La disputa legal que gan車 Jean-Marc Bosman en 1995 marc車 un antes y un despu谷s en el f迆tbol. As赤 fue, as赤 cambi車 el deporte y as赤 son las consecuencias que todav赤a vemos hoy en d赤a.
Al lado de todas las reivindicaciones por los derechos laborables que ha habido en la historia, esta tiene una importancia m赤nima. Sin embargo, dentro de la burbuja del f迆tbol, posiblemente la Ley Bosman haya sido el mayor punto de inflexi車n que ha vivido este deporte desde su profesionalizaci車n. Este s赤 fue un hecho hist車rico y no los r谷cords de Cristiano o los Balones de Oro de Messi.
Bosman pele車 por la libre circulaci車n de los futbolistas dentro de la Uni車n Europea y gan車, facilitando que, en un futuro, el negocio del f迆tbol se explotase al m芍ximo con sueldos, fichajes y, en definitiva, cifras m芍s altas. Pero curiosamente 谷l se llev車 la peor parte y acab車 arruinado. En 2015 explic車 en una entrevista a la revista Panenka que estaba arruinado, habiendo dejado de recibir cualquier prestaci車n por desempleo y sintiendo un rechazo absoluto por parte de un sector al que tanto impuls車. Bosman fue el 迆nico que no se aprovech車 de la Ley Bosman. Esto fue lo que ocurri車 y estas son las consecuencias que afectaron en su d赤a, que afectan ahora y que seguir芍n afectando en el futuro.
Para entender su problema, hay que conocer c車mo eran los traspasos antes de 1995 y el derecho de retenci車n que ten赤an los clubes por el que Messi se tirar赤a de los pelos hoy en d赤a. Esto significaba que los jugadores no quedaban libres al finalizar su contrato, sino que el club de origen pod赤a reclamar un precio por su traspaso. Bosman, en 1990, quiso marcharse del RFC Lieja al Dunkerque. Sin embargo, los belgas ped赤an un dinero que los franceses no pod赤an pagar y Bosman se qued車 sin equipo.
Entonces, el futbolista comenz車 una disputa legal que dur車 cinco a?os en el Tribunal de Apelaci車n de Lieja. Su argumento resid赤a en el Art赤culo 48 de los Tratados de Roma de 1957. Los primeros pasos de la Uni車n Europea. All赤 se cre車 la Comunidad Econ車mica Europea (CEE) y, a trav谷s del citado art赤culo, se establec赤a la libre circulaci車n de trabajadores dentro de la Comunidad:
Art赤culo 48
- La libre circulaci車n de los trabajadores dentro de la Comunidad quedar芍 asegurada, a m芍s tardar, al final del per赤odo transitorio.?
- La libre circulaci車n supondr芍 la abolici車n de toda discriminaci車n por raz車n de la nacionalidad entre los trabajadores de los Estados miembros, con respecto al empleo, la retribuci車n y las dem芍s condiciones de trabajo.?
- Sin perjuicio de las limitaciones justificadas por razones de orden p迆blico, seguridad y salud p迆blicas, la libre circulaci車n de los trabajadores implicar芍 el derecho: a) de responder a ofertas efectivas de trabajo; b) de desplazarse libremente para este fin en el territorio de los Estados miembros; c) de residir en uno de los Estados miembros con objeto de ejercer en 谷l un empleo, de conformidad con las disposiciones legales, reglamentarias y administrativas aplicables al empleo de los trabajadores nacionales; d) de permanecer en el territorio de un Estado miembro despu谷s de haber ejercido en 谷l un empleo, en las condiciones previstas en los reglamentos de aplicaci車n establecidos por la Comisi車n.?
- Las disposiciones del presente art赤culo no ser芍n aplicables a los empleos en la administraci車n p迆blica.
