LaLiga se estrena en el Carranza con el duelo entre los dos equipos espa?oles que compart¨ªan el coraz¨®n de Michael
![Enrique Ortego](https://as01.epimg.net/img/comunes/fotos/autores/png/enrique_ortego.png)
A Michael Robinson el f¨²tbol contin¨²a haci¨¦ndole constantes gui?os de complicidad. Como si quisiera mantener eternamente viva la relaci¨®n que los dos mantuvieron mano a mano primero dentro de un terreno de juego y despu¨¦s desde el amplio mundo de la comunicaci¨®n. No puede ser pura casualidad que el Campeonato nacional de Liga 2020-21 depare un C¨¢diz-Osasuna en la primera jornada. Su partido. El de su coraz¨®n part¨ªo.
Tampoco debi¨® ser absoluta casualidad que su ¨²ltimo encuentro en directo como comentarista fuera el 11 de marzo en su Anfield del alma. Ah¨ª s¨ª estaba en juego su tercer equipo, el Liverpool, aunque el orden de los factores no alterara nunca el producto. Su ¨®rgano vital ten¨ªa capacidad para compartir una pasi¨®n perpetua por los tres clubes de su vida.
A lo mejor tampoco fue solo cuesti¨®n de azar que el a?o que Michael Robinson aterriz¨® en Pamplona, temporada 1986-87, su Osasuna se salvara del descenso en aquel maquiav¨¦lico triangular inventado a ¨²ltima hora por el presidente del C¨¢diz, Manuel Irigoyen, y tambi¨¦n lo hiciera el propio equipo cadista. Posiblemente ese fue el momento en el que el color amarillo se mezcl¨® con su sangre 'rojilla'.
A Robin, como ya le llamaban en El Sadar, le llam¨® la atenci¨®n el instinto de supervivencia de aquel equipo capaz de mantener la categor¨ªa despu¨¦s de ser el ¨²ltimo en la Liga regular; el ¨²ltimo en el playoff del descenso y de salvarse definitivamente con dos simples empates en ese torneo final a tres con Osasuna y Racing de Santander, que fue el que perdi¨® la categor¨ªa.
Ah¨ª lo deja el cartel presentaci¨®n del partido del domingo. Michael con la camiseta de Osasuna y Robinson con la bufanda amarilla del C¨¢diz. La coartada perfecta para recordar c¨®mo entraron estos dos clubes en la piel de un ingl¨¦s de Leicester que defend¨ªa la camiseta verde de la Rep¨²blica de Irlanda y hab¨ªa sido campe¨®n de Europa con el Liverpool.
Michael aterriz¨® en Pamplona creyendo que la ciudad se llamaba Osasuna, como el club, y sin saber m¨¢s de cinco palabras en espa?ol. Su entrenador en el Queens Park Rangers, Jim Smith, para convencerle de que fichaba por un buen equipo le record¨® que su pretendiente hab¨ªa eliminado al Glasgow Rangers la temporada anterior de la Copa de la UEFA. Se qued¨® m¨¢s tranquilo.
Lleg¨® el 6 de enero de 1987, firm¨® contrato al d¨ªa siguiente y debut¨® tres d¨ªas despu¨¦s contra el Athletic en San Mam¨¦s (4-1). Su primer gol de rojillo lo marca en si segundo partido. En el Bernab¨¦u, primer minuto de juego. El Real Madrid gana 2-1. Ten¨ªa 28 a?os y Osasuna pag¨® por ¨¦l 25 millones de aquellas pesetas. De sus primeros pasos por Pamplona siempre recordaba una llamada telef¨®nica a su padre despu¨¦s de su debut en 'La Catedral'. "Estamos pen¨²ltimos, mis sospechas eran ciertas. F¨ªjate si somos malos que rezamos antes de los partidos". En ingl¨¦s, claro.
Osasuna se salva en la carambola antes contada. Para ese menester hab¨ªa llegado a ¨¦l. Juega 22 partidos de Liga y marca siete goles. El idilio con la afici¨®n y el vestuario es inminente. Enrique Mart¨ªn Monreal era entonces uno de los jefes de la caseta, un extremo zurdo de los dos antes. Coincidieron dos a?os y reconoce que todav¨ªa se le pone la carne de gallina cuando le recuerda.
