Alemania sigue perdida

Con el silbato del colegiado S¨¢nchez Mart¨ªnez y una revoluci¨®n light de Hansi Flick, Alemania se plantaba en el Pusk¨¢s Arena con la obligaci¨®n moral y matem¨¢tica de empaquetar los tres puntos tras una presentaci¨®n fr¨ªa en esta nueva edici¨®n de la Nations League. Dos empates de sensaciones tibias, uno ante Italia y otro ante Inglaterra, a los que a?adi¨® un tercero que evidencia el hecho de que quedan muchas piedras por poner en su particular reconstrucci¨®n. Con la entrada de S¨¹le, Kehrer, Goretzka y Werner, una modificaci¨®n por cada l¨ªnea, pretend¨ªa el seleccionador encontrar el coraz¨®n de La Mannschaft. Ese con el que finaliz¨® una casi inmaculada clasificaci¨®n al Mundial de Qatar con siete victorias consecutivas que ahora se ven empa?adas a cinco meses de la gran cita.

A la causa falt¨® R¨¹diger, el nuevo flamante fichaje madridista, sancionado. Su ausencia desvisti¨® de autoridad la zaga de tres integrantes por la que volvi¨® a apostar de nuevo Hansi Flick, pero no fue el ¨²nico debe que se apunt¨® el t¨¦cnico en su libreto. La excesiva sobreexcitaci¨®n con la que compareci¨® esta baby Mannschaft (casi 26 a?os de media) acab¨® por derivar en ansiedad y precipitaci¨®n iniciales, consumadas en el primer rev¨¦s. Orban envi¨® desde la retaguardia un bal¨®n medido al galope de Fiola. La mano felina de Neuer salv¨® el cabezazo de Sallai, pero estaba vendido ante Zsolt Nagy, que fusil¨® a placer tras recoger el rechace en ¨¢rea peque?a.

De otro env¨ªo kilom¨¦trico nacer¨ªa el empate. Tres minutos y tres toques le bastaron a Alemania para empatar. Los prism¨¢ticos y la zurda de seda de Nico Schl?tterbeck, que demostr¨® por qu¨¦ es el centinela nacional del futuro, encontraron el desmarque afilado de Jonas Hofmann, que con dos toques salv¨® la salida de Gul¨¢csi y anot¨® a placer. Ah¨ª estaba el coraz¨®n y la casi inigualable gen¨¦tica competitiva teutona para reiniciar el partido. El gol liber¨® los fantasmas de Alemania. Por el pasillo Schl?tterbeck-Kimmich-Musiala y la inagotable movilidad de Timo Werner encontr¨® la fluidez necesaria para ense?ar colmillo y mostrar el pesaje de su escudo, pero Hungr¨ªa demostr¨® ser m¨¢s hueso que cenicienta.

Las arenas movedizas de Hungr¨ªa

Dura, herm¨¦tica y con tres demonios arriba, evidenci¨® que este grupo 3, con Italia e Inglaterra, es de alto voltaje. Un disparo demasiado cruzado de Werner, un cabezazo mordido de Havertz y una rosca a pie cambiado de Raum dejaron pasar los mejores minutos de los de Flick. Este ¨²ltimo, el carrilero del Hoffenheim, tambi¨¦n neutraliz¨® al galope un posible mano a mano ante Neuer, que volvi¨® a exhibir reflejos ante un disparo a bocajarro de Fiola. Szoboszlai y ese bomba inteligente a bal¨®n parado con su copyright tambi¨¦n avisaron. Al descanso, Alemania disfrutaba de una sensaci¨®n de falso control, asom¨¢ndose sobre los dominios de Gul¨¢csi pero con tendencia a mirar m¨¢s hacia delante que hacia atr¨¢s. Los pecados de juventud de una selecci¨®n todav¨ªa en transici¨®n y rejuvenecimiento.

Hungr¨ªa encontraba la fuga de agua a la espalda de Kimmich, desbordado. Flick trat¨® de estirar tanto al equipo a lo largo y ancho que abandon¨® a su suerte al centrocampista del Bayern, con infinidad de virtudes, pero con las f¨ªsicas a la cola. Alemania sacrific¨® entonces verticalidad por seguridad, con Hungr¨ªa, fortificada atr¨¢s, aceptando la propuesta de buen grado. Esa suma result¨® en media segunda parte pr¨¢cticamente intrascendente. La Mannsachft fue dej¨¢ndose atrapar por el espesor del partido, con la selecci¨®n magiar soltando aguijonazos: Sallai no aprovech¨® un regalo de Kehrer y una mano de acero de Neuer evit¨® el golazo de Gazdag. Entre medias, Hoffman pec¨® de generoso en un mano a mano con Werner de acompa?ante.

Ni el toque de corneta de Flick desde el banquillo, con las entradas de G¨¹ndogan, Brandt, M¨¹ller, Nmecha o Adeyemi consigui¨® dar un vuelco a la situaci¨®n. Alemania volvi¨® a tomar el bast¨®n de mando del partido, pero su embestida final apenas hizo cosquillas a Hungr¨ªa, al que este cuarto punto le sabe a gloria. De hecho, pudo incluso haber celebrado la victoria si Adam hubiera acertado con un cabezazo a bocajarro que acab¨® en los guantes de Neuer, m¨¢s usados de lo que esperaba. Flick deber¨¢ seguir tratando de buscar la soluci¨®n al enigma a contrarreloj. ?Por qu¨¦ esta selecci¨®n no acaba de despegar?