Con esta base legal, Bosman reclamaba su derecho a no ser discriminado por su profesi車n y ped赤a retirar aquel derecho de retenci車n vigente hasta la fecha. En consecuencia, tambi谷n se solicitaba que los jugadores de los pa赤ses que firmaron el Tratado CEE no tuviesen la etiqueta de lo que en el f迆tbol se conoce como &extracomunitario*. La sentencia pronunciada en una audiencia p迆blica en Luxemburgo el 15 de diciembre de 1995 dec赤a as赤:
Sentencia del caso Bosman
- El art赤culo 48 del Tratado CEE se opone a la aplicaci車n de normas adoptadas por asociaciones deportivas, con arreglo a las cuales un jugador profesional de f迆tbol nacional de un Estado miembro s車lo puede, al t谷rmino del contrato que le vincula a un club, ser empleado por un club de otro Estado miembro si este 迆ltimo ha abonado al club de origen una compensaci車n por transferencia, formaci車n o promoci車n.
- El art赤culo 48 del Tratado CEE se opone a la aplicaci車n de normas adoptadas por asociaciones deportivas seg迆n las cuales, en los partidos de las competiciones por ellas organizadas, los clubes de f迆tbol s車lo pueden alinear un n迆mero limitado de jugadores profesionales nacionales de otros Estados miembros.
- El efecto directo del art赤culo 48 del Tratado CEE no puede ser invocado en apoyo de reivindicaciones relativas a una compensaci車n por transferencia, formaci車n o promoci車n que, en la fecha de la presente sentencia, ya haya sido pagada o se adeude a迆n en cumplimiento de una obligaci車n nacida antes de dicha fecha, salvo para los justiciables que, antes de dicha fecha, hayan iniciado una acci車n judicial o formulado una reclamaci車n equivalente seg迆n el Derecho nacional aplicable.
Su victoria dio ejemplo a otros como Kolpak en 2003 o Simutenkov en 2005. El primero, portero eslovaco de balonmano, luch車 por lo mismo que Bosman pero para los pa赤ses que no estaban en la Uni車n Europea pero hab赤an firmado el Acuerdo de Asociaci車n con la Uni車n Europea (Lituania, Letonia, Estonia, Eslovaquia, Rep迆blica Checa, Polonia, Hungr赤a, Rumania, Bulgaria, Eslovenia, Malta, Chipre y Turqu赤a). El segundo, exfutbolista del Tenerife, recurri車 al Acuerdo de Colaboraci車n y Cooperaci車n de 1997 para permitir que los jugadores de Rusia (y en consecuencia de Armenia, Azerbaiy芍n, Bielorrusia, Georgia, Kazajist芍n, Kirguizist芍n, Moldavia, Mongolia, Turkmenist芍n, Ucrania y Uzbekist芍n) fuesen considerados comunitarios.
Un gran logro para el futbolista (y no s車lo el de la Uni車n Europea), que vio sus opciones multiplicadas, para el representante y para el club rico. No tanto para los clubes de las peque?as federaciones y, en consecuencia, la pluralidad del f迆tbol.
Antes de la Ley Bosman, los equipos ten赤an que apa?arse con lo que pod赤an. Si su cantera (o las de su pa赤s) no generaban los suficientes talentos como para competir, no pod赤an acudir al mercado y llenar la cesta de la compra de jugadores extranjeros. Y si lo hac赤an, de poco les servir赤a porque s車lo pod赤an alinear a tres en partido oficial. Uno de los casos m芍s llamativos fue el del Milan en la temporada 1992-93. Aquel a?o, Capello ten赤a en su plantilla a Rijkaard, Van Basten, Gullit, Savicevic, Boban y Papin. Deb赤a elegir para cada partido qu谷 tres estrellas se quedaban sin convocar.
A partir de que no se considerasen a los jugadores de pa赤ses miembros de la Uni車n Europea como extracomunitarios se abri車 un abanico de posibilidades enorme para los clubes. No s車lo significaba que pod赤an comprar a los mejores jugadores europeos sin limitaciones, sino que las nacionalidades que opositaban a las tres plazas de extranjeros de cada equipo eran mucho menores. Este detalle repercuti車 directamente en los sudamericanos, quienes empezaron a salir de Brasil y Argentina en busca de los mejores contratos.
