Los milagros existen. Por eso, el 13 de mayo de 2012 est¨¢ grabado a fuego en el imaginario colectivo de todo el rayismo. Tamudo cambi¨® el destino de la Franja, gracias a su cabezazo contra el Granada, en el 91'. Aquel gol supuso la permanencia y el episodio m¨¢s ¨¦pico de la historia del club para sus protagonistas. Lo recordamos con ellos diez a?os despu¨¦s...
Una d¨¦cada despu¨¦s, Vallecas sigue recordando aquel instante. El (otro) 'Tamudazo'. As¨ª se bautiz¨® a un momento ¨²nico, en el que un h¨¦roe de profesi¨®n firm¨® un gol de leyenda. Ese 13 de mayo de 2012, Tamudo reescribi¨® el destino del Rayo, dej¨¢ndole en Primera y salv¨¢ndole de un futuro m¨¢s que incierto. Su testarazo en el 91' supuso la vida para la Franja y la condena para un Villarreal al que Falcao ¡ªentonces en el Atl¨¦tico¡ª descendi¨® con uno de sus zarpazos. Caprichos del destino¡ El mismo que puso a los de Sandoval contra las cuerdas despu¨¦s de haber cuajado una buena temporada. Su goleada (6-0) a Osasuna le dejaba con 40 puntos en la jornada 32, pero una espiral de malos resultados ¡ªencaden¨® cinco derrotas consecutivas¡ª le oblig¨® a jug¨¢rsela contra un rival directo en el ¨²ltimo partido de Liga. Aquella noche, de transistores y suspense a partes iguales, se decid¨ªa qui¨¦n acompa?ar¨ªa al Racing en su camino a los infiernos y los candidatos para las otras dos plazas eran cinco: Sporting (pr¨¢cticamente desahuciado), Villarreal, Granada, Zaragoza y Rayo.
Vallecas estaba lleno y el recibimiento al equipo estuvo coloreado por confeti, rollos de papel y m¨¢s de 5.000 globos. Esa ilusi¨®n inicial iba dejando paso, a medida que el tiempo corr¨ªa, a unos nervios que crec¨ªan exponencialmente. Los franjirrojos no eran capaces de zafarse del empate frente a los nazar¨ªes, dirigidos por Abel Resino, y transitaron virtualmente por Segunda durante 33 largos minutos. Toda una penitencia, mientras reinaba la sensaci¨®n de que las plegarias de la parroquia local no iban a ser escuchadas. Eso cambi¨® en el primer minuto de los tres de a?adido decretados por Undiano Mallenco. Piti inici¨® la jugada con un zurdazo que se encontr¨® con la defensa enemiga, el rechace le cay¨® a Michu y el bal¨®n se estrell¨® esta vez con el larguero, y justo ah¨ª apareci¨® la cabeza del gran h¨¦roe de la noche, que hab¨ªa saltado al campo en el 75', con la corazonada de que algo grande estaba por llegar. No err¨®, ni en el vaticinio, ni en la oportunidad de pasar a la historia de nuevo. El 1-0 de Tamudo sellaba la permanencia de Rayo y Granada, hundiendo al Submarino, tras su derrota contra el Atl¨¦tico (0-1) y la victoria del Zaragoza en Getafe (0-2).
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"Esa semana hubo d¨ªas dif¨ªciles. Yo sab¨ªa que no iba a ser titular ese partido, pero todos est¨¢bamos nerviosos. Recuerdo las caras de mis compa?eros. Aquel domingo se respiraba mucha tensi¨®n desde que est¨¢bamos en el hotel. Ten¨ªamos una responsabilidad muy grande", arranca Tamudo, un delantero cuya leyenda se ha forjado entre gesta y gesta. Antes de la de Vallecas, se sucedieron 90 minutos de agon¨ªa: "Cuando dos equipos se juegan lo mismo, las piernas pesan m¨¢s de lo normal. No quieres fallar y no te sale nada de lo que intentas. Fue un duelo que no se anim¨® hasta el final¡". Hasta su salida desde el banquillo. "Tengo grabada la secuencia. Fuera de juego si hubiera habido VAR, pero como no lo hab¨ªa¡ S¨®lo tuve que empujar el bal¨®n y al girarme no vi a mis compa?eros, que se fueron por todo el campo desperdigados, sino a todo Vallecas dentro del campo celebrando el gol conmigo. No sab¨ªa muy bien d¨®nde estaba, tuvieron que desalojar¡ Fue una locura, pocos jugadores pueden vivir un gol as¨ª", reconoce el catal¨¢n, cuya memoria s¨®lo alberga un vac¨ªo: "A partir del pitido final no me acuerdo absolutamente de nada. Estaba en shock. Ni s¨¦ lo que hice, ni c¨®mo llegu¨¦ al vestuario¡".
