El fichaje de Diego Maradona por el Barcelona se cerr¨® un 28 de mayo de 1982, hace ahora 38 a?os, en Buenos Aires. Una expedici¨®n del Bar?a, encabezada por el presidente, Josep Llu¨ªs N¨²?ez, hab¨ªa aterrizado en Ezeiza para una operaci¨®n rel¨¢mpago que hab¨ªa que rematar con Argentinos Juniors y Boca. A N¨²?ez le acompa?aban Joan Gaspart y Joan Ignasi Brugueras, 's¨²perabogado' para grandes fichajes. Josep Maria Minguella, hist¨®rico agente que despu¨¦s tendr¨¢ su apartado especial, hac¨ªa de puente en la negociaci¨®n despu¨¦s de cinco a?os de arduo trabajo. Era su primer gran fichaje.

Un d¨ªa despu¨¦s, N¨²?ez estaba de regreso a Barcelona con el fichaje en el bote y varias ideas claras en la cabeza. La primera, que la incorporaci¨®n de Maradona iba a resultar "un gran negocio". Y, como tal, que la nueva ampliaci¨®n del Camp Nou ser¨ªa inminente. N¨²?ez, euf¨®rico y sin rastro de jetlag, se fue al Palau Blaugrana a ver un Bar?a-Cotonificio de semifinales de Copa de baloncesto (donde, por cierto, dio la orden de que el fichaje se anunciase de manera oficial por megafon¨ªa despu¨¦s de recibir el OK de la AFA). Resultaba incre¨ªble ver tan entero a N¨²?ez, que hab¨ªa sido recogido por su esposa , Mar¨ªa Lluisa Navarro, despu¨¦s del rocambolesco episodio que cerr¨® el fichaje y que ten¨ªa un apellido, Paisenjovich, poco recordado por la historia. Paisenjovich, abogado, reclam¨® 28 millones de minuta por su intervenci¨®n en las negociaciones. El Bar?a se neg¨® a pagarlos y Boca y Argentinos se hicieron cargo del mismo para terminar de desbloquear la operaci¨®n.

Cuando el 29 de mayo N¨²?ez aterriz¨® en Barcelona procedente de Buenos Aires con escala en Madrid, la operaci¨®n todav¨ªa no estaba firmada de pu?o y letra. Joan Ignasi Brugueras, el s¨²perabogado, baj¨® del avi¨®n con cinco contratos bajo el brazo: dos con Argentinos, uno con Boca, otro publicitario y otro con el futbolista. Las cifras del contrato, por cierto, no quedaron claras al inicio: seg¨²n La Vanguardia, el Bar?a pagar¨ªa 230 millones de pesetas como entrada y, luego, 73 millones de pesetas en cada una de las seis temporadas del contrato ("o firma seis a?os o no se hace la operaci¨®n", cuentan que esgrimi¨® N¨²?ez para amortizar el fichaje). Seg¨²n periodistas argentinos desplazados en Alicante, donde estaba la selecci¨®n preparando el Mundial, el Bar?a hab¨ªa pagado cinco millones y medio de d¨®lares a Argentinos, 1,8 a Boca Juniors; y pagar¨ªa 90 millones de pesetas al jugador por cada temporada. Finalmente, qued¨® establecido oficiosamente que el Bar?a pag¨® seis millones de d¨®lares a Argentinos, dos a Boca y Maradona renunci¨® a 94 millones de comisi¨®n para salir del popular bario de Paternal, calle Lascano 2257, a tres manzanos del estadio de Argentinos, y volar a Barcelona para vivir en la calle San Francisco, en el exclusivo barrio Pedralbes.

Maradona, dijo N¨²?ez, no cobrar¨ªa m¨¢s que Bernd Schuster. Una aclaraci¨®n que record¨® a la que treinta a?os despu¨¦s se vivi¨® en la Ciudad Condal cuando se aclar¨® que Neymar no cobrar¨ªa como Messi.... Diego, seg¨²n diversas fuentes, acord¨® cobrar 30 millones anuales, cuatro m¨¢s que Schuster, pero cuatro menos que el entrenador, Udo Lattek. Cuentan que el alem¨¢n no era partidario del fichaje del Pelusa porque Littbarski pod¨ªa haber fichado por el Bar?a...

