La pandemia ha cambiado nuestras vidas por completo, pero por fortuna algunas notas agradables s¨ª han podido quedar a salvo. Hay tradiciones que, con cari?o, se mantienen en este f¨²tbol a puerta cerrada en el que sus protagonistas s¨ª han tenido que dar un paso a un lado, eso s¨ª, de forma temporal. Margarita no puede acudir al Wanda Metropolitano a ver al Atleti, pero all¨ª, en cada partido, en la esquina, aparece su ramo de flores, famoso en el mundo entero.

¡°Mientras pueda ir al estadio, ah¨ª estar¨¢ mi ramo. Esa fue la promesa que hice¡±, cuenta Margarita Luengo, de 74 a?os. Lo que nadie pens¨® es que durante un a?o entero, ni ella ni ning¨²n aficionado iban a poder acudir a animar al Atleti y sin embargo all¨ª, siguiendo la tradici¨®n, est¨¢ su ramo de claveles y margaritas. Partido a partido. ¡°Desde aqu¨ª le agradezco de todo coraz¨®n al club que lo siga poniendo, es una tradici¨®n muy bonita. Cuando lo veo por la tele me hace mucha ilusi¨®n, ah¨ª est¨¢ mi ramito¡±.

El f¨²tbol se par¨® en marzo y regres¨® en junio, pero a puerta cerrada. El primer partido del Atl¨¦tico en casa fue ante el Valladolid y¡­ sorpresa. ¡°Como era verano, est¨¢bamos en una parcelita que tenemos y me son¨® el m¨®vil. Le dije a mi hija que lo cogiera y vino corriendo, 'toma, es una videollamada'. Y era Koke. Me dio mucha alegr¨ªa, me puse a llorar como una ni?a. Me llam¨® para ver c¨®mo lo pon¨ªa, si las flores estaban bien¡­ Fue un detalle muy bonito. Le ped¨ª que me gustar¨ªa que lo siguieran poniendo hasta que pueda volver. Cada d¨ªa lo iba poniendo un capit¨¢n y fue muy bonito¡±. Aquel d¨ªa, por cierto, el Atleti gan¨® 1-0 y el gol lleg¨®, c¨®mo no, desde aquella esquina.

La tradici¨®n del ramo, para hacernos una idea, tiene m¨¢s a?os que algunos de los futbolistas del Atl¨¦tico. Todo empez¨® en la 1995-96, la del Doblete, y Margarita lo recuerda como si fuera ayer: ¡°El primer d¨ªa llev¨¦ cuatro claveles. Ten¨ªamos una pe?a junto al Calder¨®n y cog¨ª cuatro que ten¨ªan all¨ª para llevarlas al partido, que contra el Athletic. ¡®D¨¢melos, que le vamos a meter cuatro¡¯. Yo ten¨ªa el asiento en la esquina y me iba bajando cada vez que met¨ªamos un gol y metimos cuatro. Empec¨¦ a llevar los ramos, primero m¨¢s peque?os. Pantic, que era el que lanzaba y a m¨ª me encantaba, se los echaba al p¨²blico. Un d¨ªa ya le puse una nota para decirle que no eran para la gente, que eran para ¨¦l, por lo bien que lanzaba los c¨®rners y las faltas. Hemos hecho mucha amistad mi marido y yo con ¨¦l, ha venido cuando le hemos llamado de la pe?a, es una gran persona¡±.

Ahora toca mirar al futuro y al momento en que el Wanda Metropolitano vuelva a ser una fiesta. Margarita lo echa much¨ªsimo de menos: ¡°Ay, dar¨ªa media vida por volver al estadio a ver a mi Atleti. Me gusta mucho el f¨²tbol. Es que en la tele no se parece. Ahora te imaginas un campo lleno viendo c¨®mo est¨¢ el equipo, a Luis Su¨¢rez¡­ Yo me alegr¨¦ cuando lo fichamos. Muchos dec¨ªan que ya estaba mayor, pero a m¨ª me ha encantado siempre, es un pele¨®n y vaya rendimiento est¨¢ dando. Ha ca¨ªdo muy bien en el Atl¨¦tico, ¨¦l est¨¢ muy contento¡­ Pues imag¨ªnate si estuvi¨¦ramos en el campo todos estos domingos. Vaya primera vuelta habr¨ªamos disfrutado¡±. Margarita no pudo celebrar en el estadio el gol del uruguayo al Madrid, pero desea con locura ver al equipo pelear (?y ganar?) la Liga¡­