COPA (DIECISEISAVOS) I NAVALCARNERO 3-EIBAR 1
Esn¨¢ider hace historia con el Navalcarnero ante el Eibar
Doblete del hijo mayor del legendario exdelantero ante un rival pat¨¦tico. Los madrile?os, que dejaron el campo como una alfombra, se estrenaron ante un Primera y acceden a octavos.
Ser¨ªa dif¨ªcil entender lo que ha sido la Primera Divisi¨®n sin nombres como Juan Eduardo Esn¨¢ider. Es uno de los delanteros m¨¢s voraces que han pasado por Espa?a. De su personalidad pueden hablar los entrenadores que le dirigieron, especialmente V¨ªctor Fern¨¢ndez, que cada vez que le retiraba en Zaragoza, ten¨ªa que ponerse un casco por los puntapi¨¦s que pegaba a lo que encontraba a su paso. De su traves¨ªa entre nosotros quedaron m¨¢s vestigios. Como dos hijos que ahora juegan en el Navalcarnero (trajo al mundo a tres m¨¢s, pero una desgracia le arrebat¨® a uno de ellos): el delantero Juan y el mediocentro Facundo, que pidi¨® a Pedro Le¨®n la camiseta porque es uno de sus ¨ªdolos ya que le entren¨® su padre en el Getafe en 2016. Pues bien, Juan, tocayo, se merend¨® con un doblete a un Eibar pat¨¦tico, el peor equipo armero desde el ascenso sin duda alguna. Al grupo guipuzcoano no le interesa la Copa, solo le resta energ¨ªa y le aporta disgustos, pero pod¨ªa haber tenido m¨¢s disimulo a la hora de tirarla. Ya anda con el gesto torcido desde el a?o pasado con esta competici¨®n y parece que le provoca escalofr¨ªos.
El Naval, de Segunda B, es desde esta ¨²ltima nevada uno de los clubes m¨¢s entra?ables de Espa?a.?No s¨®lo ha sido ejemplar su forma de apartar el manto blanco, una movilizaci¨®n que para s¨ª quisieran el resto de clubes humildes madrile?os supervivientes en la Copa. Muchos de los socios que echaron una mano han tenido el premio de asistir a los dieciseisavos. Hab¨ªa 400 espectadores en la grada, en una zona muy castigada por el coronavirus. Un aliento muy cercano que agradece el cuadro de Ayll¨®n. Tambi¨¦n?arrimaron el hombro directivos, jugadores t¨¦cnicos... el campo de hierba artificial era una alfombra. Por ah¨ª, nada que objetar. En este tipo de superficies peque?as, los locales se conocen cada rinc¨®n y como ocupan bien los espacios, suelen provocar muchos disgustos. Es la bendita emoci¨®n de este formato de la Copa.
El partido arranc¨® con el Naval sometiendo a los azulgrana, que estaban sometidos, a verlas venir. Marc¨® Muto y pensaron que su alta alcurnia les valdr¨ªa para pasar sin despeinarse. Consideraban que lo ten¨ªan controlado y un penalti discutible por un salto de Cubero con el brazo abierto, les puso en la pista de que aquello no iba a ser sencillo. Tablas de Jaimez. Los pupilos de Mendilibar reaccionaron tras el empate, pero al de un rato volvieron a perder el sitio. El Navalcarnero ya se carg¨® a Badajoz y Las Palmas por un doble 1-0, no es f¨¢cil meterle mano. Buscan los costados r¨¢pido y meten balones al ¨¢rea en busca de la pelea sin tregua de Esn¨¢ider, un apellido hermanado con el combate.
Los guipuzcoanos estaban con la torrija. Hasta en una cesi¨®n de Burgos a Yoel cuando le daba el sol de frente al portero casi la l¨ªan. Al pobre meta gallego no cabe reprocharle nada, le dejaron vendido. Los laterales sufrieron como condenados. La ¨²ltima secuencia del primer tiempo con llegadas claras de los locales dibujaron un esperpento para el equipo de Primera. Daba la sensaci¨®n de que si aparec¨ªan en ataque los madrile?os, hac¨ªan da?o, hab¨ªa que ajustar mejor la situaci¨®n defensiva baja y atacar con m¨¢s acierto. El 2-1 y 3-1 fueron calcados; desborde limpio por cada costado y remate de Esn¨¢ider completamente solo entre los centrales. Del Moral creaba muchos desajustes y la estrategia ten¨ªa dinamita. El Eibar ni tiraba a puerta y Mendilibar hizo lo que no acostumbra: tres cambios al descanso. Pero no estaba Bryan Gil para obrar el milagro como ante Las Rozas. El 'Naval' se empach¨® de gloria ante una sombra.