"Marqu¨¦ y al girarme no vi a mis compa?eros, sino a todo Vallecas dentro del campo celebrando el gol conmigo"
Aunque ¨¦l, ya antes de entrar por Arribas, ten¨ªa un p¨¢lpito. "Estaba calentando con Nacho Sancho, el preparador f¨ªsico, y le vi sufriendo, as¨ª que le coment¨¦, medio en broma, medio en serio: 'No te preocupes que todav¨ªa no he salido. Seguro que tengo una y entra'. Se re¨ªa, como diciendo: 'El capullo ¨¦ste, ver¨¢s c¨®mo al final tenga raz¨®n'. Cuando todo acab¨® se lo fui a recordar, en plan: '?Ves! ?Si te lo hab¨ªa dicho¡!' Como si yo lo supiera (risas). Lo m¨¢s importante es que el Rayo se qued¨® en Primera, por esa afici¨®n tan sufridora que tiene, que se desvive por ¨¦l. Fue la recompensa a la lucha y el trabajo de un grupo que se dej¨® la vida hasta el ¨²ltimo suspiro", contin¨²a el actual adjunto a la direcci¨®n deportiva del Espanyol, uno de los hombres m¨¢s queridos en Vallecas: "Pasar¨¢ el tiempo y se seguir¨¢ hablando de ese tanto, el m¨¢s al l¨ªmite de la Franja, seguro. El f¨²tbol tiene estas cosas, cuando crees que lo has visto todo te vuelve a sorprender". Tal cual. Diez a?os despu¨¦s, el resto de protagonistas mantienen fresco el recuerdo y desvelan detalles in¨¦ditos porque hubo tantos 'Tamudazos' como almas rayistas sinti¨¦ndolo.
Aquella semana no fue una semana cualquiera. Todos ¡ªclub, equipo y afici¨®n¡ª eran conscientes de lo que hab¨ªa en juego, de ah¨ª que el t¨¦cnico, Jos¨¦ Ram¨®n Sandoval, fijase los entrenamientos a puerta cerrada. "Nos hermetizamos porque quer¨ªamos concentraci¨®n y trabajar cosas que no le llegaran al otro", relata el m¨ªster, que busc¨® una excepci¨®n a su regla para abrir las puertas a la hinchada en la previa: "Fue un chute de energ¨ªa. Era importante que mis jugadores vieran el sentimiento que hab¨ªa detr¨¢s de toda esa gente". La misma que decor¨® el vestuario con 88 mensajes, uno por cada a?o de vida del Rayo entonces. Las emociones estaban a flor de piel y la plantilla se concentr¨® antes del partido. Una cita a la que llegaron Javi Fuego y Armenteros, con molestias. Los franjirrojos, que en todo el curso no hab¨ªan pisado el descenso, depend¨ªan de s¨ª mismos y Sandoval sab¨ªa c¨®mo motivarlos: "Les pusimos v¨ªdeos de todo lo que hab¨ªa pasado durante esa 2011-12 y de lo que se nos pod¨ªa escapar. Al Granada le val¨ªa el empate, pero a nosotros no. Era un querer y no poder".
Por eso, el de Humanes no dud¨® en sacar la artiller¨ªa cuando el 0-0 parec¨ªa inamovible: "Tuvimos que arriesgar. Dejamos defensa de tres, quitamos a Arribas, y sacamos otro delantero, a Tamudo. Cuando empez¨® la jugada, en el 91', me toqu¨¦ el pecho y no me sent¨ªa los latidos del coraz¨®n. En cuesti¨®n de segundos, con el 1-0, se me dispar¨®. En ese instante, el coraz¨®n me volvi¨® a latir y volv¨ª a vivir, gracias al 'Tamudazo'. No nos merec¨ªamos bajar porque hab¨ªamos hecho un buen campeonato". Aquel gol descorch¨® la locura. El ¨¦xtasis. "Nunca hab¨ªa visto llorar a tanta gente de alegr¨ªa¡ Antes de llegar al t¨²nel me quitaron la corbata y no me di ni cuenta. Lo not¨¦ al ir a apretarme el nudo en la rueda de prensa. A?os despu¨¦s, cuando regres¨¦ con el Granada, un padre y un hijo en la grada de Bukaneros me ense?aron la corbata. Me la quer¨ªan devolver, pero no la acept¨¦ porque era su trofeo. Se la firm¨¦. Ismael y yo s¨®lo nos la cambi¨¢bamos cuando perd¨ªamos un partido. El a?o del ascenso la cambiamos poquito, pero en Primera era otro cantar¡ ?sta, si la tuviera, me la pondr¨ªa para los duelos decisivos", fantasea.
A partir de ah¨ª, la felicidad se apoder¨® de Vallecas y la primera reacci¨®n de Sandoval fue buscar a su familia, justo detr¨¢s. "Me di la vuelta y me abrac¨¦ a un guardia jurado creyendo que era mi hermano (risas). En ese momento pierdes la noci¨®n. Ese gol marc¨® la historia de la Franja. Es el episodio m¨¢s ¨¦pico y el que m¨¢s afici¨®n ha hecho¡ Todo el mundo empujaba. Toda Espa?a quiso meter ese tanto porque el Rayo cae bien. Recuerdo esa escena a c¨¢mara lenta, a m¨ª me dur¨® casi una hora¡ Lo m¨¢gico del 'Tamudazo' es el abanico de sentimientos que despert¨®. Por c¨®mo se cant¨® se debi¨® escuchar hasta en Europa", afirma emocionado el actual t¨¦cnico del Fuenlabrada, que con el pitido final sali¨® flechado hacia su mujer y sus hijas, sentadas en un palquito: "Mir¨¦ arriba y no vi a mi esposa. Me asust¨¦. Le dio un patat¨²s. Estaban mis familiares intentando reanimarla y dici¨¦ndole que lo hab¨ªamos conseguido. Ya despu¨¦s me resultaba imposible bajar. Ah¨ª la gente me llevaba como a Jesucristo, en volandas. La hinchada te daba besos, te agarraba, por eso no me di cuenta de que me faltaba la corbata (risas)".
