Bad¨¦ se transforma en un ¡®bad boy¡¯
El central del Sevilla est¨¢ exhibiendo en los Juegos Ol¨ªmpicos una contundencia y un dominio del otro f¨²tbol que no se le conoc¨ªa en Nervi¨®n.
Cuando el Sevilla dio el visto bueno a la participaci¨®n de Loic Bad¨¦ en los Juegos Ol¨ªmpicos se esperaba que la cita parisina sirviera de escaparate y motivaci¨®n para el central franc¨¦s. En contrasprestaci¨®n, se perder¨ªa la pretemporada a las ¨®rdenes de Garc¨ªa Pimienta, pero se consideraba un problema menor. Sin embargo, dicho problema puede quedar en an¨¦cdota a la vista del crecimiento de Bad¨¦ en los Juegos, donde se ha convertido en el jefe de la zaga de los de Thierry Henry.
La mejor muestra fue el partido contra Argentina, en el que Bad¨¦, a sus 24 a?os, tir¨® de veteran¨ªa, contundencia y conocimiento del otro f¨²tbol para ser uno de los baluartes de la victoria francesa. En el pa¨ªs vecino todo el mundo tiene cuentas pendientes con los argentinos desde el Mundial de Qatar, la derrota en la final y el viral c¨¢ntico racista que pas¨® de las gradas al vestuario del equipo que gan¨® la Copa Am¨¦rica. Bad¨¦ no hizo prisioneros durante el partido e incluso se le vio celebrando acciones defensivas en la cara de los contrarios.
Al final del encuentro, Bad¨¦ fue acusado por los argentinos de irse a celebrar el triunfo a la zona de la grada donde estaban los familiares de los jugadores de Argentina. Otamendi no escond¨ªa su escozor: ¡°Los jugadores pueden festejar pero donde est¨¢ la gente, los familiares... Hay uno que ni s¨¦ c¨®mo se llama, Balde, Bade no s¨¦ (se refiere a Loic Bade), que si tiene ganas de festejar, que venga donde estamos nosotros y lo resolvemos. Me cabrea mucho. No est¨¢ bien que lo celebren en su cara. Le dije a los chicos que as¨ª se defiende la camiseta de Argentina. Me molesta mucho que hayan ido hasta adonde estaban los familiares para festejarlo a ellos en la cara.Me cabrea mucho. No est¨¢ bien que lo celebren en su cara¡±.
Es la palabra de Otamendi contra la de Bad¨¦. L¨®gicamente, argentinos y aficionados al f¨²tbol poco partidarios de Bad¨¦ y/o el Sevilla reprobar¨¢n la opci¨®n. Mientras, en Nervi¨®n se frotan las manos, tanto por las posibles ofertas como por, si no llegan, el regreso de un Bad¨¦ transformado y mejorado. De un central fino con la pelota en los pies a todo un bad boy de los que siempre, y tanto, han gustado en el S¨¢nchez Pizju¨¢n.
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