Un hombre esbelto, con t¨²nica blanca y una banda verde alrededor del cuello, sube al escenario ubicado en el centro del campo de juego del Samuel Kanyon Dos el 22 de enero de 2018. Posa las manos sobre el pupitre e inicia su discurso de investidura como presidente de Liberia: "Les prometo que el dinero p¨²blico no acabar¨¢ en los bolsillos de los altos funcionarios ni de los dirigentes". Las palabras pronunciadas no son las de un pol¨ªtico al uso sino las del mejor futbolista africano de los a?os noventa, George Weah. El liberiano se alej¨® de los focos medi¨¢ticos del mundo del f¨²tbol y se adentr¨® en los de la pol¨ªtica, a¨²n m¨¢s resplandecientes si cabe. El camino de Weah fue adoptado tambi¨¦n por Rom¨¢rio Da Souza, Kakha Kaladze y Cuauht¨¦moc Blanco. Todos poseen un denominador com¨²n: leyendas del balompi¨¦ en sus pa¨ªses, convencieron en activo al p¨²blico a base de grandes actuaciones y ahora, retirados, lo hacen a trav¨¦s de la ret¨®rica.

George Weah (Liberia, 1966)

George Weah entr¨® en la pol¨ªtica en 2004 y lo hizo con un curr¨ªculum vac¨ªo en este ¨¢mbito. Sin embargo, su carta de presentaci¨®n no era para nada desde?able: primer futbolista africano en lograr el Bal¨®n de Oro en 1995, jugador del Paris Saint Germain (1992-1995), y el AC Milan (1995-1998) con el que lleg¨® al c¨¦nit de su carrera tras lograr dos Scudettos. Una trayectoria de ensue?o para un hombre nacido en una barriada de Monrovia, capital de Liberia, llamada ClaraTown. El contexto social no merm¨® su voluntad de convertirse en futbolista profesional como tampoco su nula experiencia en el mundo de la pol¨ªtica le impidi¨® hacerse un nombre en los pasillos del Parlamento de Liberia. Aunque la primera intentona de Weah en 2005 fue en vano: fund¨® el partido "El Congreso para el cambio democr¨¢tico" (CDC) y recibi¨® un revolc¨®n en las elecciones presidenciales frente a la candidata Ellen Johnson Sirleaf, que se convirti¨® en la primera mujer presidenta de toda ?frica. Mister George no claudic¨® y prosigui¨® su camino hasta que en 2014 fue nombrado senador del condado de Montserrado (Monrovia). En 2017 se le present¨® de nuevo la gran oportunidad de optar por la silla presidencial y esta vez triunf¨®. Con un 61,5% de los votos, en diciembre de ese a?o conquist¨® el coraz¨®n de millones de liberianos, como ya lo hizo con el de los aficionados lombardos tras sus incontables exhibiciones de f¨ªsico y potencia en el c¨¦sped de San Siro. Weah se comprometi¨® a acabar con la ola de corrupci¨®n que empa?¨® los ¨²ltimos a?os del gobierno saliente. El pa¨ªs estaba al borde del precipicio: la deuda nacional y exterior de Liberia era de 850 millones de euros, seg¨²n el peri¨®dico liberiano Daily Observer. Al descalabro econ¨®mico se le sum¨® los azotes de dos epidemias de ?bola entre 2014 y 2016. Los liberianos, apesadumbrados, concedieron a Weah la oportunidad de ilusionarlos de nuevo, pero no con los goles que un d¨ªa situaron al pa¨ªs en un mapa sino con decisiones de gran calado que cambiasen el rumbo de una poblaci¨®n de m¨¢s de cuatro millones de habitantes. Despu¨¦s de dos a?os en el cargo, el mandato de Weah est¨¢ m¨¢s cuestionado que nunca. En enero de 2020, una coalici¨®n de organizaciones de la sociedad civil cuyo nombre es Consejo de los Patriotas organiz¨® una manifestaci¨®n para pedir la dimisi¨®n del gobernante. Los participantes achacaron a Weah no haber resuelto la crisis econ¨®mica, ni tampoco haber creado un tribunal que juzgue los cr¨ªmenes de guerra que se perpetraron durante la sangrienta guerra civil que sufri¨® Liberia entre 1989 y 2003. Est¨¢ por ver si la 'La pantera negra' podr¨¢ zafarse de esta ola de la indignaci¨®n de la misma manera que lo hizo con el Hellas Verona en una tarde soleada de 1996. Recogi¨® el bal¨®n desde el ¨¢rea de su portero y recorri¨® todo el campo sorteando uno tras otro los rivales vestidos de amarillo para anotar un tanto antol¨®gico. Sin prisa pero sin pausa. Ese ha sido el recorrido pol¨ªtico de Mister George.