As赤, los grandes clubes de Europa pod赤an saquear a los peque?os sin compasi車n. M芍s all芍 de que ya no hubiese derecho de retenci車n, el poder econ車mico y el estatus de los escudos que llamaban a la puerta era suficiente para convencer a los jugadores de los clubes m芍s peque?os. El caso m芍s paradigm芍tico es el del Ajax de finales de siglo. Meses antes de la resoluci車n del caso hab赤an ganado la Copa de Europa con un once que en 1999 ya se hab赤a repartido entre Inter, Juventus, Milan, o Barcelona, entre otros. Este es un hecho que se ha venido repitiendo los 迆ltimos veinticinco a?os. Y eso si hay suerte de que salga un club modesto con una gran generaci車n capaz de plantar cara a cualquiera, porque cada vez es m芍s dif赤cil que ocurra. Con el derecho de retenci車n, los clubes ganaban dinero para seguir invirtiendo en la cantera y poder ofrecer un buen contrato que les retuviese durante unos cuantos a?os, hasta que alcanzasen la madurez futbol赤stica. Ahora vemos como el Bar?a ficha a Dest habiendo jugado 38 partidos con Ajax o al Madrid a Varane con 24 partidos en el Lens y a nadie le sorprende. Son los abusones que le quitan el dinero del bocadillo a los m芍s d谷biles.
Como consecuencia, la 谷lite del f迆tbol europeo ha cambiado y se puede demostrar f芍cilmente fij芍ndonos en los campeones de la Champions League antes y despu谷s de Bosman. Hasta 1995 se disputaron 39 ediciones y se vieron a diez nacionalidades distintas levantar el t赤tulo. Desde entonces, en estas 迆ltimas 25 s車lo ha habido cinco pa赤ses vencedores y habr赤a que darle una medalla especial al Oporto por conseguir colarse entre las cuatro grandes ligas.
Obviamente, no s車lo se ha reducido el n迆mero de ligas campeonas, sino que tambi谷n el de equipos. Mientras que antes de Bosman hubo veinte campeones diferentes, despu谷s s車lo ha habido once. Cualquier ni?o alucinar赤a si le dij谷semos que hubo un tiempo en el que el Nottingham Forest (1979 y 1980), el Aston Villa (1982), el Steaua Bucarest (1986) o el Estrella Roja (1991) pod赤an ser los mejores equipos de Europa.
Como cada historia, depende del punto de vista desde el que se mire. Y si nos calzamos las botas del canterano o el futbolista medio (la gran estrella jugar赤a en cualquier club antes y despu谷s de Bosman), vemos que cada vez es m芍s dif赤cil hacerte un hueco en la plantilla de los mejores equipos nacionales porque cada vez llegan m芍s extranjeros. Por otro lado, tambi谷n pod赤as hacer como ellos y salir a equipos de otros pa赤ses (algunos con grandes contratos, por otra parte). En definitiva, y con los a?os se ha ido demostrando, se empez車 a pagar mucho por buenos jugadores que no ten赤an por qu谷 ser mejores ni peores que los ya presentes. La frase ※pero como no es brasile?o#§ es un t車pico que se ha escuchado habitualmente para poner en valor al jugador espa?ol y que, aunque no deja de ser un t車pico, en ocasiones es muy cierto. El futbolista se convirti車 m芍s que nunca en mercanc赤a en manos de superagentes, fondos de inversi車n e intermediarios, todos ellos con comisiones alt赤simas en un mercado de fichajes con cifras cada vez m芍s rid赤culas.
Una vez creado el establishment del f迆tbol, este 迆ltimo intentar芍, como ha ocurrido hist車ricamente en cualquier 芍mbito de la vida, ser cada vez m芍s grande y hacer a los dem芍s cada vez m芍s peque?os. En definitiva, ampliar las diferencias para asegurar al m芍ximo posible su posici車n. Cinco a?os despu谷s de la Ley Bosman se cre車 el G-14, lo que a?os despu谷s se denominar赤a la ECA.
Desde estos 迆ltimos a?os de siglo XX, el f迆tbol europeo no ha hecho m芍s que dar pasos hasta la Superliga europea que tanto ronda los peri車dicos recientemente y se vislumbra como la consecuencia final de Bosman. Incluso en 1998 ya se pudo leer por primera vez eso de una Superliga, propuesta por el grupo Media Partners a la UEFA que no tuvo m芍s recorrido. Pero la semilla ya estaba puesta y esta ECA ha presionado a Johansson, Platini y, por 迆ltimo, a Ceferin para ir modelando una Champions League a su antojo, con la constante amenaza de la creaci車n de una Superliga que deje a la UEFA sin la participaci車n de los mejores clubes del mundo. La m芍xima competici車n continental ha cambiado mucho de formato, pero se sol赤a llamar Liga de Campeones porque reun赤a a los ganadores de todas las ligas europeas. Desde esa idea se ha llegado a la actual, en la que hasta el cuarto de las grandes ligas tiene una plaza asegurada en la fase de grupos mientras que el campe車n de ligas como la griega, austriaca, checa o suiza s車lo tienen plaza en la fase de clasificaci車n. De esta forma, los mejores clubes de Europa se protegen de una mala temporada asegur芍ndose cada a?o jugar (y cobrar de) la Champions.
