Brillo y foll¨®n

Brillo y foll¨®n. As¨ª, con esas dos palabras, podr¨ªa resumirse el primer Espa?a-Brasil de la historia jugado en el Bernab¨¦u. Un duelo con una primera parte primorosa de La Roja en la que la magia de Lamine Yamal y un golazo de Olmo promet¨ªan fiesta. Un partido en el que Brasil reaccion¨® y lleg¨® a igualar a dos gracias a ese Endrick que en nada lucir¨¢ el escudo del Real Madrid en el pecho. Y con un 3-3 final tras un penalti marcado por Paquet¨¢ en el 96¡ä. Una noche con pitos a Morata y ovaci¨®n para Lamine. Un 26 de marzo lluvioso y desapacible en el que todos jugaban contra el racismo. A ese s¨ª que hay que ganar por goleada.

De la Fuente hab¨ªa apostado por un equipo ambicioso, con el eje francoespa?ol Le Normand-Laporte en defensa, Rodrigo a los mandos y Olmo de enganche. En ataque, las alas de Lamine y Nico eran el mejor sustento para Morata. En Brasil, era tal el escenario, el rival que ten¨ªa enfrente y la causa que justificaba el partido, la de la lucha contra el racismo, que Dorival debi¨® de pensar que no hab¨ªa lugar para los experimentos. As¨ª que calc¨® el once que el s¨¢bado se enfrent¨® (y gan¨®) a Inglaterra en Wembley. Centro del campo de la Premier, delantera al completo de LaLiga y defensa con alg¨²n ingrediente de la competici¨®n brasile?a, que es lo que mejor conoce. Es dif¨ªcil nombrar un club local al que no haya dirigido Dorival. ?Cruzeiro? S¨ª. ?Vasco da Gama? Tambi¨¦n. ?Flamengo? Hombre, claro. Y Sao Paulo, Fluminense, Palmeiras, Santos...

La primera inc¨®gnita, la de saber qui¨¦n dominar¨ªa el bal¨®n, qued¨® r¨¢pidamente despejada. La pelota era de Espa?a y as¨ª llegaron los primeros centros al ¨¢rea, incluso el primer c¨®rner, tan solo el presagio de lo que suceder¨ªa en el minuto 12. Espa?a cambi¨® de banda a banda y el bal¨®n qued¨® en la pierna izquierda de Lamine, que es como elegir entre susto o muerte. Recort¨® a Wendell al entrar en el ¨¢rea y super¨® a Joao Gomes, quien meti¨® la pierna all¨ª donde hay que pens¨¢rselo dos veces antes de hacerlo. ?Resultado? Penalti. Penalti light, dir¨ªamos, porque es cierto que el centrocampista del Wolverhampton mueve el pie, aunque tambi¨¦n lo es que el azulgrana puso mucho de su parte para que Antonio Nobre se?alase la pena m¨¢xima. Rodrigo firm¨® el 1-0.

Lo peor para Brasil es que no escarment¨®. Sigui¨® jugando con lentitud y se mostr¨® ap¨¢tica al organizarse en defensa cada vez que La Roja robaba el bal¨®n. La cara de Dorival lo dec¨ªa todo. Las piernas de Bruno Guimaraes, tambi¨¦n. El del Newcastle no encontraba el bal¨®n con el que iniciar el juego del equipo en gran parte por la inclusi¨®n de Olmo entre la defensa y el centro del campo canarinhos.

Sin Vinicius inspirado, el arte lo pon¨ªa un chaval virtuoso, joya del Bar?a y alegr¨ªa para todo aquel al que le guste el f¨²tbol. Lamine se desmarc¨®, regal¨® esprints, dribl¨® rivales con la pelota pegada a la cal, se asoci¨® y mantuvo la calma cuando deb¨ªa hacerlo. En suma, demostr¨® que eso de que tiene 16 a?os es una de las mayores mentiras que se dicen ¨²ltimamente en este pa¨ªs. Y se dicen unas cuantas.

Pero claro, cuando uno juega tan bien es f¨¢cil que haya otros que quieran sumarse a la fiesta. Olmo fue el primero en hacerlo, as¨ª que en el 35¡ä, el del Leipzig recibi¨® un bal¨®n dentro del ¨¢rea y, pese a estar rodeado de tr¨¢fico, prob¨® con marcar un gol de portada: hizo un ca?o a Beraldo, recort¨® a Guimaraes y bati¨® a Bento con una rosca de izquierda. Lo dicho, de portada. La l¨¢stima es que cuando se acercaba el descanso, Unai Sim¨®n, al tratar de iniciar ataque jugando con el pie, regal¨® el bal¨®n en la frontal del ¨¢rea a Rodrygo, quien no lo desaprovech¨®. Vaselina y 2-1.

Esa jugada fue como darle a Brasil las llaves de un partido en el que no consegu¨ªa entrar. Ayud¨® tambi¨¦n que Dorival metiera en el descanso a Couto y Endrick, a quien no se le ocurri¨® mejor manera de estrenarse en el que ser¨¢ su pr¨®ximo hogar que marcando un gol. Un tanto de pistolero al rematar de primeras un despeje fallido de Laporte. Eso apag¨® a Espa?a y abri¨® un comp¨¢s de espera en el que Brasil deb¨ªa decidir si quer¨ªa ir abiertamente a por la victoria. No lo hizo, aunque s¨ª gan¨® peso ante un rival en el que De la Fuente no realiz¨® cambios hasta el minuto 81. La entrada de Oyarzabal por Morata, que fue pitado, fue testimonial en un duelo que se enrareci¨® en sus minutos finales, con los defensas brasile?os cansados de las virguer¨ªas de Lamine, y con Endrick soltando una patada a Cucurella que le vali¨® la amarilla pero que, de haber existido VAR, probablemente hubiera supuesto su expulsi¨®n. Fue el ep¨ªlogo gris a un partido que regal¨® en sus ¨²ltimos diez minutos dos penaltis m¨¢s, uno por derribo de Pereira a Carvajal (marc¨® Rodrigo) y otro por falta de Carvajal a Galeno (gol de Paquet¨¢). Un final con mambo entre dos selecciones de sangre caliente. Un amistoso vestido de oficial.

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