"Lo primero que hizo nada m¨¢s llegar fue trasladarnos su instinto competitivo. Est¨¢bamos un poco acomodados. Solo pens¨¢bamos en salvar la categor¨ªa y ¨¦l nos dec¨ªa que ven¨ªa de ganar la Copa de Europa. Claro hab¨ªa sido con el Liverpool que no se parece en nada a Osasuna. Era exigente. Un ganador nato. En su segunda temporada, que fue mi ¨²ltima, fuimos quintos en la Liga. ?l, aunque no jugara algunos partidos, era uno m¨¢s. Nos incitaba a ganar. Como buen brit¨¢nico le gustaba apostar y lo hac¨ªamos hasta en las pachangas. Al poco de llegar le pregunt¨¦ que d¨®nde quer¨ªa que le mandara los centros, si al primer palo o al segundo. Me dijo que era la primera vez que un compa?ero le hac¨ªa esa pregunta. Le daba lo mismo donde fuera el bal¨®n, ya se las ingeniaba ¨¦l para llegar, aunque fuera a empujones".
"En Osasuna puso de moda las apuestas en las pachangas. Era un ganador nato"
Enrique Mart¨ªn
Destaca tambi¨¦n Enrique Mart¨ªn que Robin ten¨ªa un buen desmarque de ruptura. "Corr¨ªa bien a los espacios libres. La realidad es que corr¨ªa a todo, era como con los centros. A pesar de que ten¨ªa la rodilla lesionada, f¨ªsicamente era fuerte. Proteg¨ªa bien el bal¨®n de espalda y se daba la vuelta con cierta habilidad, ?l se hac¨ªa entender dentro del terreno de juego. Cuando le escuchaba a?os despu¨¦s por la televisi¨®n manejaba las mismas palabras que cuanto estaba con nosotros. A veces pienso que sab¨ªa m¨¢s espa?ol de lo que aparentaba y que como le hab¨ªa ido bien con sus giros no quer¨ªa cambiar".
Por ¨²ltimo, destaca su profesionalidad. "Me consta que disfrut¨® de la vida, de la ciudad, de la provincia, de la comida, de la bebida¡ pero al d¨ªa siguiente era el primero para entrenarse. En el equipo puso de moda el tercer tiempo que hac¨ªan en Inglaterra y ah¨ª nos contaba sus batallitas de cuando era chaval y limpiaba las botas de los veteranos".
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DIARIO AS (DIARIO AS)
Michael explicaba que su fichaje por Osasuna, "no fue una elecci¨®n cultural, lo hice porque quer¨ªa jugar al f¨²tbol". En su segunda temporada, la mejor del equipo, disput¨® 23 partidos con solo dos goles. El club le invit¨® a operarse de la rodilla derecha. ?l no estaba muy convencido. Ten¨ªa miedo de que pasara lo que precisamente pas¨®, que la intervenci¨®n debilitara a¨²n m¨¢s la zona. En el tercer curso, el 15 de enero de 1989, ante el Betis, en El Sadar, en un mal gesto, su rodilla dijo basta y all¨ª acab¨® su carrera profesional. El balance en Osasuna, 58 partidos y 12 goles. Marc¨® en San Mam¨¦s, en el Bernab¨¦u y en el Camp Nou.
Daniel Ram¨ªrez en su libro Porque somos de Osasuna y eso nunca va a morir, recoge una conversaci¨®n con Robinson de cuando el autor era todav¨ªa un estudiante de periodismo. Preguntado qu¨¦ significaba Osasuna para ¨¦l, contest¨®: "Osasuna es alma, alma y m¨¢s alma. Algo limpio y decente. Es defender a los humildes, a todos esos que se gastan su dinero para ir a El Sadar y que nunca dejan de animar". E interrogado tambi¨¦n sobre qu¨¦ sent¨ªa al jugar en El Sadar, a?adi¨®: "Sab¨ªa que deb¨ªa abandonar el t¨²nel y no dejar de correr hasta morir. Quer¨ªa ser uno de los suyos. Antes que bajar a Segunda, deber¨ªan haberme matado sobre el campo. Para m¨ª, jugar en Osasuna supon¨ªa una responsabilidad tremenda. Sent¨ª m¨¢s alivio logrando la permanencia en Pamplona que ganando la Copa de Europa con el Liverpool. Osasuna y Pamplona est¨¢n en el podio de todos mis recuerdos".
