Al Athletic le sobra la Liga

El Athletic parece empe?ado en despreciar la Liga, en remitirse a otro torneo; en definitiva, en quedar abocado a pensar en la Copa. Se pod¨ªa poner sexto, reengancharse a la tan anhelada pelea por Europa, y dej¨® pasar otra oportunidad de oro. El Girona, que en dos comparecencias se hab¨ªa llevado un par de derrotas y ni lleg¨® a marcar, esta vez hizo tres goles. Bueno en realidad, uno, los otros se los dejaron en el buz¨®n en plan regalo. D¨ªa hist¨®rico, por tanto. No es que saliera el conjunto vasco en huelga, pero su cabeza parec¨ªa m¨¢s en El Sadar que en su Catedral. Todo se le torci¨® desde el primer sorbo. La caraja defensiva le llev¨® a arrastrarse durante toda la matinal. Despu¨¦s llegaron autogoles, catarata de problemas f¨ªsicos y jugadores casi desahuciados por el t¨¦cnico al rescate. Fue un triunfo m¨¢s que merecido del equipo de M¨ªchel, que supo ahondar en los problemas que fueron apareciendo al rival a lo largo de uno de los d¨ªas m¨¢s aciagos que recuerda, un domingo negro y de lo m¨¢s accidentado. La palabra dolor no es capaz de resumir lo sucedido en el caso de los leones, porque se trataba del cuarto peor equipo a domicilio.

Las indecisiones, la p¨¦sima defensa del bal¨®n parado y los errores con p¨¦rdidas tontas propiciaron un 0-2 en 20 minutos para olvidar por parte local. A partir de ah¨ª, el Athletic se dedic¨® a mandar con el bal¨®n, pero sin generar juego interior ni remates. Empuje sin cabeza, sin ninguna idea. Y en estas, lleg¨® un 1-2 inesperado. Quedaba una hora para empatar, pero, a rengl¨®n seguido, se persisti¨® en el desprop¨®sito. Era dif¨ªcil con este panorama gestionar la segunda parte. El pulso de San Mam¨¦s iba muriendo sin remedio. Ra¨²l Garc¨ªa neg¨® el destino y, con diez por el infortunio de la lesi¨®n de Morcillo, hasta se engendr¨® una m¨ªnima esperanza dentro de dos horas llenas de rarezas. El m¨¢s constante fue Aleix Garc¨ªa, el rey de San Mam¨¦s.

Una concatenaci¨®n de desastres bilba¨ªnos, que no de fatalidades, puso al Girona con una jugosa ventaja de 1-3 al borde del descanso. Se encontr¨® el equipo de M¨ªchel un Athletic reiterativo, que insisti¨® en su debacle del partido de la primera vuelta en Montilivi, posiblemente el peor hasta ahora en la Liga. La ma?ana ya llegaba atravesada con el anuncio de baja de Nico Williams y en la primera parte se lesion¨® Sim¨®n, es decir, adi¨®s a los dos internacionales. Luego cayeron Yeray, Ra¨²l Garc¨ªa y Morcillo.

La tropa de Valverde no entr¨® bien al partido y en el minuto 4 ya se encontr¨® el primer mazazo, con una bonita combinaci¨®n por el flanco zurdo, culminada por Aleix Garc¨ªa, un jugador de enorme talento forjado en el Villarreal, que un d¨ªa reclut¨® el City y que ha pasado por muchos sitios, incluidos B¨¦lgica, Ruman¨ªa y Eibar, hasta encontrar en Girona el sitio ideal para desatar su enorme clase. Pero eso era solo el principio. Lo del minuto 19 era paranormal. Sac¨® de puerta Sim¨®n en corto pero sus compa?eros andaban en el desayuno. En una zona tan peligrosa como la prolongaci¨®n del ¨¢rea peque?a, Vesga arriesg¨® en exceso, algo impropio en un tipo de su calibre, y se la caz¨® ¡®Taty¡¯ Castellanos, aunque los reflejos felinos de Sim¨®n evitaron un gol que habr¨ªa dejado retratado al vitoriano. El Girona gan¨® dos balones de cabeza en la jugada posterior y Bueno exigi¨® otro esfuerzo del meta internacional. A la tercera, ya no fue capaz de arreglar m¨¢s entuertos. Como lo que mal discurre siempre puede empeorar, De Marcos acab¨® ese fragmento de partido marcando en propia meta.

