???El Espanyol vuelve a Primera!!!
En La Romareda, con un 0-0 ante un Real Zaragoza que va sumando hacia la permanencia, alcanzan los pericos el ascenso matem¨¢tico a cuatro jornadas del final.
No jugaba en Cornell¨¤, no contaba con el apoyo de aficionados. Ni siquiera ech¨® mano de ninguna heroicidad, de tensi¨®n desatada. Del todo o nada. Incluso fue un partido a tramos soso, contra todo guion que requiere una ocasi¨®n as¨ª. Pero el Espanyol se despoj¨® en Zaragoza del hedor de azufre de la Segunda Divisi¨®n para impregnarse de nuevo de una fragancia hecha a medida. La de Primera. Que no es el cielo, sino su casa. La misma que por historia pertenece a un Real Zaragoza que, puntito a puntito, se va acercando a la permanencia, trabajando mientras tanto por un futuro mejor. Suele perdurar m¨¢s el dolor que la felicidad, a menudo tan ef¨ªmera que deber¨ªan los pericos festejarla por decreto. Porque, s¨ª, asciende matem¨¢ticamente el Espanyol, solo diez meses despu¨¦s de su descenso. Ya es oficial.
?rida fue la llegada del Espanyol a La Romareda, ante solo tres aficionados pericos en el m¨¢s ins¨®lito de los d¨ªas que pod¨ªan ser hist¨®ricos. ?rida la temperatura en Zaragoza, que motiv¨® pausas para la hidrataci¨®n y, posiblemente, cierta aspereza en el c¨¦sped. Y ¨¢ridos, secos, aislados pero afilados como navajazos, fueron los chuts de m¨¢s peligro en un partido que cost¨® masticar, espeso como quien remueve una cucharilla en un taz¨®n de chocolate. Con adustez puso Adri¨¢n a prueba en dos ocasiones a Diego L¨®pez, y Embarba a un providencial Cristian ?lvarez.
Se ordenaba bien el Real Zaragoza, con hasta diez jugadores tras el bal¨®n cuando atacaba en est¨¢tico un Espanyol acaso lento y err¨¢tico por el contexto climatol¨®gico, por el temblor de piernas (en positivo, en su caso) que confer¨ªa la situaci¨®n o por la ausencia de un referente arriba tan superlativo como Ra¨²l de Tom¨¢s, en casa con COVID-19. Por contacto directo con otro positivo, en este caso, hab¨ªa ca¨ªdo de la convocatoria local Alegr¨ªa en favor del ¡®Toro¡¯ Fern¨¢ndez. El mayor derroche de energ¨ªa del primer tiempo lo emplearon los pericos en protestar un posible penalti por mano de Peybernes.
Aunque la t¨®nica no vari¨® demasiado, contra toda sospecha de ¡®biscotto¡¯ merodearon ambos equipos el gol en la reanudaci¨®n. De nuevo, m¨¢s en juego directo que elaborado. Un disparo de Eguaras roz¨® el palo derecho de Diego L¨®pez. Y una nueva ocasi¨®n de Embarba, que le peg¨® con dureza, acab¨® repelida por el experico Cristian, quien se tuvo que multiplicar minutos despu¨¦s para desbaratar un uno contra uno delante del exblanquillo Puado.
Ocurri¨® que, tras la segunda pausa para la hidrataci¨®n, y para algunas consignas t¨¦cnicas de Juan Ignacio Mart¨ªnez y de Vicente Moreno, debieron los jugadores adquirir conciencia de los pocos minutos que quedaban, y en consecuencia de lo pernicioso que ser¨ªa, en un despiste, recibir un gol en contra.
Empez¨® a fraguarse una suerte de tregua, de juego m¨¢s horizontal y al pie que vertical, de un ataque que en balonmano ser¨ªa considerado pasivo. Hasta el punto de que se qued¨® el Espanyol sin marcar 15 partidos despu¨¦s ante un Real Zaragoza que, de cualquier modo, consumir¨¢ la temporada entre los mejores locales. Alg¨²n d¨ªa se reencontrar¨¢n. El estado de alarma habr¨¢ finalizado este s¨¢bado, igual que el paso por Segunda de los pericos. ?Vuelen, pericos, vuelen alto!