Rom¨¢rio Da Souza (Rio de Janeiro, 1966)

Rom¨¢rio Da Souza colg¨® las botas en 2008. Rompi¨® la barrera de los 1.000 goles, seg¨²n sus propias palabras. Una cifra que dej¨® desconcertados a los medios brasile?os porque estaban convencidos de que se trataba de un n¨²mero inflado por el jugador, que contabiliz¨® los tantos marcados en partidos no oficiales. Un nubarr¨®n de dudas se gener¨® en torno a la proeza, las mismas que surgieron cuando en 2010 O Baixinho decidi¨® dar el salto a la pol¨ªtica afili¨¢ndose como diputado del Partido Socialista Brasile?o (PSB). Sin embargo, Rom¨¢rio solvent¨® la incertidumbre de un plumazo, como lo hizo en el Cl¨¢sico de 1994 al dejar clavado a Rafa Alkorta con una cola de vaca y marcar el gol de los goles. El tanto se lo volvi¨® a apuntar en 2014: se convirti¨® en el senador m¨¢s votado de la historia del Estado de R¨ªo de Janeiro. Recibi¨® el respaldo de cinco millones de brasile?os indignados con la celebraci¨®n de la Copa del Mundo en un pa¨ªs en el que la educaci¨®n, la sanidad p¨²blica y el transporte urbano se iban a pique. El Mundial era la ocasi¨®n perfecta para tapar las deficiencias, pero los preparativos acrecentaron todav¨ªa m¨¢s el descontento: el coste en reformas y construcciones se dispar¨® muy por encima de lo presupuestado en un inicio (m¨¢s 10 mil millones de euros en total), el despilfarro en los 12 estadios que se construyeron cuando la FIFA solicitaba solo ocho. Un caldo de cultivo que el campe¨®n del mundo de 1994 supo rentabilizar en las urnas. En la tribuna del Senado Federal de Brasil, Rom¨¢rio jur¨® acabar con la corrupci¨®n, as¨ª como defender el deporte y los derechos de los minusv¨¢lidos y deficientes ps¨ªquicos. Un sector de la poblaci¨®n con el que O Baixinho est¨¢ vinculado emocionalmente, ya que una de sus seis hijas sufre s¨ªndrome de Down. Tres a?os despu¨¦s de su ¨¦xito electoral, Rom¨¢rio anunci¨® su intenci¨®n de concurrir a los comicios para la alcald¨ªa de su querida R¨ªo de Janeiro. No obstante, fue un amago y se retrajo a ¨²ltima hora.