"Me di la vuelta y me abrac¨¦ a un guardia jurado creyendo que era mi hermano"
La victoria no s¨®lo supuso la salvaci¨®n, tambi¨¦n la supervivencia de una entidad inmersa en Concurso de Acreedores. Y una vez m¨¢s, el papel de la afici¨®n fue determinante. "Hubo un momento del partido en el que percib¨ª miedo, irrumpi¨® el silencio y eso nunca lo hab¨ªa sentido en Vallecas. El Zaragoza hab¨ªa marcado y nosotros no ¨¦ramos capaces. Nos hab¨ªan noqueado, pero otra vez reaccion¨® la grada y nos empuj¨®. S¨®lo hay que ver c¨®mo est¨¢ el estadio con el gol. Esa noche los seguidores se llevaron trozos de las redes de la porter¨ªa, de c¨¦sped, butacas¡ de todo", explica Sandoval, que confiesa orgulloso: "Tenemos la Franja marcada. Cuando iba con el ch¨¢ndal del Sporting al lado de Quini y me ve¨ªan en los aeropuertos, me dec¨ªan: 'Mira, el entrenador del Rayo'. La gente se qued¨® con esa imagen del 'Tamudazo".
Junto a Sandoval siempre ha estado ¨¦l, Ismael Mart¨ªnez, su segundo entrenador y fiel escudero. Ambos tuvieron sobre sus hombros mucha responsabilidad, la de sortear un destino que, por momentos, pintaba muy negro. "La viabilidad de un club as¨ª, con tantos a?os de historia, con un sentimiento tan profundo¡ estaba en nuestras manos. Al principio, pasaba por ascender a Primera con una situaci¨®n complicada, de impagos. Despu¨¦s, no pod¨ªamos deshacer la obra o est¨¢bamos en las mismas. Lo sacamos adelante, gracias a un vestuario excepcional con M¨ªchel, Movilla, Cobe?o¡ gente que amaba el Rayo y supo gestionar esos momentos dif¨ªciles", argumenta el t¨¦cnico.
"Vino Nacho, el preparador f¨ªsico, y nos coment¨®: ¡®Oye, que me ha dicho Tamudo que lo saqu¨¦is que esto lo soluciona ¨¦l"
Hab¨ªa tanto en juego aquel d¨ªa que la prudencia, quiz¨¢ en exceso, hizo que el 0-0 luciese en Vallecas demasiados minutos. "No quer¨ªamos cometer errores y ambos est¨¢bamos con el freno de mano echado. Tambi¨¦n en el banquillo lo viv¨ªamos con mucha tensi¨®n. Nos mir¨¢bamos el doctor Beceiro y yo porque el reloj corr¨ªa a una velocidad incre¨ªble", narra con la preocupaci¨®n de anta?o, para desvelar un detalle al que hab¨ªa apuntado el mismo Tamudo: "Le ten¨ªamos calentando y vino Nacho, el preparador f¨ªsico, y nos coment¨®: 'Oye, que me ha dicho Tamudo que lo saqu¨¦is que esto lo soluciona ¨¦l'. ?Y lo solucion¨®! Como ya hab¨ªa hecho por ah¨ª alguna que otra vez¡ (risas). Hizo una temporada impecable".
Y en la vor¨¢gine del gol se toparon muchas sensaciones encontradas. "Para cuando empez¨® ese tumulto en la jugada ya no ve¨ªa (risas). Tuve que mirar tres veces si la pelota estaba dentro. Me ca¨ª de rodillas al c¨¦sped, las piernas me temblaban y no me daban para moverme. A los 30 segundos, me puse a correr como un loco. No daba cr¨¦dito. No me he abrazado a tanta gente en la vida. Estuve en el campo como una nube y en el vestuario re¨ª, llor¨¦¡", enumera Isma, que de vez en cuando se pone el v¨ªdeo en el ordenador o la narraci¨®n de Onda Madrid: "Lo hago en momentos de nostalgia. Pese a los sinsabores, eso te recuerda lo bonito que es el f¨²tbol". Y eso que el 'Tamudazo' trascendi¨® lo meramente deportivo. "Fueron dos a?os muy cr¨ªticos a nivel institucional, por eso la carga emocional tan grande con todo lo que suced¨ªa sobre el verde", reflexiona.
El runr¨²n de la desaparici¨®n del Rayo estaba ah¨ª de forma constante. Y ese peligro era real, tal y como asegura Jos¨¦ Plaza, uno de los administradores concursales de aquella etapa. La situaci¨®n era, como poco, preocupante. "La deuda ascend¨ªa a, aproximadamente, 60 millones de euros y conseguimos firmar un convenio, con quitas y esperas, que supon¨ªa un pago de 35M€, pero eso siempre y cuando el equipo se mantuviera en Primera. Esos ingresos eran fundamentales en el plan de pagos propuesto a los acreedores. Hoy en d¨ªa hay diferencia de ingresos entre clubes de diferentes categor¨ªas, pues hace una d¨¦cada era m¨¢s acusada a¨²n¡", advierte el abogado, que siempre que pod¨ªa se acercaba a Vallecas: "Sobre todo en los primeros meses del Concurso, que no hab¨ªa precisamente paz social dentro del club, con los socios, los empleados y dem¨¢s¡ Era bueno tener una presencia".
