OCTAVOS (VUELTA) | B. DORTMUND 2-SEVILLA 2 (3-2)
La ley de Haaland tumba a un Sevilla repleto de casta y coraje
Dos goles m芍s del noruego, cuatro en la eliminatoria, eliminan a un Sevilla con personalidad, que so?車 con la proeza en Dortmund, sobre todo en el 迆ltimo minuto.

Un minuto, del 96 al 97, so?車 el Sevilla con la pr車rroga en el Westfalenstadion de Dortmund. Hab赤a empatado En Nesyri, capaz de igualarel marroqu赤 los dos tantos iniciales de Haaland, y los de Lopetegui consegu赤an colocarse a un tanto del tiempo extra. Pero era demasiado tarde. Cuatro goles de delantero noruego, dos en Nervi車n y otros dos en Alemania, eliminaron de la Champions a un rival que tir車 de orgullo y se marc車 una vuelta de octavos m芍s que digna en Alemania, pero que decidi車 la implacable ley del gol. Y esa virtud le pertenece como a casi ning迆n otro delantero actual al gigante noruego, implacable en el 芍rea y en el cuerpo a cuerpo, un hombre de hielo dentro el 芍rea que ante los nervionenses mostr車 coraje y sangre caliente, tambi谷n.
El equipo de Nervi車n plant車 orgullo y personalidad, so?車 con argumentos ofensivos en un gran inicio y sobre todo en ese descuento final, pero la casta no parece suficiente cuando enfrente juegan futbolistas como Reus, Hummels, Can, Delaney o, sobre todo, Haaland. Un demonio insaciable.
El Borussia es un club con solera, de los que m芍s en Alemania, pero lo que le ha convertido en modelo europeo ha sido su tremendo car芍cter innovador. No le importa fichar raro y joven (y caro), ni tampoco adoptar tradiciones ajenas. Suena el 'You'll never walk alone' de Anfield antes de que una fina pero helada lluvia, casi aguanieve, despida a los futbolistas del Dortmund y el Sevilla de camino al vestuario, despu谷s del calentamiento. Haaland detiene su paso en el centro del campo, se levanta las perneras del pantal車n y mira fijamente, casi desafiante, a los jugadores sevillistas. Alguno se da cuenta y sonr赤e, entre la sorpresa y tambi谷n el nerviosismo que provoca esta despiadada m芍quina noruega de hacer goles.
El gigante que lleg車 del hielo en un club que se reinventa y le rodea de una mezcla entre 赤mpetu casi adolescente como el suyo y veteranos de calidad para asistirle como Reus. El lugar ideal. Un bisonte rubio que da miedo en cada arrancada y que adem芍s de su f赤sico imponente y su capacidad para desequilibrar defensas tiene el don m芍s importante para un delantero: colocaci車n, oportunidad. No se hab赤a acercado al 芍rea casi el Dortmund, pero Haaland meti車 la primera pelota que toc車 en el caj車n (1-0, 35'), a pase de Reus, en el hasta entonces 迆nico fallo defensivo de un Sevilla que ilusionaba con una media hora inicial de f迆tbol delicioso, pero sin gol.
Hab赤a merecido marcar el equipo de Lopetegui, capaz de acular a los alemanes en su 芍rea y de rondar varias veces a Hitz con disparos peligrosos de Ocampos y Suso. Jugaban Bono y Kound谷, las dudas antes del inicio, pero la sorpresa en el once era ?scar Rodr赤guez. El talaverano, de interior izquierdo, dirigi車 buena parte de los ataques del Sevilla y agarr車 con fuerza la camiseta de titular. Ay, si llega a enganchar una volea al cuarto de hora dentro del 芍rea rival.
La jugada con la que el Borussia Dortmund mat車 el partido, de penalti (Haaland, 2-0, 54') se estudiar芍 en los colegios de VAR del futuro. Hab赤a marcado el delantero noruego tras empujar a Diego Carlos y el turco Cakir se march車 a verlo al v赤deo para finalmente decretar... falta dentro del 芍rea de Kound谷 al mismo Haaland. Bono ataj車 el lanzamiento desde los 9 metros pero desde la sala VOR se apreci車 que el portero marroqu赤 se hab赤a adelantado y oblig車 a repetirlo. Despu谷s de marcar, esta vez s赤, Erling se encar車 con Bono y los sevillistas en bloque se marcharon a por 谷l. El 芍rbitro lo amonest車 por su exabrupto. Con 谷l llegaron el gol... y el esc芍ndalo.
Tambi谷n desde el punto de penalti, en un empujoncito de Can sobre De Jong que quiz芍 se?al車 Cakir para compensar la estramb車tica jugada anterior, hizo En Nesyri (2-1, 68') el gol que le pon赤a picante y esperanza sevillista a la eliminatoria. El Papu G車mez hab赤a agitado algo entre l赤neas pero Hitz defendi車 su porter赤a y Edin Terzic, el entrenador alem芍n, intent車 blindar su 芍rea con alguno zaguero m芍s. En Nesyri hizo el empate (2-2, 96'+) y Diego Carlos tuvo un remate en el 迆ltimo instante para forzar la pr車rroga.
Hab赤a mandado Haaland, como tantas veces antes, como las decenas o cientos de partidos que (si no ocurre nada raro) decidir芍 el noruego durante la pr車xima d谷cada, en Dortmund, en Madrid, en Manchester en M迆nich o donde tengan dinero para ficharlo.