El Athletic era una calamidad, un equipo que presionaba con cierto decoro, pero en cuanto le superaban en medio campo, dejaba enormes parcelas para jugar libremente. La basculaci¨®n era muy exagerada y M¨ªchel demostraba tener el partido perfectamente estudiado. Los visitantes dieron un paso atr¨¢s con el 0-2, se sent¨ªan muy c¨®modos atrincherados en su ¨¢rea. Los leones no ofrec¨ªan se?ales de peligro, m¨¢s all¨¢ de un tanto de I?aki en un fuera de juego de esos en los que desde el VAR se tiran las l¨ªneas de una forma peculiar, como lanzadas por un parvulito que a¨²n no sabe c¨®mo manejar bien la regla. Una chapuza como un piano de grande. La monoton¨ªa la pudo romper Yuri con un golazo desde la esquina del ¨¢rea, con el recorrido de 22,4 metros, atravesando un bosque de piernas. Uno de esos tantos que la tecnolog¨ªa, ahora que se ha apoderado del f¨²tbol, delimit¨® con un 3,7 por ciento de probabilidades de alcanzar el ¨¦xito. Su primer tanto este curso, ve puerta un a?o despu¨¦s

Ese tanto al final del primer tiempo parec¨ªa meter a los bilba¨ªnos en la refriega. Pero lleg¨® el m¨¢s dif¨ªcil todav¨ªa. La defensa de la estrategia sigui¨® con su acento verbenero, defendiendo el ¨¢rea peor que nunca, ante un equipo con buenos ejecutores, pero no muy dotado para el juego a¨¦reo ofensivo. Rizando el rizo, un centro lateral fue rozado por Yeray y m¨¢s tarde por Vesga, una fat¨ªdica doble colaboraci¨®n hasta que el bal¨®n se aloj¨® en las redes. Jarro de agua fr¨ªa sobre el intento de reacci¨®n vasca. Para rajarse las venas: dos goles a bal¨®n parado alojados en propia meta despu¨¦s de casi dos centenares de saques de esquina sin conseguir nada favorable. Todo eso acentu¨® un poco m¨¢s la imprecisi¨®n, el nerviosismo y la desconfianza de la grada, que lanz¨® varios reproches a Muniain porque este no levantaba los centros. Reaccion¨® el capit¨¢n con un gesto de no recibirlo bien.

La inconsistencia se qued¨® ya definitivamente en casa de los leones. Valverde puso a Agirrezabala en el segundo tiempo. Lo de los porteros da para un libro ¨²ltimamente en el Athletic. El Txingurri aline¨® al propio Julen en el Metropolitano para que agarre ritmo de cara a la Copa, el torneo al que est¨¢ grapado nuevamente, en vez de elegir el partido inmediatamente anterior a El Sadar, es decir, este ante el Girona. Luego va y se lesiona Sim¨®n, as¨ª que sale de nuevo el chaval. Y lo primero que hizo es detener una clara ocasi¨®n de Riquelme. Tambi¨¦n salt¨® al campo Ra¨²l Garc¨ªa tras el descanso, para disponer de dos ¡®nueves¡¯ en compa?¨ªa de I?aki Williams y cargar el ¨¢rea a base de bien. Este encadena cuatro meses, con un Mundial por medio, y trece partidos sin marcar, una de las peores rachas de su carrera en el Athletic. Apenas vari¨® el panorama. Es m¨¢s, la matinal sigui¨® empaquetando cosas extra?as, asuntos para el estudio de Iker Jim¨¦nez, cuestiones casi del m¨¢s all¨¢, reversos peleados con la l¨®gica. Por ejemplo, poner a Lekue de central tras retirar al tocado Yeray, que vio la quinta amarilla y no podr¨¢ jugar en Vallecas. O ver a Morcillo y Capa, dos jugadores a la cola de las preferencias del t¨¦cnico este a?o. El colmo de los colmos fue que el extremo no pudo ni tocar la pelota: en una acci¨®n a¨¦rea cay¨® de mala manera y se rompi¨® la clav¨ªcula.

El equipo de M¨ªchel saltaba l¨ªneas con facilidad. A los leones no les sali¨® nada a nivel futbol¨ªstico, bebieron como puro vinagre la fr¨ªa matinal. El Athletic estaba pendiente de un chispazo y este lleg¨®, pero muy impuntual, demasiado tarde. Lo propici¨® a un minuto para los 90 un disparate de Valery, que, en vez de pegar un pelotazo cerca de la meta propia, cedi¨® al portero. Una pistola cargaba apuntando al coraz¨®n entra?aba menos riesgo. Gazzaniga quiso ser a¨²n m¨¢s imprudente y, en vez de sac¨¢rsela de encima, medit¨® alguna virguer¨ªa, y en esas, el cuero le peg¨® en el tal¨®n. Estaba por ah¨ª un cazarrecompensas como Ra¨²l Garc¨ªa y agradeci¨® tanto obsequio. Esa picard¨ªa encendi¨® la caldera de San Mam¨¦s. I?aki Williams protagoniz¨® una jugada marca de la casa que no encontr¨® rematador. Y el propio ¡®Rulo¡¯ tuvo un cabezazo claro a saque de esquina, de esos que casi siempre canjea por un gol. En tres minutos, una avalancha que hizo olvidar el descalabro de los 87 restantes. Con diez a la heroica, intentando llevar a¨²n m¨¢s aliento a la Copa del mi¨¦rcoles, lo que les ronda por la cabeza este tiempo. Pero el Girona ya ten¨ªa en la saca el premio que mereci¨®. Este tipo de decepciones son ya un cl¨¢sico en la era moderna en Bilbao: tirar por el desag¨¹e tantas buenas intenciones en un compromiso asequible. El equipo, de hecho, suma dos puntos menos que la campa?a anterior tras 23 jornadas. Lo de siempre, vaya. Resignaci¨®n.