El milagro del Rayo en Montilivi tuvo otro como preludio. Este se produjo, apenas 24 horas antes, en la UCI del hospital Gregorio Mara?¨®n y su protagonista fue Santiago Bejarano Gil (Plasenzuela, C¨¢ceres, 4 de mayo de 1955). Este extreme?o de nacimiento, pero vallecano de adopci¨®n ¡ªpor algo lleva viviendo casi treinta a?os all¨ª, primero en Congosto y luego en Palomeras¡ª despert¨® despu¨¦s de 50 d¨ªas intubado como consecuencia del COVID. ¡°No se quer¨ªa perder el partido decisivo de la Franja, siempre incondicional¡±, contaba su hijo Santi en un tuit que pronto se hizo viral. Mario Su¨¢rez, Cristina Pedroche, la cuenta oficial del club y cientos de rayistas an¨®nimos le dejaron mensajes de cari?o. Su historia se hab¨ªa convertido en otro buen motivo para pelear por la gesta deportiva y para la esperanza. Su ejemplo de lucha y superaci¨®n marcaba el camino.

Santiago y su familia dif¨ªcilmente olvidar¨¢n aquel 29 de abril. Hab¨ªa ingresado unos d¨ªas antes por coronavirus y llam¨® a casa para contarles que se encontraba bien. A los diez minutos volv¨ªa a sonar el tel¨¦fono. Eran malas noticias. ¡°Nos dijo que le intubaban. Ten¨ªa patolog¨ªas previas y le pill¨® fuerte. Mi padre ha ido padeciendo neumon¨ªa bilateral, neumot¨®rax, infecci¨®n¡­ Mil cosas¡±, explica Santi sobre aquel largo camino: ¡°Te llaman una vez al d¨ªa, entre las 11:30 y las 15:30 horas, para informarte de su estado en unos minutos. Son muy claros con la situaci¨®n. Si te dicen algo bueno es que es muy bueno, si te dicen algo malo quiz¨¢ no lo sea tanto, pero si te dicen algo muy malo es que lo es. Tengo que dar las gracias, de coraz¨®n, al personal sanitario que le ha atendido d¨ªa y noche. Hace dos semanas le operaron de un co¨¢gulo en el pulm¨®n y, a ra¨ªz de eso, ha salido adelante. Un milagro¡±.

Hasta el punto de que el pasado s¨¢bado, despert¨®. ¡°Va poco a poco, pero a¨²n no es del todo consciente de lo que hay a su alrededor. Responde a est¨ªmulos, le decimos que abra los ojos, y si hablas te reconoce, le pedimos que cierre la boca y lo hace. Los m¨¦dicos calculan unas dos o tres semanas para que consiga estar totalmente l¨²cido¡±, indica su hijo, que pudo verle el martes. Ayer mismo, jueves, le comunicaron que el Rayo, su Rayo, est¨¢ en Primera. Algo que Santiago, un optimista empedernido, ya vaticinaba. ¡°Aunque cay¨¦semos contra alguno de abajo, ten¨ªa claro que sub¨ªamos. Cuando entr¨® en la UCI el equipo no iba mal, luego peg¨® un baj¨®n y perdi¨® muchos puntos, pero ¨¦l estaba ilusionado. Dec¨ªa que ten¨ªamos buena plantilla y que ascender¨ªamos. Y mira¡­¡±.

Los dos Santiagos, padre e hijo, comparten ese amor por la Franja. El flechazo para Santi se produjo, precisamente, en un Rayo-Extremadura de la 98-99, una victoria en la promoci¨®n (2-0) que abr¨ªa las puertas de Primera a los de Juande. ¡°Fue mi primer partido en el campo y, a partir de ah¨ª, surgi¨® todo. Llegu¨¦ a hacer una prueba en el Rayo, pero el f¨²tbol no era lo m¨ªo. Le hac¨ªa ilusi¨®n. Cuando se d¨¦ cuenta del ascenso ver¨¢s¡­ Me va a tocar aguantarle, con lo cabez¨®n que es, dici¨¦ndome: ¡®Te lo dije, te lo dije¡¯ (risas). Ten¨ªa raz¨®n¡±, augura emocionado. Tambi¨¦n intuye su sorpresa cuando le explique con detalle c¨®mo su historia toc¨® el coraz¨®n del rayismo, gracias a las Redes Sociales: ¡°Le ense?ar¨¦ las respuestas, s¨¦ que le gustar¨¢, sobre todo de aficionados de siempre como Gelo y jugadores como Mario Su¨¢rez¡±.

De este equipo, Pozo es su debilidad. ¡°Siente devoci¨®n por ¨¦l y cuando no juega empieza: ¡®No lo entiendo, es que yo no lo entiendo¡±, relata Santi, que ve al f¨²tbol como un gran compa?ero de su padre desde la jubilaci¨®n: ¡°Tiene en su habitaci¨®n la bufanda del Rayo sobre la tele y todas las camisetas que le hemos ido regalando¡±. Santiago no era abonado, pero s¨ª un habitual en el estadio hasta que, hace nueve a?os, tuvo que superar otro obst¨¢culo: un infarto. Aquello hizo que las emociones fuertes salieran de su rutina. No obstante, cuando la salud mejor¨®, volvieron los partidos en Vallecas.

¡°Le llev¨¦ a un Rayo-Tenerife (3-1, 17-18), que marc¨® De Tom¨¢s un golazo, y le not¨¦ tranquilo. Me sorprendi¨®. A partir de ah¨ª retomamos. A ver si para la pr¨®xima temporada le saco el abono. Siempre va a la esquina del Fondo, sentado. Y se ha visto cada uno¡­ Me acuerdo de un Rayo-Levante (2-1, 18-19), con much¨ªsima niebla, que no se distingu¨ªa la otra porter¨ªa, pues vino como un ni?o de la Warner...¡±, bromea Santi, quien prosigue: ¡°Dec¨ªa que hab¨ªa sido un partidazo porque cuando gritaba el otro lado de la grada es que hab¨ªa pasado algo (risas)¡±. Esa ilusi¨®n, esa fuerza, esas ganas, han hecho que Santiago haya salvado otro rev¨¦s de la vida. Suya es esta remontada para enmarcar y el otro gran milagro del Rayo.