Hecatombe en Nervi¨®n

El Sevilla se dej¨® remontar un 2-0 contra el PSV Eindhoven, queda matem¨¢ticamente fuera de la Champions y deber¨¢ ganar al Lens en la ¨²ltima jornada si quiere al menos ser tercero e ir a la Europa League, su competici¨®n fetiche. Algo que, visto el percal, no ser¨ªa para nada un premio menor. Aunque quiz¨¢ para ese duelo de dentro de dos semanas en Francia haya otro inquilino en el banquillo nervionense: tras esta hecatombe, el uruguayo Diego Alonso se ve al borde del despido, que si no llega antes acabar¨¢ por producirse de no ganarle y/o hacer el rid¨ªculo ante el Villarreal el pr¨®ximo domingo, tambi¨¦n en el Ram¨®n S¨¢nchez-Pizju¨¢n.

Habr¨¢ que ver c¨®mo responde entonces Nervi¨®n, que ante el PSV acab¨® desesperado pero hab¨ªa comenzado totalmente desangelado, con una de las peores entradas de toda la campa?a. El Sevilla se ha enrocado en su propia desgracia e incapacidad durante dos a?os para olvidar, repletos de noches de unas l¨¢grimas que enjug¨® solamente el t¨ªtulo europeo conseguido en Budapest hace cinco meses. Aquella proeza tampoco es moco de pavo, pero no hace olvidar los problemas estructurales que tienen al club metido abajo en LaLiga y cerca de quedarse fuera de Europa. Un dato: el PSV llevaba 15 a?os, desde 2008, sin ganar un partido en liguilla de Champions fuera de casa. Lo consiguieron en Sevilla, despu¨¦s de ir perdiendo 2-0 adem¨¢s.

Y eso que la noche pintaba perfecta cuando Sergio Ramos apareci¨® por el segundo palo para rematar, menos imperial que otras veces, a la remanguill¨¦, un gol que no solamente era el primero que anota en su regreso al Sevilla: tambi¨¦n le convert¨ªa en el defensa m¨¢s goleador de la Champions (16 tantos), junto a Roberto Carlos y Piqu¨¦, y significaba adem¨¢s el tanto 10.000 que se marca en la m¨¢xima competici¨®n continental. Un mont¨®n de honores comprimidos en ese segundo m¨¢gico que borr¨® de un plumazo unos primeros minutos sin orden ni concierto, en la l¨ªnea de lo que viene mostrando este Sevilla en los ¨²ltimos encuentros, con Diego Alonso como entrenador.

El gol de Sergio Ramos dio paso a los mejores minutos de un Sevilla con filo, que mereci¨® irse al descanso con m¨¢s ventaja en el marcador. El VAR anul¨® por mano de Sow (en el inicio de la jugada) un gol del propio centrocampista suizo y En-Nesyri mand¨® un cabezazo a la cruceta mientras el PSV amagaba casi sin dar, apenas un chut peligroso de Hirving Lozano que detuvo Dmitrovic y que precedi¨® a la lesi¨®n del extremo mexicano, poco antes de que muriese la primera mitad.

Nada m¨¢s volver del vestuario el S¨¢nchez-Pizju¨¢n volv¨ªa a sonre¨ªr, parec¨ªa que aliviado, por primera vez en mucho tiempo cuando En-Nesyri aprovechaba un magn¨ªfico centro largo de Acu?a para poner el 2-0 (47¡ä). Nada hac¨ªa presagiar entonces, ni en los minutos inmediatos, que una jugada tonta, o dos, se llevar¨ªan por delante al Sevilla en el partido. Una protesta y una entrada a destiempo significaron una tan merecida como tonta roja para Ocampos. Segundos despu¨¦s, Saibari pon¨ªa de remate acrob¨¢tico el 2-1 (65¡ä), preludio del desastre en Nervi¨®n. Con uno menos, el equipo de Diego Alonso deambul¨® como pollo sin cabeza, resignado a su desgracia. Entre Vertessen y Gudelj hicieron el empate cuando quedaban 10 minutos para el final y, ya en el descuento, en otra jugada repleta de desprop¨®sitos (?por qu¨¦ Nianzou no derrib¨® a Vertessen?), Pepi puso de cabeza el definitivo 2-3. El Sevilla se desangra y su gente casi de manera un¨¢nime lo constat¨®: ¡®Directiva, dimisi¨®n¡¯.

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