Madrid parec¨ªa quitarse el tap¨®n, de que lo suyo es un deporte extremo. Minuto 10, misma historia, toma 2: el malague?o mete un bal¨®n interior al franc¨¦s, que se prepara un control orientado de jaque mate y remata raso e imparable (0-1). Mbapp¨¦ en versi¨®n Mbapp¨¦ despu¨¦s de soltar lastre emocional en Canal+. Brahim, como en Girona, para dar la orden de abrir fuego. Y el Madrid campe¨®n de regreso al pasado... durante quince minutos, para volver a lo de ahora: fr¨ªo y calor a partes iguales.

Un partido abierto

Ancelotti no supo ni quiso contenerse con el convaleciente Vinicius, soldado universal que resulta un ej¨¦rcito en este Madrid. As¨ª que, al 50%, le incluy¨® en este d¨ªa D del invierno, de muchos inviernos, en un once de extrema seguridad: Tchouameni en lugar de Asencio, decisi¨®n de alta fidelidad, galones sobre ilusiones; Ceballos, por delante de Modric para un partido a todo gas, y Brahim antes que Rodrygo, por su mayor sacrificio en el repliegue. Tampoco tiene mucho m¨¢s hasta que G¨¹ler le demuestre lo contrario. As¨ª que el equipo qued¨® en un 4-2-3-1, con Bellingham como agente doble: mediapunta en ataque, interior izquierdo en defensa. Esa asimetr¨ªa es el tributo de tener a Vinicius, jugador de un solo sentido.

Gasperini es un valiente patol¨®gico, cuyo plan no cambia en funci¨®n del r¨¢nking del adversario. Esa presi¨®n al hombre desde el ¨¢rea del rival busca que todo suceda en campo contrario, el ¨²nico territorio donde un equipo se encuentra fuera de peligro. La estrategia tiene m¨¦rito en s¨ª misma, pero m¨¢s en un italiano. Cuando empez¨® predicaba en el desierto, era un ping¨¹ino en el Sahara, el lun¨¢tico de la Serie A. Ahora le ven como un entrenador de referencia que tiene l¨ªder a un equipo vendedor, la cuarta plantilla de la liga italiana. Para empezar, se guard¨® a su pichichi, Retegui, en el banquillo y coloc¨® en punta Lookman, un jugador m¨¢s r¨¢pido y menos posicional. Una invitaci¨®n al partido abierto que les iba a los dos y al p¨²blico. Marcha para el Atalanta, espacios para las gacelas del Madrid, ocasiones para deleite de la grada.

El Madrid entr¨® bien en un partido al pie de los Alpes, geogr¨¢fica y metaf¨®ricamente, en noche fr¨ªa y rival en cuesta. No era solo el gol, sino el plan, con balones largos al mejor Mbapp¨¦ y a un Vinicius m¨¢s discreto para desarmar a un equipo cuya cara B es la zaga. Un cuarto de hora inicial mod¨¦lico que tuvo respuesta italiana. Pasado el shock, el Atalanta invirti¨® el sentido del partido y hasta de las ocasiones. Dos de De Ketelaere fueron anuladas por R¨¹diger, defensa del a?o en el equipo de Ancelotti.

Cambio de viento

Marcaron un cambio de tendencia en el partido, porque el Madrid se vino atr¨¢s, dej¨® pasar su momento y el papel protagonista cambi¨® de polo: desaparecieron Brahim y Mbapp¨¦, se agigant¨® R¨¹diger. Mal dato para todos salvo para el alem¨¢n. Y en estas llegaron dos bofetadas: se rompi¨® Mbapp¨¦, lesionado del d¨ªa (¨¢brase ya una comisi¨®n de investigaci¨®n), en su mejor momento, y Tchouameni, hasta entonces impecable, le hizo un penalti tonto en el descuento de la primera mitad a Kolasinac. No fall¨® De Ketelaere. 1-1.

Al partido lleg¨® Rodrygo tan en fr¨ªo como la noche, fuera de punto por su ¨²ltima lesi¨®n. No fue ni la sombra del Mbapp¨¦ del comienzo en un Madrid sin el fuego inicial. El equipo andaba metido en el laberinto y, de pronto, le sac¨® de ah¨ª un golpe de fortuna, un gol de retruque: Djimsiti despej¨® mal y el toque inesperado en De Roon se convirti¨® en criminal. Dej¨® a Vinicius solo ante Carnessecchi y el brasile?o, un fantasma hasta entonces, resolvi¨® con un disparo rel¨¢mpago raso. No le dio tiempo al Atalanta a levantarse de la lona. En la jugada siguiente, Tchouameni, central por su bien, mand¨® un bal¨®n largo a Bellingham, de nuevo comandante supremo del Madrid, que se deshizo con un golpe de cadera de De Roon e hizo el tercero.

Empez¨® a vivirse una del oeste. A falta de poco m¨¢s de media hora, Lookman, un demonio ¡®neroazurro¡¯, un figur¨®n, meti¨® el segundo del Atalanta, en maniobra calcada a la de Bellingham, y ya no hubo trincheras, sino cuerpo a cuerpo. A Rodrygo y Brahim se les fueron ocasiones claras que le hubieran evitado al Madrid el asedio final, con piernas nuevas ya en el Atalanta, mientras Ancelotti manten¨ªa a once jugadores fatigados y arrinconados. A siete minutos del final lleg¨® el refresco de Asencio y Modric, alistados en la resistencia. Con el agua al cuello y amarrado al tabl¨®n de Courtois lleg¨® el Madrid a la orilla despu¨¦s de recibir veinte tiros y salir ileso. Su reconstituyente es la clasificaci¨®n (18? puesto), ahora con menos n¨²meros rojos.

Sigue el canal de Diario AS en WhatsApp, donde encontrar¨¢s todo el deporte en un solo espacio: la actualidad del d¨ªa, la agenda con la ¨²ltima hora de los eventos deportivos m¨¢s importantes, las im¨¢genes m¨¢s destacadas, la opini¨®n de las mejores firmas de AS, reportajes, v¨ªdeos, y algo de humor de vez en cuando.