"Es probable que sin ese cabezazo estuvi¨¦ramos hablando de otra realidad para la entidad"
Aquel 13 de mayo, Jos¨¦ Plaza fue testigo del ¡®Tamudazo¡¯. La llave del futuro del Rayo. "Nos jug¨¢bamos mucho. Era vida o muerte. Era la aprobaci¨®n de un convenio para cumplirlo y subsistir o por el contrario desaparecer", dice con crudeza, ya que ese milagro lo cambi¨® todo: "Es probable que sin ese gol estuvi¨¦ramos hablando de otra realidad para la entidad. Es hist¨®rico tambi¨¦n por su importancia en el plano econ¨®mico. No hay que olvidar que en un club de f¨²tbol, hoy en d¨ªa sociedades an¨®nimas deportivas, t¨² puedes hacer una gesti¨®n muy buena, pero si luego no entra la pelotita est¨¢s fastidiado. Influye la suerte y de eso dependen muchos trabajadores y mucha gente".
Los administradores concursales estuvieron en el Rayo desde junio de 2011 hasta la firma del convenio, cuatro temporadas despu¨¦s. De aquella ¨¦poca, Jos¨¦ Plaza recuerda muchos escollos. "Cada d¨ªa era dif¨ªcil. Hab¨ªa mucha inestabilidad, muchas obligaciones de pago¡ Fue un sinvivir, que gracias a Dios termin¨® bien. El club ten¨ªa una econom¨ªa bastante ajustada, casi deficitaria, y los ingresos extraordinarios, que eran las ventas de activos (jugadores), se convirtieron en el sustento. Cada decisi¨®n que se tomaba era importante. Una de las mejores ¡ªya a toro pasado y pese a suponer un reto en lo econ¨®mico¡ª fue el fichaje de Paco J¨¦mez. Era una apuesta personal del presidente, corroborada por el otro administrador, el economista Luis P¨¦rez Gil, en paz descanse, y por m¨ª. Result¨® un acierto". Aquel v¨ªnculo que cre¨® con la Franja le llev¨® a ser patrocinador del equipo con Bufete Rosales y a¨²n perdura. As¨ª lo reconoce abiertamente el abogado: "Mis hijos y yo seremos rayistas mientras vivamos. Vallecas es un barrio emblem¨¢tico, obrero y su afici¨®n est¨¢ compuesta por gente trabajadora y luchadora. Ojal¨¢ todos tuvi¨¦ramos ese esp¨ªritu".
La mayor¨ªa de los rayistas no ha olvidado la alineaci¨®n de aquella cita inolvidable, con Cobe?o bajo palos; Tito, Arribas, Labaka y Casado en defensa; Movilla y Javi Fuego en la medular; por delante de ellos formaron l¨ªnea de tres Piti, Michu y Armenteros; y Diego Costa fue la referencia arriba. Ese d¨ªa se respiraba un ambiente distinto y todos ellos lo percibieron. Lo confirma el guardameta de entonces y actual director deportivo franjirrojo, David Cobe?o: "Hab¨ªa como una sensaci¨®n de peligro. Esa semana fue dura, con reuniones¡ pero aquel 13 de mayo era diferente. ?C¨®mo estaba el Fondo! Y el estadio, a reventar¡ El partido fue raro, de no ir hacia delante por si te marcaban. El Granada estaba asustado por su situaci¨®n tambi¨¦n".
Con el 0-0 se lleg¨® al descanso. Ah¨ª, Cobe?o experiment¨® una sensaci¨®n in¨¦dita para ¨¦l y que no le volvi¨® a suceder. "Soy tranquilo y s¨¦ llevar los nervios, pero en el vestuario me temblaban las manos. Hubo un momento en que no controlaba las emociones, por la responsabilidad que ten¨ªamos", comprende. Ya en la segunda mitad, el resto de resultados obligaba a meter una marcha m¨¢s en busca del gol. "A ¨²ltima hora sub¨ª a la desesperada, ten¨ªamos que marcar como fuera. No sab¨ªamos exactamente c¨®mo iban las cosas, hab¨ªa mucha confusi¨®n y al final intentas hacer lo que sea. Hab¨ªa tensi¨®n, incertidumbre¡", admite el cancerbero criado en la cantera vallecana.
"A ¨²ltima hora sub¨ª a la desesperada, ten¨ªamos que marcar como fuera..."
