Bueno pero corto

El f¨²tbol no tiene atajos. La compra de jugadores a granel, por estupendos que sean, necesita un montaje. El del Chelsea de Boehly est¨¢ por encargar. Esa lluvia de estrellas y de otras que solo lo son por su precio cay¨® en Madrid por primera vez, muy empobrecido respecto a sus dos ¨²ltimas visitas, que son de anteayer. Es dif¨ªcil que el Madrid deje pasar por alto una ocasi¨®n as¨ª en la Champions. Jug¨® con m¨¢s inteligencia que emoci¨®n, y esto no va por Vinicius, incapaz de contenerse, para llegar a Stamford Bridge en posici¨®n envidiable. Conoce tanto la competici¨®n que sabe cu¨¢ndo conviene el coraz¨®n, que le llev¨® a la Decimocuarta, y cu¨¢ndo la cabeza, en noches de ida con vuelta pendiente.

Era un Bernab¨¦u con garras y dientes y Lampard tom¨® nota. Obvi¨® la defensa de cuatro que le arrop¨® en su estreno y meti¨® los tres centrales que empleaba Potter, Thiago Silva medio convaleciente incluido, a costa de lo m¨¢s parecido a un goleador que habita en la plantilla: Havertz. Posiblemente presum¨ªa que el Madrid saldr¨ªa con los del Camp Nou, un once para partidos a la tremenda que Ancelotti cree que vale tambi¨¦n para una primera mano. As¨ª que la cosa qued¨® en lo que dec¨ªan las alineaciones: un Madrid dominante y volcado y un Chelsea enclaustrado, aunque con la defensa muy adelantada, y a la caza de una contra. Dos se trag¨® el equipo de Ancelotti en los primeros tres minutos, las dos partieron del formidable Kant¨¦, las dos se le fueron vivas a Jo?o F¨¦lix, las dos llegaron en p¨¦rdidas imprudentes de los centrocampistas blancos. Todo en un Bernab¨¦u en modo avi¨®n. Es el madridista un p¨²blico que se agranda ante lo imposible y se encoge ante lo probable.

Tampoco animaba demasiado el equipo, atrapado en esa doble red que proteg¨ªa a Kepa. Ese desmadre a la americana de Todd Boehly en el mercado no guardaba relaci¨®n con el aburrido orden del equipo en el campo. El Madrid tard¨® 12 minutos en pisar el ¨¢rea. La combinaci¨®n sobre un ladrillo de Vinicius y Benzema acab¨® con un remate soso del franc¨¦s.

El pase de Carvajal

As¨ª naveg¨® el partido hasta que se abri¨® la primera grieta en la zaga del Chelsea. Carvajal, que ya andaba curioseando en la posici¨®n de interior, pic¨® un bal¨®n al centro del ¨¢rea con el tacto de Kroos y la intenci¨®n de Modric, lo remat¨® apuradamente Vinicius, toque suficiente para que Kepa solo pudiera rechazarlo y Benzema, que andaba de ojeador, lo mandara a la red. Dos minutos despu¨¦s, Sterling remataba a quemarropa junto al palo derecho y Courtois aplicaba su mano de hierro. La izquierda esta vez. El Madrid de la Decimocuarta en 120 segundos: un nueve y un portero hechos de oro.

Definitivamente est¨¢bamos en otro partido. Ahora el Chelsea pensaba y corr¨ªa el Madrid. Y ah¨ª Vinicius, que en una semana ha escapado de sus dos mejores carceleros (Ara¨²jo y Foyth, por ese orden), es una fiera. En una de sus arrancadas se llev¨® por delante a tres defensas azules. Su remate picado, con Kepa entregado, lo sac¨® antes de la l¨ªnea Thiago Silva. Tambi¨¦n apareci¨® el Benzema de primavera, presente en todas las zonas de conflicto, capaz de encontrar una salida en cada una de ellas. Una l¨¢stima que Rodrygo no acabe de entender tanta maniobra imprevisible del franc¨¦s. Esa asignatura ya la aprob¨® Vinicius.

El Chelsea se quedaba en el amago, especialmente en la banda de Reece James, que qued¨® marcado a fuego por Vinicius, y en alguna salida de Kant¨¦, cuyo motor no lo aver¨ªa ni una lesi¨®n de ocho meses. Al resto le costaba crear y replegar. El Madrid ten¨ªa mucho espacio y poca claridad en la suerte suprema. Se despidi¨® de la primera parte con un disparo lejano de Valverde, una opci¨®n muy menor en un ataque de cuatro contra tres.

Con diez

En la segunda volvi¨® el mismo Vinicius, mal sue?o de Reece James. Su mezcla con Benzema es explosiva. Nadie corre m¨¢s que el brasile?o, nadie pausa mejor que Benzema a la espera de refuerzos. Esta vez la caballer¨ªa fue Modric, al que se le fue alta una rosca por un palmo.

El partido andaba en tiempo muerto cuando Rodrygo le encontr¨® la espalda a Chilwell, quien para evitar lo irremediable le derrib¨® al borde del ¨¢rea. Salv¨® el gol y se llev¨® la roja. Antes Lampard hab¨ªa perdido a Koulibaly, por una lesi¨®n muscular, y opt¨® por recoger velas. Meti¨® a Chalobah como tercer central para aguantar el temporal y esperar mejores tiempos en Stamford Bridge. Para resistir el asedio ya no ten¨ªa sentido Jo?o F¨¦lix, que una vez m¨¢s se fue del Bernab¨¦u con las manos vac¨ªas.

Para evitar el peligro, Ancelotti quit¨® al brillante pero amonestado Camavinga. Tambi¨¦n lleg¨® al partido Asensio, de puntualidad brit¨¢nica con el gol. Lleg¨® a tiempo una vez m¨¢s. Al Madrid le faltaba ese punto de emoci¨®n necesario para rematar a la pieza. Mandaba con una cierta frialdad, pero le bast¨® con darle una pelota al balear en el borde del ¨¢rea para que este metiera un zurdazo raso inapelable. Definitivamente, Ancelotti ha desempolvado a un futbolista que pone el gol por delante de cualquier cosa. El italiano dio por bueno el 2-0, retir¨® a sus dos centrocampistas monumentales, Kroos y Modric, vio c¨®mo Benzema perdonaba el 3-0, c¨®mo R¨¹diger evitaba el 2-1 y mir¨® al partido de vuelta, quiz¨¢ consciente de que su equipo remonta mejor que administra.