En parte, N¨²?ez tuvo que justificar su apuesta econ¨®mica. Lo hizo a trav¨¦s de la famosa cl¨¢usula de renuncia seg¨²n la cual el Bar?a, de estar descontento con el jugador, pod¨ªa prescincir de Maradona... "La operaci¨®n ya no cabe pensarla en t¨¦rminos globales, sino fragmentada", explicaba N¨²?ez, que tambi¨¦n recordaba que, a trav¨¦s de Maradona Productions, la expotadora de la imagen del jugador que se invent¨® Jorge Czysterpiller, el Bar?a se iba a beneficiar de esa m¨¢quina de hacer dinero que era Maradona y sus anuncios con Coca-Cola, McDonald's...

El 4 de junio de 1982, Maradona cogi¨® un avi¨®n desde Alicante, donde estaba concentrado con Argentina en v¨ªsperas del Mundial (en el hotel Montiboli de Villajoyosa), para firmar su contrato con el Bar?a en un viaje rel¨¢mpago en el que cupo todo. Nicolau Casaus, hombre clave en el fichaje del que tambi¨¦n hablaremos posteriormente, apareci¨® en las oficinas del carrer Urgell al grito de "me he dormido". Eran las once de la ma?ana. Maradona ya llevaba cuarenta minutos en las oficinas de N¨²?ez, a las que hab¨ªa llegado en el Mercedes del presidente procedente de El Prat, donde hab¨ªa aterrizado a las 10:20 horas. "Pa amb tomaquet i pernil", cuentan las cr¨®nicas que le pidieron para desayunar a las 11.30 de la ma?ana porque el Pelusa se mor¨ªa del hambre. A las 12.23, Maradona sali¨® rumbo al Camp Nou. En La Siberia (las oficinas del Camp Nou hab¨ªan sido bautizadas as¨ª por estar junto al Palau de hielo en las...) se agolparon los periodistas. Maradona, que no coincidi¨® por minutos con Schuster y Simonsen, que hab¨ªan ido a recoger sus pertenencias al Camp Nou, pero s¨ª con V¨ªctor, Artola y Olmo, fue presentado, pis¨® el c¨¦sped del Camp Nou ("una mesa de billar") y, antes de volver a Alicante para concentrarse con Argentina, disfrut¨® del marisco del restaurante Las Indias. Almejas, langostinos y un buen bife para cerrar un d¨ªa inolvidable. "Una boda", seg¨²n los presentes, por la cantidad de directivos del Bar?a, Boca y Argentinos J¨²niors que hac¨ªan de comensales.

Uno de los primeros viajes oficiales de Nicolau Casaus como vicepresidente del Bar?a fue a Argentina. Nacido en Mendoza, se hab¨ªa trasladado a Igualada muy ni?o, con cinco a?os. Por aquella ¨¦poca, octubre de 1978, C¨¦sar, goleador hist¨®rico del club azulgrana en los cincuenta, hac¨ªa de ojeador en Argentina, as¨ª que Casaus se march¨® con C¨¦sar a ver jugar en directo a ese chico del que tanto hablaban. Casaus qued¨® prendado del Maradona de las chabolas de Villa Fiorito ("mueve la pelota como Pel¨¦") e hizo buenas migas con Diego, que no hab¨ªa sido seleccionado para el Mundial de su pa¨ªs pero del que ya hab¨ªa noticias en Europa. De hecho, es menos conocido que el Sheffield United estuvo a punto de ficharlo en 1977. Finalmente, las exigencias econ¨®micas de Argentinos Juniors y del futbolista hicieron desistir a los Wizards, que ficharon a un tal Alejandro Sabella, que luego ser¨ªa el seleccionador de Messi en el Mundial 2014... Pero los v¨ªnculos con Casaus ya se hab¨ªan establecido. "Para m¨ª el se?or Casaus es mi segundo padre deportivo. Despu¨¦s de mi entrenador; es la persona que m¨¢s quiero y en la que m¨¢s confianza tengo". Casaus lleg¨® a decir, cuando el fichaje de Maradona se puso en solfa por la fuga de divisas y el control de la Direcci¨®n General de transacciones exteriores: "Ni el Gobierno podr¨¢ impedir que sea del Bar?a".