En 2017, abandon¨® el Partido Socialista Brasile?o para unirse a la formaci¨®n brasile?a Podemos, y un a?o despu¨¦s proclam¨® a los cuatro vientos que su nombre aparecer¨ªa en las papeletas para la Gobernaci¨®n del estado de R¨ªo de Janeiro. Se celebraron en octubre de 2018, sin embargo, el resultado fue desfavorable: Rom¨¢rio acab¨® cuarto al recabar un 8,70% de los votos. M¨¢s all¨¢ del desenlace, el ex del Vasco de Gama, Flamengo y Fluminense ha mantenido un f¨¦rreo pulso con la Confederaci¨®n Brasile?a de F¨²tbol (CBF), emponzo?ada por la corrupci¨®n. Jos¨¦ Mar¨ªa Mar¨ªn, expresidente de la CBF fue detenido como cabecilla de la trama y condenado a cuatro a?os de c¨¢rcel. El Senado Brasile?o cre¨® una comisi¨®n de investigaci¨®n sobre el entramado de corrupci¨®n y Rom¨¢rio fue uno de los ponentes del comit¨¦. Su experiencia sobre el caso la relat¨® en un libro titulado Un olho na bola, outro no cartola (Un ojo en la pelota y otro en los directivos). La investigaci¨®n destap¨® que la CBF organizaba partidos amistosos con el ¨²nico objetivo de ganar dinero, que iba a parar a los bolsillos de los dirigentes brasile?os. Rom¨¢rio se empe?¨® en tumbar una ¨¦lite de directivos viciados y acomodados por el dinero, y lo consigui¨®. Seguro de s¨ª mismo y grandilocuente O Baixinho se ha hecho un nombre en la pol¨ªtica brasile?a como lo hizo en el f¨²tbol. Su ambici¨®n no tiene techo. "A Messi y a Cristiano les ganar¨ªa el Bal¨®n de Oro", espet¨® en una entrevista a EL PA?S.

Kakhaber Kaladze (Georgia, 1978)

Kahka Kaladze camina hacia los once metros, coge la pelota y la deja en el punto de penalti. Era una noche c¨¢lida de mayo de 2003 en Old Trafford. El escenario: la final de la Champions League. El defensor georgiano fall¨® la pena m¨¢xima, pero gracias al estado de gracia de su portero Dida, que par¨® todo lo que le chutaron, el AC Milan levant¨® su sexto entorchado europeo. Kaladze disput¨® el encuentro con el que suspira cualquier futbolista que llega a la ¨¦lite, pero para el ex del Milan ese duelo crucial lleg¨® con 34 a?os. "El partido m¨¢s importante de mi vida empieza ahora. Hay muchos m¨¢s desaf¨ªos en la pol¨ªtica que en el deporte", dijo tras retirarse en el Genoa en 2012. Se desat¨® las botas, se ajust¨® la corbata y se enrol¨® en las filas de la coalici¨®n Sue?o Georgiano, dirigido por el millonario Bidzina Ivanichvili. El partido de centro izquierda, reci¨¦n fundado, quer¨ªa tumbar el establishment personificado en la figura de Mijail Saakashvili, presidente por aquel entonces de Georgia. El pulso cay¨® del bando de Ivanichvili en las elecciones parlamentarias de 2012. Tras la resaca del plebiscito, Kaladze fue nombrado viceprimer ministro y ministro titular de energ¨ªa. Estuvo cuatro a?os en el cargo, pero lo abandon¨® en 2017 para volver al lugar donde empez¨® todo: Tiflis. Ciudad en la que se labr¨® un nombre en el equipo de la capital georgiana, el Dinamo Tbilissi, trampol¨ªn para acceder posteriormente al Dynamo Kiev, en el que estar¨ªa tres a?os, y de ah¨ª fichar por los rossoneri en 2001. El tercer jugador con m¨¢s partidos en la historia de Georgia anunci¨® su candidatura a la alcald¨ªa de la metr¨®poli a orillas del r¨ªo Kur¨¢ y aglutin¨® el 51% de los sufragios gracias a un programa electoral ecologista. Kaladze se comprometi¨® a multiplicar los espacios verdes de la ciudad con la construcci¨®n de parques. El compromiso, la constancia y el gen competitivo lo auparon a lucir el brazalete de su selecci¨®n en el c¨¦sped, bajo esos pilares tambi¨¦n se ha labrado la imagen de un pol¨ªtico h¨¢bil que ha vuelto a conquistar a los georgianos, esta vez a pie de urna.

