Aterriza como puedas

Este 2025 no ha podido empezar mejor para los intereses del FC Barcelona. Aparte de la consecuci¨®n de segunda plaza en la Champions, que le permite al equipo evitar el ¡®play off¡¯ en febrero, y los brotes verdes que se vislumbran en LaLiga, tras un final de a?o ciertamente desolador, hay que sumar la consecuci¨®n del primer t¨ªtulo de la temporada y por ende de la era Hansi Flick, la Supercopa de Espa?a. Un triunfo, tan o m¨¢s importante, por la forma en que se conquist¨® y el rival, el Real Madrid de Mbapp¨¦ y compa?¨ªa. Una victoria que llegaba adem¨¢s tras la pol¨¦mica de las inscripciones de Dani Olmo y Pau V¨ªctor, con corte de manga incluido de Joan Laporta cuando acced¨ªa al estadio para ver las semifinales ante el Athletic.

Tanta tensi¨®n, malos rollos, conatos de enfrentamientos, desaires, amenazas, ultim¨¢tums y situaciones al l¨ªmite ten¨ªan que desbordarse de una u otra manera. Y fue en el vuelo de regreso a Barcelona cuando se vivi¨® una explosi¨®n de felicidad inimaginable, con un Laporta desatado, siendo el gran animador de la fiesta a diez mil metros de altura.

El podcast ¡®Bar?a Reservat¡¯ de Catalunya R¨¤dio revel¨® algunos de los momentos m¨¢s ¡®salvajes¡¯ de esas seis horas de vuelo. Tras el brindis protocolario con el t¨ªtulo de marras con los capitanes, entrenador y presidente, los ¨¢nimos se empezaron a caldear. Los jugadores aprovecharon la coyuntura para arrancarle a Laporta la promesa de una prima por el t¨ªtulo conquistado -la ¨²ltima Supercopa ganado supuso 100.000 euros para cada jugador y 10.000 euros para el staff-.

A medida que avanzaba el avi¨®n, los ¨¢nimos se fueron exaltando, hasta el punto que Laporta empez¨® a corear a pleno pulm¨®n, ¡®?boti, boti, boti, madridista el que no boti!¡¯ (bote, bote, bote, madridista el que no bote), con la consecuente reacci¨®n de buena parte de los pasajeros, que empezaron a imitar al presidente. Una ocurrencia que no hizo mucho gracia a los m¨¢s aprensivos a los vuelos, que se quedaron blancos, viendo c¨®mo m¨¢s de la mitad de las personas empezaban a botar al ritmo que marcaba el dirigente blaugrana.

Pero a Laporta le quedaban ganas y fuerzas para m¨¢s. Y aprovech¨® el momento ¡®m¨¢gico¡¯ de exaltaci¨®n cul¨¦ para abanderar una conga por el largo pasillo de la aeronave, que secundaron buena parte de los directivos y familiares. Un aut¨¦ntico ¡®desmadre¡¯ que sirvi¨® como apoteosis a una jornada m¨¢gica.

Cuando la expedici¨®n blaugrana aterriz¨® al filo de las siete de la madrugada, los jugadores pagaban con sus caras. Tanto es as¨ª que, Hansi Flick decidi¨® anular la sesi¨®n de trabajo y las pruebas a ??igo Mart¨ªnez se pospusieron al d¨ªa siguiente. En todo caso, todos coincid¨ªan que hab¨ªa merecido la pena vivir en directo el viaje m¨¢s loco de sus vidas.

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