Cobe?o subi¨® a rematar en varias ocasiones y gracias al 1-0 de Tamudo ech¨® la carrera m¨¢s dulce de su vida. "Me fui corriendo hacia el grupo para abrazarlo, la afici¨®n salt¨® al campo, el ¨¢rbitro tard¨® un mont¨®n en reanudar el duelo¡ Todav¨ªa quedaba alguna jugada y yo estaba asustado por si hab¨ªa alguna ocasi¨®n, por si la li¨¢bamos en pleno estado de euforia", r¨ªe antes de corroborar que el del 'Tamudazo' fue "el d¨ªa m¨¢s importante de mi carrera y el episodio m¨¢s ¨¦pico de la historia de la Franja. No hay nada equiparable. Fue apote¨®sico". No tiene dudas, como ning¨²n rayista. "Cuando Undiano pit¨®, estaba en la porter¨ªa del muro y me entrevistaron en Onda Madrid. A veces me lo pongo y me emociono. Estaba llorando como un ni?o peque?o, no me sal¨ªan las palabras, con la gente rode¨¢ndome y d¨¢ndome ¨¢nimos. Me met¨ª en el vestuario, me sent¨¦ en mi sitio y, mientras el resto estaba celebrando, yo segu¨ªa llorando de la tensi¨®n. Al salir al c¨¦sped, el grito era: 'Vamos a luchar por el Rayo, que hay que salvarlo'. Tras el berrinche grit¨¦, salt¨¦, celebr¨¦¡". Ese gol no s¨®lo est¨¢ en el imaginario colectivo de la afici¨®n y del barrio, los futbolistas tambi¨¦n lo tienen presente. Fue parte de la conversaci¨®n entre Cobe?o y Labaka, segundo entrenador de la Real Sociedad, en su visita a Vallecas hace poco m¨¢s de diez d¨ªas. "Mikel y yo lo recordamos porque Arribas se lesion¨® durante la contienda y tuvimos que hablarnos mucho", revela.
A lo largo de sus treinta a?os como utillero del Rayo, Isi vivi¨® siete ascensos, seis de ellos a Primera, aunque aquel 'Tamudazo' supo mejor si cabe. "Cuando sucedi¨® ya est¨¢bamos llorando a l¨¢grima viva en el banquillo. Me acuerdo de la jugada y ten¨ªa que haber sido gol desde el principio. Cuando marc¨® Tamudo salimos todos echando hostias al campo a celebrarlo y yo ya no recuerdo nada m¨¢s (risas). Ni vi el fuera de juego. Al d¨ªa siguiente s¨ª, pero en el c¨¦sped¡ nada ?Y sabes qu¨¦? Que nos quiten lo bailao. Ahora no s¨¦ qu¨¦ hubiera pasado con el VAR", bromea el m¨ªtico empleado, que se jubil¨® en noviembre de 2018.
"Cuando sucedi¨® ya est¨¢bamos llorando a l¨¢grima viva en el banquillo"
Tambi¨¦n se retir¨® Ferm¨ªn Mart¨ªnez Ib¨¢?ez ¡ªm¨¢s conocido como Ferm¨ªn, el del bander¨ªn¡ª, pero ¨¦l tras aquel Rayo-Granada. "Pues, menudo favor nos hizo el l¨ªnea, ojal¨¢ que le dure mucho la jubilaci¨®n por lo bien que se port¨®", comenta entre risas Isi, que apunta a otro nombre propio: Falcao. "Cuando lo fichamos el pasado verano me recordaron aquel gol al Villarreal porque pens¨¦ que hab¨ªa sido Forl¨¢n... Fue un detalle", desliza este vallecano, que lo tiene clar¨ªsimo: "Fue mi mayor alegr¨ªa en las tres d¨¦cadas que estuve trabajando en el club. No se me olvidar¨¢ hasta que me vaya pa'Triana¡ El rayismo a¨²n quiere a Tamudo y lo querr¨¢ siempre. Era buena gente, educado¡".
Tamudo puso la guinda a una jugada que arranc¨® en la zurda de Piti. Ellos fueron el alfa y omega de aquel gol. Aunque habr¨ªa que rebobinar para encontrar el germen de esa victoria¡ "Ver a la afici¨®n, a Bukaneros, en la previa fue un subid¨®n de adrenalina. Nos vinimos arriba porque necesit¨¢bamos algo especial para un partido as¨ª y nos lo dieron, como siempre. Ese d¨ªa no pudimos hacer un gran f¨²tbol por los nervios. No consegu¨ªamos marcar y el Granada, de vez en cuando, se acercaba a nuestra porter¨ªa¡ Lleg¨® a dar en el larguero. Los ¨²ltimos minutos resultaron especialmente duros, ve¨ªamos a la gente llorando y sent¨ªamos impotencia", apunta Piti, uno de los muchos futbolistas rayistas a quien se vio hablando con los rivales, pidi¨¦ndoles que se dejaran ir, dado que los resultados imped¨ªan que los nazar¨ªes descendieran aun perdiendo en Vallecas: "No est¨¢ bien porque es decirle a un compa?ero que baje los brazos. No era agradable y ellos tampoco lo hicieron. No se fiaban de nuestras palabras, por si les enga?¨¢bamos. Hasta que lleg¨® el ¡®Tamudazo¡¯ y fue incre¨ªble, para nosotros, como ganar la Champions".
Es sorprendente la claridad y los detalles con los que el catal¨¢n reproduce el tanto. Igual o mejor que las im¨¢genes¡ "Lanzo un c¨®rner y ellos lo rechazan, despu¨¦s cojo el bal¨®n y driblo a dos jugadores, le pego, le rebota a un rival, remata Michu y va al larguero y le cae la pelota a Tamudo para que la empujase. Es que Ra¨²l tiene un don para esas cosas. Fue una alegr¨ªa para ¨¦l, para nosotros y para todo el rayismo", corrobora Piti, quien actualmente trabaja como adjunto a la direcci¨®n deportiva del PAS Lamia. Hasta all¨ª han llegado los ecos del 'Tamudazo'. "He visto ese gol much¨ªsimas veces. Se lo he ense?ado a los griegos y todo... Para que sepan lo que logramos en el 91'. Hasta que pita el ¨¢rbitro hay que darlo todo, tener esperanza, no bajar los brazos. Lo que ha hecho el Real Madrid¡ nosotros ya lo hicimos mucho antes", sentencia.