A¨²n as¨ª, en marzo de 1992, antes de un Osasuna-Atl¨¦tico de Madrid, en su etapa ya de comentarista, se sinti¨® traicionado. El tiempo, las disculpas y un posterior acto de desagravio le ayudaron a hacer las paces con su conciencia. "Un d¨ªa volv¨ª a El Sadar con Canal Plus y ped¨ª al gerente si mi hijo de 7 a?os, pod¨ªa saltar al campo con el capit¨¢n de Osasuna y su camiseta roja que le hab¨ªamos comprado para la ocasi¨®n. Cuando el ni?o estaba en el t¨²nel para salir de la mano de I?aki Ib¨¢?ez, el delegado les separ¨® e impidi¨® a mi hijo saltar. Yo no s¨¦ qu¨¦ diablos hab¨ªa hecho tan mal para que me tuvieran tanta man¨ªa, para inclusive hacerle eso a mi hijo. A m¨ª pueden machacarme, pueden dejarme cojo, pero hacer eso a un ni?o de siete a?os... No he sido capaz de perdon¨¢rselo", confes¨® en un programa televisivo.
A?os m¨¢s tarde, el 30 de octubre de 2000, Robinson recibi¨® un homenaje por parte del club. Se le entreg¨® la insignia de oro y brillantes antes de un partido contra el Valencia, en la temporada del regreso a Primera, y Liam, su hijo, salt¨® al c¨¦sped de El Sadar y recibi¨® una camiseta rojilla del entonces central Jos¨¦ Manuel Mateo y se la puso emocionado. El presidente, Javier Miranda, bautiz¨® en ese momento a Robinson como "embajador de Osasuna".
Cuando el Robinson comunicador comenz¨® a coquetear con el club cadista y con su afici¨®n con las im¨¢genes de los aficionados persiguiendo al linier a lo largo de la banda, el equipo estaba en Segunda B y recordaba c¨®mo ve¨ªa al C¨¢diz en sus primeros meses en Pamplona. "Para verlo en la clasificaci¨®n hab¨ªa que dar la vuelta al peri¨®dico, siempre iba el ¨²ltimo, pero al final se salv¨®".
Sin darse cuenta se fue enamorando de C¨¢diz, del Carranza, de su gente. No hay un primer d¨ªa. Hay muchos. Tantos como gui?os. Muchos comentarios en directo, como cuando dijo que no pod¨ªa acudir al estudio porque estaba preparando "los carnevales". Ni su propio hijo, Liam, entend¨ªa ese cari?o verdadero de su padre. "Fue una cosa espont¨¢nea. Amor a primera vista tanto del club como de la gente. Nunca entend¨ª por qu¨¦ le ten¨ªan tanto cari?o. Y ¨¦l sent¨ªa lo mismo. Cuando dec¨ªa que se sent¨ªa gaditano lo dec¨ªa totalmente convencido"
Avanzaba el nuevo siglo, 2001, y una buena tarde noche entre Miguel Cuesta y Antonio Mu?oz le convencieron para que formara parte del Consejo de Administraci¨®n del C¨¢diz. Se fueron sucediendo las emociones. Las l¨¢grimas en Las Palmas cuando el equipo asciende a Segunda contra el Universitario en 2003. Dos a?os despu¨¦s el salto a Primera en Chap¨ªn, contra el Jerez, que celebr¨® como un jugador m¨¢s.
Michael sacaba tiempo de donde no lo ten¨ªa para "asesorar", que es lo que dec¨ªa su cargo. Trabajaba en la sombra. Hasta recomendaba jugadores al secretario t¨¦cnico Alberto Benito, a quien aup¨® al cargo. Por Michael, el C¨¢diz ficha a Oli y Oli marca el primer gol que abre las puertas de Primera. Ese d¨ªa viaj¨® en el autocar del equipo desde C¨¢diz. Por su carisma muchos jugadores acceden a jugar en la Tacita de Plata. Era m¨¢s que un asesor y hasta 2007 se mantuvo como consejero.
