?El milagro a¨²n es posible!

Lo ten¨ªan complicado, mucho. Casi imposible. Triunfar en Anfield supuso sellar el pase, pero los seis primeros puestos se presupon¨ªan quim¨¦ricos. Las primeras piedras las deb¨ªan poner Shakhtar, Girona y Celtic. Lo hicieron, pues el carrusel de resultados favorec¨ªa a los blancos. Lo sab¨ªan antes del silbatazo y salieron a morder. El siguiente reto no era ganar, sino golear. A un Atalanta que ya no es cordero ni en juveniles. De hacerlo por m¨¢s de tres, los chicos de Arbeloa adelantaban a la miniDea. Un penalti de Aguado puso la alfombra y un debut dorado de Jacobo Ortega termin¨® la conquista de Lombard¨ªa.

Era un partido de calculadoras. De calma, porque los deberes estaban hechos, pero se pod¨ªa sacar nota. Por eso, si bien Arbeloa movi¨® el ¨¢rbol, perfil¨® un dibujo guerrero, con tres centrales, aunque con mucho vuelo y colmillo. Y con Javi Navarro, debutante con el Juvenil A y flamante internacional sub-18, como guardi¨¢n. Control, control y m¨¢s control. Y los de Bosi, esperar y aguantar para morder. Un plan al que est¨¢n acostumbrados los blancos a enfrentarse. La posesi¨®n perenne la dinamitaban de inicio las apariciones de Fortea y las incursiones de Y¨¢?ez. Tambi¨¦n un Roberto Mart¨ªn pujante y con ganas de bal¨®n. O un Jaime Barroso en brega constante. Sin balones francos, el ariete fij¨® a las tres torres locales para cocinar huecos para sus compa?eros. Aunque poco a poco se despertando el club bergamasco. Con Lorenzo Riccio, br¨²jula y martillo, al frente.

Zanchi bloc¨® sin demasiados problemas los primeros conatos de zarpazo, ¨ªdem Javi Navarro cuando el propio Riccio sac¨® el rifle a pasear desde lejos. Al abrigo de la media hora se igualaron las fuerzas. El Atalanta recordaba que su puesto noble en la tabla no era regalo, sino mimbres. Y as¨ª, cuando la balanza m¨¢s pareja estaba, apareci¨® Roberto Mart¨ªn. Una jugada m¨¢gica tras una buena combinaci¨®n. El de Monz¨®n culebre¨® en la frontal, pis¨® ¨¢rea y ah¨ª le intentaron pisar a ¨¦l. Derribo de Tavanti, bal¨®n al punto de penalti. Candidatos, muchos. Pero Diego Aguado coloc¨® con mimo la bola en los 11 metros. Central con licencia para tirar. Y para marcar. Su chut agujere¨® el muro lombardo. Guinda a una primera parte de matr¨ªcula en lo defensivo. De Aguado, normal que Ancelotti le tenga tomada la matr¨ªcula, y del Madrid.

El debut dorado de Jacobo

Tras el refrigerio no hubo freno de mano. Porque dos goles m¨¢s supon¨ªan el sorpasso clasificatorio. Marc¨® Liberto, aunque se qued¨® en aviso a navegantes porque lo hizo desde posici¨®n adelantada. Fuera de juego, el estado en el que comenz¨® el equipo Giovanni Bosi el segundo acto. Y as¨ª sigui¨®, por que los de Arbeloa no quer¨ªan dejar que su rival levantase de la lona. Insistir, insistir, insistir. Hasta que Roberto Mart¨ªn volvi¨® a agitar la varita. Su jugada termin¨®, tras un rechace, en la bota de otro de los debutantes. Jacobo Ortega, directo desde el Madrid C a estrenarse con doblete. Apenas instantes antes, tras pisar pisar el c¨¦sped, tuvo la primera, algo escorado, pero la segunda fue al zurr¨®n. Y la tercera, de cabeza, tras un centro medido de Liberto. Un hurac¨¢n en banda como lo fue su padre en el cuadril¨¢tero. Y un debut so?ado para Jacobo.

Y con el partido cuesta abajo, con una autopista sin peajes, con el Atalanta completamente noqueado, el juvenil blanco sigui¨® golpeando. El broche lo puso Fortea. En tierra hostil, lejos del carril del dos, en el ¨¢rea tras una estupenda dejada de Jacobo Ortega, de nuevo Jacobo Ortega, fusil¨® a Zanchi con la zurda, la menos buena. Carrusel de cambios. M¨¢s debuts. De Beto con el equipo, de Reyes en la competici¨®n... Para pausar el ritmo. El trabajo estaba hecho, con maestr¨ªa. Los cimientos de un imposible que ya no lo es tanto. Los de Arbeloa duermen quintos tras arrancar duod¨¦cimos. Los ojos en el Juve-City y el Stuttgart-Young Boys de ma?ana. El milagro a¨²n es posible.

Clasificaci¨®n

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Formato

El nuevo formato de competici¨®n de la Youth League es similar al de la Champions, pero con algunas variantes. S¨®lo se juegan seis jornadas (coincidiendo con las seis primeras de Champions) y se clasifican los 22 primeros (no los 24), que pasan todos a dieciseisavos de final. Los seis primeros se cruzan con los clasificados del 17? al 22?, mientras que los clasificados del 7? al 16? se enfrentan con los diez equipos ganadores de la fase de campeones nacionales. Los seis primeros tienen, adem¨¢s, otro premio: jugar la eliminatoria de dieciseisavos, a partido ¨²nico, en casa.

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