El Villarreal cuenta con un grupo de seguidores habituales y muy fieles, gente que vive el club cada d¨ªa, que necesita respirar el aire de su Ciudad Deportiva. La pandemia les ha quitado la ilusi¨®n de cada d¨ªa, esa que les hac¨ªa ser felices.

Los aficionados de nuestro pa¨ªs sufren el castigo de no ver a su equipo jugar, pero sobre todo el de no poder acudir regularmente a la que consideran su casa. La pandemia se ha llevado por delante esta relaci¨®n tan especial, dejando solo el contacto audiovisual. Pero imaginen si ese contacto cada dos semanas fuera casi diario. Si su relaci¨®n con el equipo de su vida fuera tan cercana y directa, como para estar todos los d¨ªas en los entrenamientos y en la Ciudad Deportiva. Ese tipo de relaci¨®n, casi familiar, es la que tienen un selecto grupo de seguidores amarillos. El club castellonense es de los pocos que permite el acceso a casi todos los entrenamientos, as¨ª como la opci¨®n de estar en la Ciudad Deportiva, y poder esperar a los futbolistas casi en la puerta del vestuario. Por ello, varios seguidores son casi fijos, tienen el acudir a Miralcamp como su hobby, su v¨ªa de escape y la forma de vivir su pasi¨®n. Ahora piensen en ellos, piensen que llevan un a?o sin hacer aquello que les da la vida, lo que les hace ser felices: ver a su equipo y a sus jugadores tres o cuatro veces por semana cara a cara. Es tal el contacto, es tan cercano, que la mayor¨ªa ya tiene una relaci¨®n de amistad con gran parte de la plantilla.
Entre todos ellos, destaca Valent¨ªn Fraile, que lo conocer¨¢n por verle plantar tras la porter¨ªa del gol norte de la Cer¨¢mica su colecci¨®n de camisetas. Para ¨¦l, el equipo y su gente son ¡°parte de su familia¡±, con la que le gusta ¡°estar cerca y vivir de cerca lo que les sucede¡±. El f¨²tbol es para Valent¨ªn una forma de vivir: "los partidos son una gran fiesta, pero estar cerca del equipo es lo m¨¢s grande¡±. Ahora ya no puede colgar sus camisetas: ¡°Es duro y triste, pero espero con ansia poder volver a estar otra vez con el equipo¡±.

Juan Luis Botella es el socio n¨²mero 7 del club, m¨¢s de 60 a?os sin a su equipo, y un fijo en el d¨ªa a a d¨ªa. Uno de esos jubilados de la grada, de ese grupo que nunca falla. Por ello, reconoce a AS que aquello era ¡°una ilusi¨®n diaria, la forma de vivirlo casi desde dentro¡±, una ilusi¨®n que ahora ¡°ya no est¨¢, no es lo mismo¡±. Para esos jubilados, ¡°era el poder vivir al equipo, ver c¨®mo estaban, comentarlo y discutirlo entre todos¡±. "Sin ello, no tiene nada que ver, no tienes la misma ilusi¨®n por el f¨²tbol¡±, reconoce Botella.
Otros de los fijos son los hermanos Garc¨ªa, Juan y Rafa, cazadores de aut¨®grafos, y fijos en el d¨ªa a d¨ªa amarillo. Juan, el mayor, sufre una invalidez por problemas de espalda, por lo que su motor es el f¨²tbol y el Villarreal. Fijos en cada partido, cada desplazamiento, cada entreno y en lo hoteles a los que llegan los rivales. ¡°Para nosotros es una forma de vida, de relacionarnos y de vivir nuestra pasi¨®n lo m¨¢s cerca posible. Antes cada d¨ªa era una nueva opci¨®n de estar cerca de lo que m¨¢s te gusta, ahora estamos lejos y sin poder hacer lo que m¨¢s nos llena¡±, aseguraba Rafa. Ahora aseguran que no es lo mismo: "Mi hermano Juan dice que sin el aire de la Ciudad Deportiva se ahoga, dice que le hace mucha falta¡±. Esa sensaci¨®n de ahogo es la que los hermanos Garc¨ªa esperan que se acabe cuando puedan ¡°volver a estar en su otra casa y cerca de los jugadores¡±.
Mi hermano Juan dice que sin el aire de la Ciudad Deportiva se ahoga, dice que le hace mucha falta
Rafa Garc¨ªa