Entregado para siempre, sus palabras ratificaban sus hechos. "C¨¢diz tiene duende. Es la ¨²nica ciudad occidental donde el capitalismo no es la ley. Ser rico es incluso una desventaja. Y, aunque pueda sonar a estereotipo, mientras que en otras ciudades de Andaluc¨ªa intentan ser graciosos, como en Sevilla, en C¨¢diz lo son sin esfuerzo".
Orgulloso de su pe?a cadista de Olvera, rey mago en el d¨ªa de Reyes, auto convencido de ser un ingl¨¦s de C¨¢diz, en 2019 fue nombrado hijo adoptivo de la ciudad. Michael ya estaba enfermo, pero en el acto de entrega de medallas se mostr¨® en plena forma. As¨ª lo recuerda Hugo Vaca, un gaditano nacido en la C¨®rdoba de Argentina, cinco a?os jugador amarillo y nueve de director deportivo. Ambos compart¨ªan galard¨®n y los dos hab¨ªan nacido a muchos kil¨®metros.
Hugo, central-libero de clase, no lleg¨® a enfrentarse a Michael en el terreno de juego, pero alimentaron una buena amistad basada en sus parecidas tentaciones cadistas. "Era admirable con qu¨¦ anim¨® afrontaba la enfermedad. Esa noche nos hizo re¨ªr a todos. Me acuerdo que cuando tuvimos que hablar, el alcalde nos dio cinco minutos a cada galardonado y yo dije que c¨®mo pensaban que un argentino iba a resumir media vida en ese tiempo. Michael me dijo que no me preocupara que me daba tres minutos de los suyos".
"El Ayuntamiento de C¨¢diz nos nombr¨® juntos hijos adoptivos. ?l, ingl¨¦s; yo, argentino"
Hugo Vaca
Del Michael jugador, Hugo rememora su temperamento. "Si no sal¨ªa con la cabeza o la camiseta rota es como si no hubiera jugado. Chocaba hasta con los postes. Me hubiera gustado enfrentarme contra ¨¦l porque yo nunca hubiera saltado al choque. Yo hubiera mandado a la guerra con Robinson a Dos Santos y le hubiera esperado un paso atr¨¢s para pararla con el pecho y salir jugando, como me gustaba".
El d¨ªa de su fallecimiento, la ciudad declar¨® un d¨ªa de luto oficial y qui¨¦n sabe si un d¨ªa el Ram¨®n de Carranza llevar¨¢ su nombre por aquello de la memoria hist¨®rica. Lo que es seguro es que el s¨¢bado, para abrir la Liga de par en par, se juega su partido. C¨¢diz-Osasuna. El partido de Robinson.
Tres temporadas en el cuadro rojillo, tres partidos contra el cuadro amarillo. Uno por curso, aunque en el primero, en el 86-87, los dos clubes se enfrentaron en cinco ocasiones. En las dos primeras de la Liga regular, Robinson no hab¨ªa firmado todav¨ªa por Osasuna -lleg¨® en enero-. Su estreno fue ya en el playoff por el descenso, jornada 37, con victoria en El Sadar (3-2). Lesionado, no jug¨® en la 42, ni tampoco en la liguilla final a tres por el descenso, ambos partidos en el Carranza.
En sus tres a?os en Pamplona se enfrent¨® en tres ocasiones a su otro club del alma: una victoria navarra y dos empates.
Balance como jugador
En la siguiente, 87-88, en su estreno en el estadio cadista, marc¨® el gol del empate de cabeza (1-1) a pase de Pizo G¨®mez y no jug¨® el partido de vuelta en casa. En su tercera y ¨²ltima temporada ocurri¨® lo mismo. Disput¨® el encuentro del Carranza (1-1) pero ya se hab¨ªa retirado cuando el equipo amarillo visit¨® Pamplona.