"He visto ese gol much¨ªsimas veces. Se lo he ense?ado a los griegos y todo..."
Ahora s¨ª, el tr¨¢nsito hacia el final feliz tuvo buenas dosis de sufrimiento. "Se te pasa de todo por la cabeza en esos ¨²ltimos minutos. Incluso pens¨¦: 'Y yo, que me hab¨ªa tra¨ªdo la peluca para celebrarlo¡'. Despu¨¦s, no pod¨ªa ni tragar saliva. Era tenso, emotivo, no sab¨ªa qu¨¦ hacer. Cuando llegu¨¦ al vestuario me peg¨® el baj¨®n de los nervios¡ Me mare¨¦", cuenta Piti, que conf¨ªa en que las generaciones futuras no tengan que pasar por algo similar: "No he vuelto a ver una cosa as¨ª. Fue ¨²nico y espero que no se repita porque no es plato de buen gusto pelear, a?o tras a?o, para no bajar".
Su disparo hel¨® el pulso de Vallecas cuando se estrell¨® en la madera, aunque esa 'mala suerte' precedi¨® al ¨¦xtasis del 'Tamudazo'. S¨®lo unos mil¨ªmetros separaron a Michu de ese gol hist¨®rico. Y eso que el asturiano se hab¨ªa dado un fest¨ªn aquella temporada, erigi¨¦ndose en el pichichi franjirrojo con quince dianas, por delante de Diego Costa (diez). Sin embargo, de aquel d¨ªa, tiene una imagen grabada a fuego: "Al acercarnos a sacar el c¨®rner vimos a los aficionados con l¨¢grimas en los ojos porque no lo consegu¨ªamos y en un segundo¡ ?En un segundo te cambia la vida! Esa misma gente que lloraba desconsolada salt¨® al campo feliz".
"Llegu¨¦ al vestuario en calzoncillos, pero a esa gente le hubiera dado todo"
Pero cost¨®. M¨¢s de lo previsto. El triunfo del Zaragoza precipitaba las cosas y met¨ªa al Rayo en descenso a media hora para el final. "Me acuerdo del delegado, Miguel Ortiz, comentando que los resultados no se estaban dando y en el 70' nos dijeron: 'Oye, que ten¨¦is que intentar ganar'. Ya, ya, si llev¨¢bamos intent¨¢ndolo desde el minuto 1 (risas). Pero no pod¨ªamos porque el Granada tambi¨¦n se jugaba la vida. Y probamos por todos los medios. Al final, Tamudo, qui¨¦n si no, nos dej¨® en Primera. Cay¨® la moneda de nuestro lado", confirma Michu, que brujule¨® a todos sus compa?eros: "Cobe?o andaba por el ¨¢rea. Diego Costa, debajo de la porter¨ªa junto a Tamudo para empujarla. Movilla, detr¨¢s de la meta rival y salt¨® al campo con los fisios¡ Menos mal que fue de aquellas o le hubieran metido una multa al club¡ Y si hubiera habido VAR est¨¢bamos en Segunda¡ (risas)".
El actual director deportivo del Burgos no se esconde: "He visto ese gol millones de veces¡ ?Y las que me quedan! La jugada fue un poco rocambolesca, pero el bal¨®n ten¨ªa que caerle a Tamudo. Es un referente. No he vuelto a vivir algo as¨ª. Con el Swansea tuve la suerte de ganar un t¨ªtulo en Wembley (Capital One Cup), pasar grandes momentos en la Premier¡ Pero ah¨ª es que marcamos y Vallecas se vino al c¨¦sped (risas). El ¨¢rbitro no sab¨ªa qu¨¦ hacer para sacar a tanta gente. Todav¨ªa faltaban dos minutos de descuento y nos bombearon alg¨²n bal¨®n. Cuando pit¨® fue una liberaci¨®n". No s¨®lo se desprendi¨® de los nervios y la presi¨®n, tambi¨¦n lo hizo de su camiseta, pantal¨®n¡ "?Me quitaron todo! Entr¨¦ al vestuario s¨®lo con los calzoncillos (risas). Todo lo que hubiera tenido se lo hubiera dado porque en el Rayo me han tratado como en casa. Me han querido, animado¡ Y me he sentido muy identificado con el barrio y la afici¨®n. Ellos siempre valoraron que lo dejaba todo en el campo", apostilla con cierta nostalgia.
Para algunos jugadores aquel 'Tamudazo' lleva tambi¨¦n impl¨ªcito un adi¨®s. Movilla se despidi¨® de Vallecas, la que fue su casa durante tres temporadas, con sentimientos encontrados. "Son recuerdos agridulces. Esa campa?a lo pas¨¦ mal ya que, desde el primer momento, mi contrato no se cumpli¨®. Estaba peleando contra mi propio club y contra los administradores concursales porque el m¨ªo fue el ¨²nico contrato que no pas¨®. Tuve que llevar a juicio al Rayo, al que gan¨¦ esa cuant¨ªa econ¨®mica a los cinco a?os. Adem¨¢s, ni el director deportivo ni el presidente me hab¨ªan tendido la mano para renovar y seguir donde quer¨ªa. Al margen de eso, ten¨ªa miedo de que, en mi ¨²ltimo partido, el equipo pudiera descender. Y al final me fui con la satisfacci¨®n de haber hecho los deberes", asevera con la misma firmeza con la que expone su propia visi¨®n de la situaci¨®n econ¨®mica de la entidad franjirroja: "Era buena tras el ascenso. Estaba saneada, aunque los administradores concursales alargaron un proceso que no era l¨®gico. La deuda ven¨ªa de donde ven¨ªa. Al jugar en Primera, estaba pr¨¢cticamente todo normal. L¨®gicamente se pone m¨¢s de cara con la permanencia, pero cuando el club lo hubiera pasado mal era de no haber subido un a?o antes".
