Dos que corren y deciden

Ancelotti estaba equivocado. O tal vez, simplemente, quer¨ªa estarlo. Y todo era parte de su plan. No s¨®lo no deben descartarlo, sino que esta teor¨ªa es muy probable. Pero la suya, incierta. Manifiestamente imperfecta. ¡°Hay dos tipos de jugadores: los que corren y los que marcan la diferencia. Si alguien quiere estar en el ¡®medio¡¯... no puede ser. O corres, o marcas la diferencia¡±, dijo en la previa del Euroderbi. Mirada r¨ªgida y cara de p¨®ker. Le falt¨® un golpe sobre la mesa. O un ¡°ah¨ª queda eso¡±. Pero igual que naci¨®, su teor¨ªa muri¨® en un d¨ªa. Porque es compatible correr y marcar la diferencia. Claro que lo es. Y para emp¨ªricos exigentes, Brahim y Modric. Excepciones. Ejemplos.

Brahim fue la diferencia. El hombre de la portada, el autor del gol decisivo. Y en el f¨²tbol, el gol lo eclipsa todo. O casi todo. Porque su partido, m¨¢s all¨¢ de aquel minuto 55, fue el perfecto reflejo de un jugador comprometido con el sacrificio defensivos. Dos datos: fue el jugador que m¨¢s entradas gan¨® de todo el Real Madrid (3) y el segundo que m¨¢s recuperaciones protagoniz¨® (6, s¨®lo superado por Tchouameni, con 7). Un te¨®rico mediapunta. Un jugador ofensivo. Y es que aqu¨ª entra en juego la segunda parte de la teor¨ªa de Ancelotti.

Fiel al 4-4-2

¡°Aquellos jugadores que tienen calidad, son a los que m¨¢s les cuesta tener sacrificio y compromiso colectivo, es evidente¡±, a?adi¨®. Como una reflexi¨®n general. Brahim, el Quinto Fant¨¢stico, pudo dejarse llevar por la corriente. Pero no lo hizo. Disfrut¨® de la libertad que le da Carletto para atacar, pero estuvo especialmente disciplinado en defensa, replegando al 4-4-2 y ocupando la banda izquierda. M¨¢xima concentraci¨®n. Pr¨¢cticamente sin errores. Brahim, autor de seis goles y siete asistencias esta temporada (participa en una diana cada 128¡ä), corre y decide. A la vez. Desafiando a la teor¨ªa de Ancelotti.

Luka abre un debate

Pero no est¨¢ solo. El partido de Modric fue de los que pide a gritos una titularidad en el Metropolitano. El Madrid actu¨® sin ritmo ni comp¨¢s durante una hora. Perdido. Desordenado. Dando sensaci¨®n, incluso, de ir improvisando. Hasta que entr¨® Luka. Ah¨ª todo cambi¨®. El hombre de los 39 a?os, brazalete en brazo (seg¨²n entr¨® el campo, Valverde se los traspas¨®), comenz¨® a agitar la varita. Y el Madrid fue otro. Radicalmente distinto. No s¨®lo tuvo orden, f¨²tbol; sino que hizo desaparecer al Atleti. Modric dio 50 pases y acert¨® 50 pases. Perfecto. Fue un clinic de creaci¨®n.

Y eso tambi¨¦n es decidir. De hecho, hay un arte en aquello del poco ruido y muchas nueces. Modric, sin alzar la voz, enton¨® algo muy parecido al Nessun Dorma, pero con el bal¨®n en los pies. Intervino en un total de 56 ocasiones, puso dos centros y tuvo su gol en el descuento, con un disparo desde la frontal que le sali¨® centrado. Eso habr¨ªa puesto la platea patas arriba. Como la dej¨®, pero por otro motivo, la dupla Tchouameni-Camavinga. Sembr¨® serias dudas y con Aur¨¦lien siendo indiscutible y Luka a este nivel... habr¨¢ debate para la vuelta. Mucho. Con lo que ya no, es con la teor¨ªa de Ancelotti.

La teor¨ªa de la teor¨ªa

Estaba equivocado. O tal vez todo era un plan. Asumir que la frase podr¨ªa volverle en cuesti¨®n de tiempo. Como un boomerang. Pero si por el camino surt¨ªa efecto, bienvenido sea. Era un toque de atenci¨®n a sus jugadores: si no est¨¢s marcando la diferencia, al menos aseg¨²rate de estar corriendo. Pero s¨ª, claro, se pueden hacer las dos cosas a la vez. Por supuesto. Es m¨¢s, en el f¨²tbol de hoy en d¨ªa, se debe. Ah¨ª queda la demostraci¨®n de Brahim y Modric. Cortita y al pie. Mucho trabajo sin bal¨®n y mucha magia con ¨¦l. Son dos excepciones. Dos ejemplos. Dos suplentes titulares.

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