La hoja de ruta, planeada desde un principio o no, ha sido perfecta. Los grandes roban el inter谷s de los peque?os comprando a sus mejores jugadores y, as赤, no tienen que competir contra estos peque?os. ?A qui谷n le hubiese interesado o, m芍s bien, a qui谷n habr赤a ganado el Estrella Roja de 1991 si a?os atr芍s el PSG, la Juventus y el Chelsea, por citar alguno, hubiese fichado a Mihajlovic, Savicevic y Prosinecki? Hasta d車nde habr赤a llegado el Ajax de 2019 en temporadas posteriores si De Jong y De Ligt hubiesen continuado es una inc車gnita que el sistema establecido en el f迆tbol europeo se ha encargado de enterrar. Con la excepci車n de 2019, no ha habido una final en los 迆ltimos once a?os en la que no estuviese Barcelona, Real Madrid o Bayern. Evidentemente, cada vez m芍s dif赤cil para las peque?as federaciones, las cuales han dejado de existir en la fase final. Y no es una exageraci車n: en esta 迆ltima 2019/20, y por primera vez en la historia, todos los integrantes de octavos de final pertenec赤an a las cinco grandes ligas. Y esta temporada s車lo se ha colado el Oporto. Si lo comparamos con la antigua Copa de Europa encontramos que en las finales hubo equipos de hasta trece ligas distintas (Escocia, Ruman赤a, Suecia, B谷lgica, Grecia o Serbia) mientras que en la actual Champions League s車lo ha habido finalistas de siete. Quiz芍 el dato m芍s sangrante es que en estos 迆ltimos veinticinco a?os s車lo dos equipos (Borussia Dortmund y Chelsea) han conocido lo que es ser campe車n por primera vez en su historia.
Como consecuencia de lo descrito p芍rrafos atr芍s sobre los sudamericanos, a quienes se les abrieron las puertas de Europa desde 1995, los clubes argentinos y brasile?os principalmente han perdido poder. Lo que ha pasado con la Champions League y la Superliga se extrapola desde Europa al mundo entero con la Copa Intercontinental y la Copa Mundial de Clubes de la FIFA. La Copa Intercontinental tambi谷n ha perdido peso desde la Ley Bosman. Antes, el marcador estaba 20-14 a favor de los sudamericanos. Desde entonces, y considerando Copa Intercontinental y Mundial de Clubes, Europa arrasa 19-6. No se ve un equipo de fuera de Europa ganar el Mundial de Clubes desde 2012. Y la FIFA ya ha llevado esta diferencia al siguiente nivel, creando la Copa Mundial de Clubes de la FIFA que estaba prevista para 2021 pero que se ha aplazado debido a la pandemia. En esta competici車n habr芍 ocho clubes europeos (los cuatro 迆ltimos ganadores de la Champions y los cuatro 迆ltimos ganadores de la Europa League) que ser芍 dif赤cil que inviten cualquier club de otra confederaci車n a las semifinales.
A nivel m芍s local, dentro de la Premier League, vimos como hace dos meses se propon赤a el Project Big Picture, el en谷simo intento de abuso de poder de los grandes clubes con los m芍s peque?os, dibujando un escenario en el que el Big Six (Manchester United, Manchester City, Arsenal, Liverpool, Chelsea y Tottenham) tengan un poder de decisi車n casi absoluto respecto a todos los dem芍s clubes. Parece que la pluralidad en el f迆tbol cada vez es m芍s complicada y Bosman, con lo que nadie duda que fue su mejor intenci車n, creo sin quererlo el embudo que nos conduce a ver ganar siempre a los mismos.