EUROCOPA (CUARTOS) | B?LGICA 1 - ITALIA 2
Esta Italia es una gozada
Enorme y valiente la selecci車n de Mancini y golazos de Barella e Insigne. B谷lgica no se rindi車 con el joven Doku. Hazard no se visti車.
Habr芍 que ver c車mo salimos de esta Eurocopa, que no da tregua y legitima la fuerza sentimental del f迆tbol. Su guion diab車lico trajo otro partido gigante y conmovedor, que acab車 por sentenciar el virtuosismo y la valent赤a de esta nueva Italia. Fue capaz de fundir sin moverse ni un 芍pice de su actual estilo a una selecci車n con De Bruyne y Lukaku en el frente. Enorme Italia, dign赤sima B谷lgica.
Se empe?an en recordar los entrenadores que el f迆tbol es de los jugadores, pero la presencia de Roberto Mart赤nez y Mancini en los banquillos lo desmiente. No es para menos. En la cosmopolita M迆nich, Mart赤nez alist車 a De Bruyne y dej車 fuera de la convocatoria a Eden Hazard. El madridista no lleg車 a tiempo como le viene sucediendo sin visos de soluci車n. Cuando se esperaba a Mertens asom車 el novel Doku como sustituto, verso libre en B谷lgica, que va sobrado de atrevimiento. Lo suyo result車 una demostraci車n plena de que existe en 谷l un proyecto de jugador magn赤fico.
No fue la 迆nica sorpresa del t谷cnico Roberto Mart赤nez. Al igual que en el 迆ltimo Mundial, en aquella noche para el recuerdo ante Brasil, dej車 a De Bruyne en el centro y traslad車 a Lukaku a la derecha cuando tocaba defender para despu谷s asaltar la espalda de Spinazzola en la transici車n. A Mancini no le cambi車 su planteamiento. Volvi車 a Chiellini para afrontar con m芍s entereza la custodia de Lukaku, sacrific車 a Berardi por Chiesa y alent車 la admirable propuesta que tanto bien hace al f迆tbol.
Lejos de la tradici車n defensiva, Italia ha interiorizado como suya la revisi車n del estilo que ha liderado Mancini. Ahora suda y juega, indistintamente. Es una selecci車n atractiva, modernista, fogosa, que da valor al grupo y desmenuza los partidos con el bal車n, sin perder la impronta t芍ctica y la nobleza f赤sica de siempre. Desde estas premisas, desmont車 a B谷lgica de inicio. Presi車n alt赤sima, movimientos continuos y gran trato de bal車n.
Italia fue pronto al grano. Di Lorenzo y Spinazzola atacaron como aviones la debilidad de Meunier y Thorgan Hazard, mientras que Jorginho, Barella y Verratti gobernaron la medular. El 1-5-2-3 de B谷lgica en fase defensiva desconect車 en parte sus l赤neas. Por detr芍s de Witsel y Tielemans emergi車 un espacio demasiado importante. Italia quiso antes y golpe車 primero. En un bal車n parado, Bonucci encontr車 el gol, pero B谷lgica escap車 de esa primera pu?alada gracias al VAR. Hab赤a fuera de juego. En ese tramo de dominio italiano, pudo B谷lgica hacer pagar su osad赤a a la Nazionale con dos contraataques de De Bruyne y Lukaku. Donnarumma lo evit車.
Pasado el susto, Italia sigui車 a lo suyo. Fruto de su empuje, puso la primera pica en el marcador. Vertonghen pec車 de falta de contundencia, Verratti anticip車 y Barella defini車 con la grandeza que le precede. No par車 ah赤 Italia, exigente siempre consigo misma. El flujo de talento que disfruta es inmenso e Insigne concret車 esta realidad con otro gol de insultante belleza al borde del descanso. Fue un final de primer tiempo tremendo, que dej車 otro cap赤tulo con un penalti que se invent車 Doku y que cont車 con la condescendencia del VAR. Necesitado de 谷l, Lukaku aproxim車 a B谷lgica antes de ir al rinc車n de pensar.
El tiempo de reflexi車n del descanso no alter車 nada. Mejor para todos. Italia mantuvo su filosof赤a ofensiva y a B谷lgica no le quedaba otra que ir de cara a por el empate. Se agarr車 a Doku, tan efectista a veces como efectivo casi siempre. Su alianza con De Bruyne deriv車 en una ocasi車n de Lukaku que Spinazzola todav赤a no sabe c車mo evit車 bajo palos. Despu谷s lleg車 el acta de sucesos. Chadli, que acababa de salir, dur車 un suspiro en el campo y Spinazzola se retir車 entre l芍grimas por lo que significaba su lesi車n.
En una batalla contra el tiempo, el del propio partido y el de la 迆ltima ocasi車n de ganar para su generaci車n de oro, B谷lgica lo intent車 por tierra y aire, hasta con Courtois, pero se top車 con el mito original de Italia. Su 谷pica resistencia a la derrota permanece inmutable. Es un enemigo natural de la literatura, que siempre cuenta mejor las tragedias que los episodios felices. Durante a?os logr車 que los rivales no fueran ellos mismos cuando se enfrentaban contra ella. Jugar contra Italia daba v谷rtigo, era peor que una visita al dentista. Ahora es otra cosa. Juega y suena mejor. Se ha espa?olizado. Que no acabe nunca esta Eurocopa.