"Cuando me cambiaron, me coloqu¨¦ en el palo al lado de su portero"
Para Movilla la 'final' por la salvaci¨®n empez¨® antes del pitido inicial. "Hab¨ªa un ambiente especial por la uni¨®n entre la afici¨®n y la plantilla. Toda esa semana fue de ¨¢nimo, de aliento¡ Se palpaba lo que se estaba jugando el club. Ellos hicieron su papel dentro y fuera del campo, incluso molestando al rival. Fueron la noche previa al partido hasta el hotel de concentraci¨®n del Granada", descubre uno de los capitanes del Rayo de entonces, que ahora trabaja en la direcci¨®n deportiva e institucional de AFE. Aquel 13 de mayo, el centrocampista fue titular y desgrana c¨®mo vivi¨® el encuentro: "Estaba muy nervioso. No me encontraba muy fresco de mente, pensaba que en esa situaci¨®n pod¨ªa ayudar otro compa?ero como era Trashorras, y ped¨ª honradamente el cambio. Abandon¨¦ el banquillo y me coloqu¨¦ en el palo al lado de su portero para animar a los nuestros. Era una agon¨ªa¡".
Y en esas, Tamudo hizo acto de presencia. Al cuarto de hora de pisar el verde, marc¨® y lo llen¨® con la felicidad de todo Vallecas. "Ten¨ªa que caerle a ¨¦l, al goleador de toda la vida... Ra¨²l tiene ese don, ese duende, siempre responde. No entraba mucho en los planes de Sandoval y sal¨ªa m¨¢s en las segundas partes...", analiza, a lo que a?ade: "Para m¨ª fue una alegr¨ªa, despu¨¦s de todo lo que hab¨ªa sufrido esa campa?a. Termin¨¦ feliz y satisfecho porque mi despedida lleg¨® as¨ª, manteniendo la categor¨ªa. Lo primero que hice fue salir a abrazar a mi familia y luego habl¨¦ con la Prensa a modo de adi¨®s. Un gol con ese significado¡ No ha pasado y es dif¨ªcil que vuelva a pasar".
El 'Tamudazo' supuso tambi¨¦n la retirada de un mito: M¨ªchel I de Vallecas. El centrocampista hab¨ªa entrado en la convocatoria para tan importante cita, pero no goz¨® de minutos. "Ha sido el partido de mayor contraste de mi carrera, entre el sufrimiento de los 90 minutos y la explosi¨®n de alegr¨ªa tras el gol de Tamudo. Vernos en esa situaci¨®n cr¨ªtica, despu¨¦s de tener la permanencia pr¨¢cticamente en el bolsillo varias jornadas antes y sin esperarlo, fue un palo muy duro. Se evidenci¨® durante el choque. Nos cost¨® much¨ªsimo sacarlo adelante", argumenta el actual t¨¦cnico del Girona, que a¨²n tiene presentes todas las ideas que le rondaban por la cabeza hace una d¨¦cada: "Sent¨ªamos que descend¨ªa o el Granada o nosotros porque el Atl¨¦tico a¨²n no hab¨ªa marcado. Desde el banquillo se sufr¨ªa mucho, intent¨¢bamos animar a los compa?eros que estaban dentro para que sacaran lo mejor de s¨ª mismos¡".
"Retirarme con el Rayo en Primera es uno de los episodios m¨¢s bonitos que puedo contar"
Y Tamudo pas¨® precisamente del banquillo a la gloria. A esa eternidad que confiere la historia. "Sab¨ªamos que si gener¨¢bamos alguna ocasi¨®n iba a tener la cabeza fr¨ªa y meterla. As¨ª fue. Estuvo en el sitio y en el momento adecuado, como ha hecho toda la vida", le define M¨ªchel, aunque cree que la autor¨ªa del 1-0 es compartida: "La empujamos entre todos. Hab¨ªa gente en el campo justo cuando el cabezazo, eso quiere decir que Vallecas estaba empujando ese gol hacia la red. Pasamos de la nada al todo. Ah¨ª sal¨ª corriendo, me tir¨¦ al suelo, creo que encima de Tamudo (risas). Lo he visto much¨ªsimas veces, por Youtube, por redes sociales¡ Me fijo mucho en c¨®mo salimos a celebrarlo y tengo el recuerdo de saber que pod¨ªa ser mi ¨²ltimo partido all¨ª. Hubiera preferido despedirme en el campo y sin sufrir, pero es una raya m¨¢s al tigre".