Cuauht¨¦moc Blanco (Ciudad de M¨¦xico, 1973)

Tras m¨¢s de 20 a?os engrosando su casillero de goles con el club de sus amores, el Club Am¨¦rica, y la el¨¢stica mexicana, el Cuau puso punto y final a su carrera futbol¨ªstica en 2015 para comenzar una nueva etapa en la pol¨ªtica, que ¨¦l mismo defini¨® como "sucia" en una entrevista a la cadena ESPN en 2018. No obstante, su cr¨ªtica visi¨®n no le impidi¨®, tres a?os antes, formalizar su candidatura a la alcald¨ªa de Cuernavaca, capital del Estado de Morelos. Su propuesta era revertir la ola de criminalidad en la que viv¨ªa sumergida la ciudad y poner coto a la participaci¨®n del Gobierno local en el Mando ¨²nico. Un sistema policial centralizado basado en la unificaci¨®n de las polic¨ªas municipales y estatales para garantizar la unidad de mando. El discurso de Cuauht¨¦moc cal¨® hondo en los cuernavacenses, que lo escogieron como nuevo regidor bajo el Partido Social Dem¨®crata (PSD): obtuvo una ventaja de casi el 10% respecto de su perseguidor. El triunfo en las urnas se vio salpicado por las palabras del antiguo alcalde Manuel Mart¨ªnez Garrigos, que acus¨® a Blanco de aceptar medio mill¨®n de d¨®lares del PSD a cambio de hacer carrera pol¨ªtica en la formaci¨®n. Asimismo, uno de los miembros del partido corrobor¨® lo dicho por el exalcalde, solo que rebaj¨® la cifra a 400.000 d¨®lares. Un debut pol¨ªtico controvertido para un Cuauht¨¦moc acostumbrado a lidiar con los rifirrafes deportivos en los terrenos de juego. La leyenda del Am¨¦rica se convirti¨® en un tormento para las Chivas de Guadalajara y no precisamente por sus goles sino por las trifulcas que provocaba en el derbi de Ciudad M¨¦xico. En 1999 se enzarz¨® con el centrocampista Felipe de Jes¨²s Robles y en 2003 lo volvi¨® a hacer con el defensa Johnny Garc¨ªa. El primero recibi¨® un pu?etazo y el segundo corri¨® mejor suerte, pues las amenazas de el Cuau quedaron en nada. Una rebeld¨ªa de la que tambi¨¦n hizo gala en el cargo municipal de Morelos tras las acusaciones de sus enemigos pol¨ªticos. Las quejas llegaron hasta la Suprema Corte de Justicia de la Naci¨®n (SCJN), que decidi¨® suspender temporalmente de sus funciones a Blanco, que a su vez inici¨® una huelga de hambre con el fin de protestar por la decisi¨®n del tribunal en 2016. La pataleta surti¨® efecto y la SCJN anul¨® su destituci¨®n. Dos a?os despu¨¦s del tumulto, Cuauht¨¦moc se convirti¨® en el gobernador del Estado de Morelos con un 53% de los votos, ya desvinculado del PSD e inscrito en las filas del Partido Encuentro Social (PES). Tras la victoria electoral, Blanco decidi¨® darle a su nuevo gobierno el aroma de su pasado en el verde: Jos¨¦ Manuel Sanz, su exrepresentante en los 2000, a?o en el que fich¨® por el Real Valladolid, fue asignado como jefe de la oficina de gobierno. Gilberto Alcal¨¢ Pineda, ex ¨¢rbitro internacional, ocup¨® el puesto de secretario de Desarrollo Social. El toque americanista no pudo faltar tampoco, ya que Germ¨¢n Villa, canterano hist¨®rico de los millonetas, fue nombrado Director Estatal del Instituto del Deporte en julio de 2020. A la incorporaci¨®n de Villa se le sum¨® la de Francisco Reyes, antiguo jefe de prensa del Am¨¦rica, como nuevo portavoz del gobierno estatal. Un once de garant¨ªas con el que Cuauht¨¦moc espera continuar su traves¨ªa pol¨ªtica.