Lisboa inspira a Flick
En la ciudad donde ganó la Champions, el alemán hizo un doble cambio audaz el pasado mes de enero, cuando perdía 4-2 contra el Benfica. Pasó de su 4-2-3-1 habitual a un arriesgadísimo 3-2-4-1 que acabó por ser una genialidad.


“No me gusta hablar de lo anterior, pero han pasado cosas bonitas aquí…”. Lisboa es una ciudad diferente para Hansi Flick, que coronó al Bayern como mejor equipo del mundo en el verano de 2020. En plena pandemia, llevó a los bávaros a su sexta Champions, en Da Luz, después de una fase final impecable con el famoso 2-8 al Bar?a y el triunfo ante el PSG de Neymar en el choque definitivo.
Flick volvió a Lisboa como entrenador del Bar?a el pasado 21 de enero. Allí dirigió uno de los partidos más increíbles de su carrera. “Ha sido una locura, creo que nunca viví algo así”, dijo el técnico criado en Muckenloch de un partido en el que intervino de manera decisiva. En el minuto 67, Araújo se marcó un gol en propia puerta. Era el 4-2, que desató la locura en Da Luz y pareció el golpe definitivo para un equipo que había acumulado graves errores en la primera parte. Con casi todo perdido, Flick fue por las bravas y metió en el campo a Eric Garcia y Ferran. Toda una ocurrencia, porque los sacrificados fueron los laterales, Balde y Koundé.
Flick reorganizó al equipo. De su 4-2-3-1, casi intocable, saltó a un 3-2-4-1 sorprendente. Eric, Araújo y Cubarsí cerraron en defensa. En el centro del campo, De Jong que había salido por Casadó, y Pedri, costruyeron. Flick sorprendió abriendo a Fermín a la banda izquierda, incrustado en una línea de cuatro mediapuntas en la que también estaban Ferran, Raphinha y Lamine. Lewandowski quedó como delantero. El Bar?a se lanzó sin filtro al ataque y arrinconó al Benfica. Lamine provocó el penalti del 4-3 después de una conexión con Pedri y Lewandowski. El Benfica sintió el miedo y Eric entró como un avión en el área de los encarnados para conectar una de las mágicas ‘bananas’ de Pedri.
El 4-4 empujó a Flick a matizar de nuevo el dibujo para no exponerlo tanto. Metió en el campo a Gerard Martín por Lamine y mandó a Eric al lateral. El partido, sin embargo, había entrado ya en una espiral de locura que ni el Bar?a, que venía de subida, fue capaz de parar. Di María se quedó solo y Szczesny, que había tenido una noche de perros, le salvó el partido al Bar?a. El Benfica, entre frustrado y rabioso por un empate que consideraba injusto después de haber cuajado un gran partido, se fue a por la victoria. Tanto que, en la última jugada del partido, minuto 95, el Bar?a le cogió desnudo atrás. Ferran, casi de memoria, habilitó a Raphinha, que firmó el 4-5 en medio de los saltos en el área técnica de Flick, calado hasta los huesos en una noche lluviosa y épica en Lisboa, esa ciudad que inspira al alemán.
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