GRUPO F | CELTIC - REAL MADRID
Celtic Park, el ¡°para¨ªso¡± que esconde una ¡®Orejona¡¯
La Copa de Europa de 1967 preside el museo de un club con 134 a?os de historia. La fachada homenajea a la ¡°Jungla¡±, una grada idolatrada. AS lo radiograf¨ªa
Para lo bueno y para lo malo, no hay otro estadio como Celtic Park. Por Glasgow resuena la palabra ¡°para¨ªso¡± con tal asiduidad, que acaba siendo inevitable preguntar d¨®nde est¨¢ tal lugar. Y la br¨²jula de la mitad de los escoceses -la otra, del Rangers, no quiere ni verlo- lleva a ¨¦l, la guarida del Celtic. Un estadio hist¨®rico para un club hist¨®rico. Ni m¨¢s ni menos que 134 a?os -ser¨¢n 135 en noviembre- maduran a un club con un diamante en bruto en sus entra?as. Fue el primer equipo brit¨¢nico que gan¨® la Copa de Europa, all¨¢ por 1967. Y el orgullo por la haza?a es tal, que desde las esquinas del museo hasta las estatuas del exterior el trofeo se vuelve un eclipse. Es el mayor t¨ªtulo que ha logrado el f¨²tbol escoc¨¦s en toda su historia. Una gesta sin igual.
Y un golpe sobre la mesa que, adem¨¢s, se dio con el producto m¨¢s nacional posible. Aquel equipo estaba compuesto exclusivamente por jugadores de Escocia. Adem¨¢s, todos hab¨ªan nacido en Glasgow o alrededores -en un radio de 40 kil¨®metros-, salvo Bobby Lennox, el ¨¢lma m¨¢ter de una plantilla que ya sab¨ªa su futuro. Porque el propio Lennox, a?os antes, predijo que esa plantilla levantar¨ªa una Copa de Europa. Y no se equivoc¨®. Su capit¨¢n, el hombre que alz¨® la ¡®Orejona¡¯ al cielo de Lisboa, era Billy McNeill, fallecido en 2019. Su estatua se llena de flores y ofrendas cada 22 de abril. Es un ¨ªdolo, un referente con pocos similares en el panorama deportivo.
Y adem¨¢s, uno de los l¨ªderes de aquel equipo legendario que dirigi¨® Jock Stein, el primer entrenador reconocido p¨²blicamente como no cat¨®lico que dirigi¨® al Celtic. En Glasgow los rostros se tuercen al recordar su fallecimiento: un infarto en el banquillo durante un Escocia-Gales de 1985. Su ayudante en la selecci¨®n era Alex Ferguson, por aquel entonces a¨²n ¡®no Sir¡¯. Las voces autorizadas se?alan que su secreto era cambiar de esquemas en mitad de los partidos para sorprender a sus rivales. En el minuto 30 sus jugadores pod¨ªan estar dibujando un 4-3-3 y en el 70¡ä, un 1-4-2-3. Su capacidad para ser imprevisible romp¨ªa los esquemas rivales y anulaba sus planificaciones. Todos ellos tienen su estatua en los aleda?os del Celtic Park. Un homenaje.
Las ¡°Junglas¡±
El respeto al aficionado es may¨²sculo. ¡°Prioritario y b¨¢sico¡±, dicen. El mejor ejemplo de ello reside en la propia fachada del estadio, donde los at¨ªpicos muros de ladrillo, ubicados en los laterales, lucen centenares de nombres grabados. Son los aficionados que, durante la segunda mitad del Siglo XX, formaron parte de lo que se denomin¨® la ¡°Jungla¡±. Una grada baja, ubicada en lo que hoy en d¨ªa es el fondo norte, en la cual se viv¨ªa ¡°el mejor ambiente del mundo¡±. As¨ª lo describen los propios aficionados y lo cuentan los historiadores, apuntando que en esa zona se reun¨ªan ¡°los aficionados m¨¢s ruidosos y pasionales¡± del mundo. Del jolgorio que desprend¨ªa y el descontrol -a nivel emocional- que provocaba sali¨® el apodo, la ¡°Jungla¡±. No necesita mucha explicaci¨®n.
Ellos fueron el pulm¨®n del estadio hasta la d¨¦cada de los 90, cuando el Informe Taylor sentenci¨® a muerte su esencia. La tragedia de Hillsborough, en 1989, desencaden¨® todo. La muerte de 96 aficionados a causa de una avalancha llev¨® a las autoridades a replantearse el f¨²tbol y, sobre todo, las medidas de seguridad, volvi¨¦ndose estas m¨¢s estrictas. Con el fin de reducir el vandalismo, se inst¨® a los clubes a instalar asientos en sus estadios -fin al ¡®f¨²tbol de pie¡¯-, construir vallas de seguridad alambradas, no vender bebidas alcoh¨®licas, mejorar los accesos para evacuar r¨¢pidamente los estadios en caso de emergencia, priorizar la venta de abonos de temporada e instalar c¨¢maras de seguridad. Una revoluci¨®n. Las obras para adecuar el Celtic Park fueron tan grandes y tan dif¨ªciles de asumir, sobre todo a nivel econ¨®mico, que se tardaron cuatro a?os en terminar. Y la animaci¨®n se tuvo que reinventar, ya sin su ¡°Jungla¡±.
A d¨ªa de hoy, el estadio tiene capacidad para 60.832 espectadores, siendo el m¨¢s grande de Escocia y el octavo de Reino Unido, tras Murrayfield, Old Trafford, el Ol¨ªmpico de Londres, Twickenham, Wembley, Millennium Stadium y el Emirates. El ¡°Para¨ªso¡± que vio a McNeill sostener la ¡®Orejona¡¯, a Lennox celebrar el ¨¦xito de su predicci¨®n y a Jock Stein cambiar sus esquemas como un cubo de Rubik, hoy recibe al Madrid. Es una noche de gala y antorchas. De parecerse a un ¡°infierno¡±.