Asumir riesgos por fuera para ganar el partido por dentro
El centro, en pol¨ªtica, no pasa por su mejor momento. En Espa?a, pero tambi¨¦n en gran parte del planeta, son los extremos los que est¨¢n condicionando el gobierno del mundo. En el f¨²tbol, sin embargo, la mayor¨ªa de las veces el que controla el centro se lleva el partido. Se vio el domingo en Riad y se vio, muy claramente, el s¨¢bado en El Sardinero. Abelardo quiso ganar el partido arrasando por los carriles y Jos¨¦ Alberto prefiri¨® aguantar como pudo las bandas para asegurar tener superioridad num¨¦rica en la sala de maquinas. Acert¨® el ovetense. Gan¨® el Racing.

El entrenador s¨ª importa. Y mucho
Uno de los grandes secretos del deporte espa?ol para ser la indiscutible potencia que es en el deporte de equipo es que en nuestro pa¨ªs podemos presumir de tener los mejores t¨¦cnicos del mundo. No en uno o dos deportes, en muchos. Nuestros entrenadores (los buenos, que tambi¨¦n los hay malos, claro) a¨²nan formaci¨®n, conocimiento t¨¦cnico, trabajo, disciplina, imaginaci¨®n y mano izquierda en su justa medida. Una combinaci¨®n que en en otros pa¨ªses les cuesta equilibrar. O se pasan o no llegan en varias de esas facetas. Aunque es indudable que, al final, son los deportistas los que tienen que llevar a cabo lo dise?ado por esos entrenadores, no hay nada m¨¢s equivocado que pensar que los resultados dependen casi exclusivamente de la calidad individual que has sido capaz de pagar y meter en el vestuario. Lo primero, porque, como se est¨¢ viendo en el Racing en las ¨²ltimas semanas, cada jugador parece mejor si el engranaje est¨¢ bien dise?ado y mejor trabajado. Lo que va de Pancho Villa a Von Karajan.
No quiero ser pesado con lo de la Supercopa, que ya se ocupan en otros negociados de este peri¨®dico, pero tanto en el duelo entre Xavi y Ancelotti como en el pulso de Jos¨¦ Alberto y Abelardo, el resultado final tuvo mucho que ver con el que estuvo m¨¢s acertado en la batalla de las pizarras. El ya ext¨¦cnico del Sporting crey¨® ver debilidad defensiva en los costados del Racing, ahora con laterales m¨¢s ofensivos que defensivos, Dani Fern¨¢ndez y Sa¨²l Garc¨ªa, y con dos extremos sospechosos de correr poco para atr¨¢s, Mboula e ??igo Vicente, y decidi¨® apostar por tres centrales y dos carrileros largu¨ªsimos, aunque eso le costara dejar dos contra tres en el medio a Pedro D¨ªaz y Nacho Mart¨ªn frente a ??igo, Aldasoro y Pombo. De entrada, un par de arrancadas de Guille Rosas por la derecha y Diego por la izquierda parecieron encender las alarmas en los locales, pero Jos¨¦ Alberto aguant¨® el tipo (¡±nunca pens¨¦ en cambiar el dibujo, era nuestro plan de partido¡±, dijo al final), apret¨® los dientes, pidi¨® atenci¨®n defensiva a sus extremos y esper¨® que el partido se asentara. En cuanto eso sucedi¨®, el Racing arras¨® al Sporting. A la media hora, ya con 2-0 en contra, el Pitu quit¨® uno de los centrales pero para meter un segundo punta, no un tercer medio, otro error. En la segunda parte acab¨® jugando casi con cuatro delanteros..., dio lo mismo. La guerra ya la hab¨ªa perdido en la pizarra. Antes de empezar el partido. A veces pasa.

El Negro Enrique y Dani Fern¨¢ndez, asistentes de oro
Cuenta la leyenda que al final del Argentina-Inglaterra del Mundial 86, en México, Héctor Enrique, cuando todo el vestuario aclamaba a Maradona por sus extrordinarios goles (el de la mano tampoco tuvo nada de ordinario), se acercó al grupo y reivindicó su parte en la historia: "Ché, viejo, todos te saludan a vos por la jugada, pero si yo no te hubiera dado ese tremendo pase, no hubiera habido gol". Todo el equipo estalló en carcajadas..., aunque no dejaba de ser verdad. Cierto que el Negro Enrique le dio el pase al Diego 10 metros dentro de su campo y que el 10 por antonomasia tuvo que conducir 60 metros y dejar tirados a cinco ingleses, todo nació en las botas del Negro. Como el maradoniano gol de Mboula nació en las botas de Dani Fernández. Jordi hizo una carrera aun más larga que la del Pelusa (con un control inicial casi igual de bueno), salió de un 1 contra 3 brutal y chutó, bien, dos veces con su pierna mala..., pero Dani tiene derecho a su parte de gloria. Entre otras cosas porque también filtró un pase buenísimo a Matheus (que también hizo lo suyo) en el segundo gol. A ver quien saca del once a Dani Fernández y a Saúl tras sus últimas actuaciones...