Avisen al ebanista, hay que arreglar la puerta del vestuario
Mantengo desde hace a?os una broma privada con el padre de un canterano del Racing, magn¨ªfico futbolista, como ha vuelto a demostrar de nuevo esta temporada, ya fuera del club, que siempre que me ve en alg¨²n campo de f¨²tbol de Cantabria me interpela con una sonrisa y una pregunta con retint¨ªn: ¡°?Qu¨¦, alguno ha tirado la puerta o sigues esperando?¡±. Viene a cuento esto a que ¨¦l, en su momento, como otros familiares de canteranos, se quejaba de que las oportunidades para los chavales que llegaban del filial eran de mentira, que las oportunidades de verdad eran de varias titularidades seguidas y yo le respond¨ªa que eso, en el f¨²tbol de hoy en d¨ªa, es imposible, que el canterano que quiera entrar al vestuario del primer equipo tiene que derribar la puerta. Como hizo Pablo Torre, protagonizando un recital en Lezama en su segundo partido, como hizo Sergio Canales ante el Espanyol en su cuarto partido con Portugal (tras hacerlo muy bien en los tres primeros) o Pedro Munitis, callando con un partidazo los silbidos en el primer amistoso tras su cesi¨®n en Badajoz (la pol¨¦mica ya ha prescrito). Pues bien, Mario Garc¨ªa ha derribado la puerta. Sin discusi¨®n. Estreno en Ponferrada, en una final, perdiendo, y firma 45¡ä minutos estupendos y una asistencia. Vuelve en Oviedo y lo borda en ataque. Lo borda. S¨ª, se le fue Moro dos veces (?a qui¨¦n no se le va Moro dos veces? ?Le vieron el s¨¢bado contra el Levante?), es verdad. Y ayer, golazo y partido para que Jos¨¦ Alberto y Martija echen el freno antes de contratar a un lateral izquierdo. Veremos la pretemporada..., pero esa es la actitud, la que ha tenido el chaval de Pe?acastillo: patad¨®n a la puerta del vestuario del primer equipo.
Un jugador diferente
El fin de fiesta del domingo tambi¨¦n dej¨®, adem¨¢s de la alegr¨ªa de ver a Cedric recuperando sensaciones y marcando un gol muy de la especialidad de la casa, el mejor partido de la temporada de Yeray. En las ¨²ltimas ocasiones en las que hab¨ªa jugado se hab¨ªa empe?ado, o le hab¨ªan pedido que lo hiciera, eso lo sabr¨¢n ¨¦l y su entrenador, en encararse mano a mano con su lateral en cada bal¨®n que recib¨ªa, siempre recortando para dentro. En plan extremo puro, con una sola jugada. Previsible. Ayer, no. Ayer fue ese futbolista especial que descubri¨® Ezequiel Loza el a?o pasado en el Rayo Cantabria, cuando le sac¨® de la mediapunta y le llev¨® a la derecha, pero no para jugar de extremo, sino para crear desde fuera, recibiendo perfilado. Con cambios de orientaci¨®n precisos de 60 metros, con apariciones indetectables entre l¨ªneas, siendo un apoyo l¨²cido para cualquiera en el frente de ataque. Y con tiro. Como extremo no le va a dar para el f¨²tbol profesional, como talentoso efecto efervescente del juego de ataque partiendo de la derecha, de sobra. Tiene personalidad y mucho gol, que no es poco. Hay que trabajarle, pero hay madera de sobra. Ojal¨¢ tengamos que recuperar muchas veces en el futuro esta bonita foto de Mario y Yeray celebrando el segundo gol del Racing.
Lo triplic¨®, casi nada
El fútbol es complicado. Pero muchas veces lo intentan complicar los protagonistas, especialmente los entrenadores. José Alberto no es de esos. Cuando llegó sustituyendo a Guillermo Fernández Romo, con el Racing marcando 10 goles en 20 partidos, fue muy claro: "Tenemos que aumentar el ritmo anotador, con un gol cada dos partidos, hagamos lo que hagamos, no nos va a dar". Dicho y hecho. La explicación es que su equipo ha sido capaz de triplicar la ratio goleadora, de marcar un gol cada dos partidos ha pasado a notar 1,3 tantos por encuentro. ¿Ha tirado de la manta y ha encajado más? Sí, un poco más, de 0,8 goles/partido a recibir un gol por jornada. Y no han sido los fichajes, que Baturina solo ha aportado cuatro y Sangalli ninguno, y se han seguido fallando penaltis y han continuado estrellando balones en los postes. Ha sido tan sencillo como pasar de preparar los partidos para intentar encajar menos a hacerlo para tratar de marcar más. Jugador de chica, perdedor de mus, que decía el clásico. José Alberto es más de órdago a grande. Y le va bien. Y al Racing. Que siga.