Alerta amarilla: Cyle Larin, a una tarjeta de la suspensi¨®n
El canadiense ha visto cuatro amonestaciones, todas despu¨¦s del minuto 88, y si Iglesias Villanueva le ense?a una en La Cer¨¢mica se perder¨¢ el duelo ante el Girona.
Cyle Larin, jugador del Real Valladolid, no pasa por ser un tipo violento. Ni siquiera protesta porque apenas habla algunas palabras en castellano, pero en menos de tres meses, en nueve partidos, ya ha visto cuatro tarjetas amarillas. Muchas para ser un delantero. Casi tantas como goles ha marcado, cinco, desde que llegara en el mercado de invierno.
Lo cierto es que el delantero canadiense, que se llev¨® golpes de todo tipo en el encuentro ante el Mallorca, ha visto amonestaciones sorprendentes teniendo en cuenta lo que le han pegado a ¨¦l en los partidos. Y la gran curiosidad es que todas ellas las ha visto despu¨¦s del minuto 88 y tres de ellas tras los 90 minutos reglamentarios.
La primera vez que fue amonestado fue en San Sebasti¨¢n, en el minuto 92, por ¡°retrasar la puesta en juego del bal¨®n, con ¨¢nimo de perder tiempo¡±, seg¨²n consta en el acta de aquel d¨ªa de Gonz¨¢lez Fuertes, la segunda la vio en el encuentro ante el Elche, en el minuto 101, cuando D¨ªaz de Mera le amonest¨® por ¡°protestar una de mis decisiones¡±, mientras que la tercera la vio en Zorrilla, en el 88¡ä, ante el Athletic. Alberola Rojas le amonest¨® por ¡°derribar a un contrario, de manera temeraria, en la disputa del bal¨®n¡±. En estos tres partidos, el canadiense anot¨® gol.
La cuarta tarjeta, la que le lleva a estar apercibido de sanci¨®n, le fue ense?ada a Larin en el ¨²ltimo encuentro del Real Valladolid ante el Mallorca el pasado fin de semana. Mu?iz Ruiz le amonest¨® en el minuto 93 por ¡°jugar el bal¨®n con el brazo, evitando con ello un ataque prometedor¡± y ese d¨ªa no consigui¨® marcar. Pese a ello, es el m¨¢ximo goleador del equipo, junto a Sergio Le¨®n, con cinco dianas y es la principal referencia ofensiva del equipo, que deber¨¢ cuidarse de que Iglesias Villanueva, trencilla que dirigir¨¢ el duelo en La Cer¨¢mica, no le amoneste.