No ten¨ªa la certeza del adi¨®s, pero s¨ª una fundada sospecha: "Sab¨ªa que era dif¨ªcil continuar y no ten¨ªa la ilusi¨®n o la motivaci¨®n para irme a otro sitio. Quer¨ªa retirarme en el club de mi vida. Luego habl¨¦ con Felipe Mi?ambres, quer¨ªan apostar por implantar una metodolog¨ªa en la cantera. Antes, no dio tiempo a plantear nada porque en ese momento lo m¨¢s importante era el Rayo. Por eso me hubiera gustado que nos hubi¨¦ramos salvado antes y haber tenido una despedida con la afici¨®n. Aunque ahora lo veo como una gran despedida". Palabra del capit¨¢n de entonces y una leyenda para siempre, puesto que ha participado en cinco ascensos ¡ªcuatro como futbolista y uno como entrenador (17-18)¡ª y ha disputado la UEFA con la Franja. "Retirarme con el Rayo en Primera es uno de los episodios m¨¢s bonitos que puedo contar", concluye.
Pero los sentimientos no s¨®lo se desbocaron dentro del verde, tambi¨¦n en la grada. Era un instante para abrazar, besar, gritar, re¨ªr, llorar¡ Buscando amigos, familia¡ incluso c¨®mplices entre algunos rostros desconocidos porque pocas cosas unen m¨¢s. M¨¢s de diez mil almas se congregaron en Vallecas y ah¨ª estaba ¨¦l, Jose Ajero, periodista de Movistar y abonado n¨²mero 2.000 del Rayo. Su historia la relat¨® Quique Peinado en las p¨¢ginas de su libro 'A las armas': "En el c¨¦sped vi una cara conocida que se me acercaba. Era Jose Ajero, que lloraba y me abrazaba. Lloraba mucho, como un ni?o. Se separ¨® de m¨ª y mir¨® el m¨®vil. 'Mi padre, Quique, mi padre', le o¨ª decir y nos separamos, llevados, supongo, por la multitud. A?os despu¨¦s le llam¨¦ para preguntarle qu¨¦ le pasaba. 'Nos hab¨ªan dicho que a mi padre le quedaban dos meses de vida".
La emoci¨®n se cuela en sus palabras cuando habla de ¨¦l, de Jos¨¦ Luis, un alba?il que llevaba desde los 13 a?os trabajando y cuya gran pasi¨®n eran el f¨²tbol y sus hijos. "Fue una ¨¦poca jodida. A mi padre le hab¨ªan detectado c¨¢ncer y no estaba bien. Se mor¨ªa. Aunque me dedique al baloncesto, soy de una familia muy futbolera por ¨¦l. Yo sal¨ªa del Rayo y le llamaba para comentar los partidos, pese a que ¨¦l era vikingo. Con el paso de los a?os, eso se convirti¨® en algo m¨¢gico. Durante el 'Tamudazo' le ten¨ªa en mi mente todo el rato. Fue un estallido de joder, con lo mal que lo est¨¢bamos pasando, que haya sucedido esto¡", recuerda Ajero, quien prosigue: "Aquella noche habl¨¦ con ¨¦l. Ya el hombre se dedicaba a ver tanto al Madrid como al Rayo. Le hice un poco rayista tambi¨¦n. Ahora tengo una ni?a de 8 a?os y ¨¦l me pidi¨® que no la llevara al f¨²tbol y as¨ª lo he hecho, lo he respetado".
Todo eso supuso un punto de inflexi¨®n en su vida y con Bukaneros, donde ya no tiene un papel participativo como anta?o. De hecho, para aquel partido trabaj¨® sin descanso. "Recuerdo un ambiente como nunca antes. Particip¨¦ haciendo tifos, preparando el recibimiento al equipo¡ El barrio y la afici¨®n est¨¢bamos como locos esa semana. No quer¨ªamos que faltara ning¨²n elemento de animaci¨®n. Se cuid¨® todo much¨ªsimo. Ese d¨ªa miraba mucho para tribuna, instintivamente, donde estaban las radios, el palco, los banquillos¡ a ver qu¨¦ pasaba porque el encuentro no terminaba de coger ritmo. Los dos equipos tambi¨¦n estaban a ver qu¨¦ pasaba. Con el gol, buscas compartir ese instante con las personas que quieres y que estaban viviendo algo similar a ti. Termin¨¦ con mi gran amigo Zafra, el speaker en aquel momento del Fondo. En Vallecas no estamos acostumbrados a tener demasiadas alegr¨ªas y ¨¦sta se convirti¨® en algo inolvidable. No cont¨¢bamos con ella. No suele salirnos cara, sino cruz. Por una vez en la vida, la fortuna estuvo de nuestra parte y con eso me quedo".
"Recuerdo un ambiente como nunca antes. El barrio y la afici¨®n est¨¢bamos como locos"
El 'Tamudazo' fue ¨¦pico. No hay duda. "Por eso seguimos hablando de ¨¦l", esgrime Ajero. Antes, ahora y siempre. "Al a?o siguiente de producirse (2013), nos invitaron a un programa de Canal+ a Cristina Pedroche, a Sandoval y a m¨ª. Terminamos los tres llorando como magdalenas. Cada uno ten¨ªa sus motivos para emocionarse y fue una catarsis colectiva", define certero el periodista, a quien le gusta especialmente mirar las instant¨¢neas de ese gol hist¨®rico: "Ves muchas caras, mucha gente. Empiezas fij¨¢ndote en las de los jugadores y terminas ampliando las de tus amigos del Fondo. Soy m¨¢s de las fotos porque la secuencia me la s¨¦ de memoria".