El suicidio interminable
El Bar?a tira a la basura la opci¨®n de LaLiga. Un error imperdonable de Lenglet, cometiendo un penalti rid¨ªculo, facilita el empate del C¨¢diz (88) tras marcar Messi.
Con todos los pronunciamientos a favor para volver a engancharse a la lucha por LaLiga, el Barcelona volvi¨® a fracasar de la manera m¨¢s pat¨¦tica. V¨ªctima de nuevo de sus propios errores, el conjunto blaugrana cedi¨® un empate a uno ante el C¨¢diz en lo que ya es un suicidio interminable por parte de los barcelonistas, que son sus peores enemigos. Un penalti absurdo y rid¨ªculo de Lenglet en el minuto 88 permiti¨® a ?lex Fern¨¢ndez dinamitar cualquier atisbo de ilusi¨®n barcelonista.
El equipo blaugrana es ese estudiante que es incapaz de aprobar ni copiando, un conjunto que se autolesiona una y otra vez instalado en una fatalidad permanente.
Koeman apel¨® al libreto cruyffista y sac¨® a jugar a los mismos once jugadores que el martes fueron anulados por el Par¨ªs Saint-Germain en la Champions en una invitaci¨®n para que arreglaran el desastre europeo. No lo logr¨® y cuando quiso arreglarlo, lo empeor¨® con los cambios. El fallo es sist¨¦mico.
El equipo respondi¨® con m¨¢s motivaci¨®n que efectividad porque el absoluto dominio blaugrana desde el primer minuto no se ve¨ªa reflejado en ocasiones de gol. El C¨¢diz, bien pertrechado atr¨¢s en un intento de reparar el boquete defensivo que se habr¨ªa abierto en las ¨²ltimas jornadas viv¨ªa defendiendo el castillo de Ledesma y reduciendo sus acciones de ataque a alg¨²n contragolpe aislado.
El equipo de ?lvaro le dej¨® claro al Bar?a desde el principio que si quer¨ªa ganar los tres puntos iba a tener que tener mucha paciencia y trabajar mucho. A falta de velocidad en la circulaci¨®n de pelota, el equipo blaugrana intent¨® sin ¨¦xito desordenar a los andaluces moviendo el bal¨®n de lado a lado y buscando ocasionalmente el disparo lejano. Lo intentaron Alba y Messi, pero Ledesma siempre estuvo atento. Otra opci¨®n era la pelota parada. Hasta ocho c¨®rners bot¨® el Bar?a en la primera parte, pero en esa suerte del juego, el equipo de Koeman es casi inofensivo.
Ante la frustraci¨®n permanente de darse contra un muro fue la fe de Pedri la que desencall¨® el partido. Una pelota perdida en tierra de nadie dentro del ¨¢rea cadista tras la en¨¦sima imprecisi¨®n blaugrana fue perseguida por el canario, que lleg¨® a ella antes que Perea, quien le derrib¨®. La oportunidad del penalti no fue desaprovechada por Messi que puso al Bar?a por delante en el marcador.
Ese gol, sin embargo, no cambi¨® el partido. Es m¨¢s, volvi¨® a demostrar que en el momento menos esperado el equipo de Koeman acusa una tendencia al suicidio preocupante. Un minuto despu¨¦s del 1-0, Sobrino tuvo el empate en una jugada en la que la defensa blaugrana fall¨® en cadena. Su remate con la cadera se fue fuera por cent¨ªmetros.
Tras el susto, trat¨® el Bar?a de apuntalar el resultado mediante las internadas de Dest y la llegada de De Jong. Marc¨® dos goles que fueron justamente anulados por fuera de juego y el partido lleg¨® a la media parte tan espeso como hab¨ªa empezado y con el C¨¢diz teniendo una bala en la rec¨¢mara. Estaban m¨¢s cerca del Bar?a de lo que se cre¨ªan.
Para dar ese paso ante un inicio de segundo tiempo muy gris por parte del Bar?a, ?lvaro dio entrada a Lozano, ?lex y Jos¨¦ Mari.
El partido segu¨ªa en el alambre porque Demb¨¦l¨¦, ante la desesperaci¨®n de Koeman, fall¨® dos ocasiones que manten¨ªan el duelo pendiente de cualquier accidente. Se entraba en la fase de control de nervios. Y ante esta situaci¨®n, Koeman retir¨® a Pedri, el mejor del Bar?a para vivir un ¨²ltimo cuarto de hora de infarto que culmin¨® Lenglet con un nuevo desastre.