Un par¨¦ntesis sobre las divisas. El Bar?a tuvo que sacar menos de las inicialmente establecidas para tener la luz verde al fichaje. En principio, deb¨ªa recibir un cr¨¦dito del exterior por valor de 2.400.000 d¨®lares (unos 264 millones de pesetas), que disminuy¨® a 1.333.750 (146 millones) en virtud de una operaci¨®n financiera realizada a trav¨¦s de una empresa argentina. Unas gestiones realizadas en Argentina con Argentinos y Boca Juniors, aprovechando coyunturas favorables en la paridad del peso con el d¨®lar, permitieron una operaci¨®n en la que la empresa Argentina Concesionaria Vial Metropolitana (COVIMET) actu¨® como mandataria del club azulgrana. Antes de ese cr¨¦dito, el Bar?a ya hab¨ªa sacado 650.000 d¨®lares, la cantidad que por entonces se permit¨ªa emitir sin necesidad de acudir a las financiaciones exteriores.

Pero volvamos al fichaje. Antes de Casaus, alguien muy relacionado con el Bar?a ya lo hab¨ªa visto. Josep Maria Minguella, cazatalentos que siempre podr¨¢ presumir de haber estado en medio de los fichajes de Maradona, Stoichkov o Messi entre otros grandes, explic¨® en Sport su visi¨®n de c¨®mo se gest¨® el fichaje. El t¨ªtulo del art¨ªculo, "negoci¨¦ el fichaje de Maradona con una pistola encima de la mesa", ya resulta prometedor. Reproducimos, por su inter¨¦s, parte del mismo: "A Diego lo descubr¨ª muy joven y casi por casualidad. Era tan bueno que se lo ofrec¨ª al Bar?a: concretamente a su gerente, Jaume Rosell, padre de Sandro. El club, entonces presidido por Montal, lo descart¨®. S¨®lo ten¨ªa 16 a?os, y entend¨ª que no apostaran por ¨¦l en aquel momento convulso. Dos a?os m¨¢s tarde, comenzaron las negociaciones de verdad, que se cerraron en 1980 tras un largo proceso. Todo estaba atado, pero al cabo de 15 o 20 d¨ªas me llam¨® Julio Grondona, el presidente de la AFA. Hab¨ªa problemas con el tr¨¢nsfer, me dijo, y tuve que volver a Argentina".

Aqu¨ª llega uno de los episodios que retrasaron el fichaje de Maradona. En plena dictadura de Jorge Rafael Videla, a Minguella le toc¨® entrevistarse con el Ministro de Bienestar Social, el almirante Lacoste. "Me cit¨® en un escenario digno de una pel¨ªcula de terror, porque despu¨¦s supe que all¨ª llevaban a muchos desaparecidos de la dictadura. Tras un portal¨®n militar en el que me recibi¨® un soldado, entr¨¦ en un t¨²nel oscuro con una peque?a luz al final. All¨ª estaba el almirante, que enseguida me lo dej¨® claro. ¡°Ahora no pueden fichar a Diego. Lo necesitamos para su Mundial (Espa?a'82)".

As¨ª que Maradona no se movi¨® de Argentina, pero de Argentinos se fue cedido a Boca J¨²niors en 1981. Para reactivar el fichaje, a Minguella le toc¨® negociar con Domingo Tesone, que era el nuevo presidente de Argentinos (antes, las conversaciones hab¨ªan sido con Pr¨®spero Consoli). Antes que presidente de Argentinos, Tesone era comisario. "Cuando nos reunimos la primera vez, se sac¨® una pistola de la sobaquera y la dej¨® sobre la mesa: espero que no le moleste", cuenta Minguella.

Minguella, Casaus, C¨¦sar, Pr¨®spero Consoli, el almirante Lacoste, Domingo Tesone, Jorge Czysterpiller, N¨²?ez, Gaspart, Joan Ignasi Figueras. Una negociaci¨®n interminable. Pero cinco a?os despu¨¦s, Maradona iba a jugar en el Barcelona.

El 27 de julio, despu¨¦s de sus vacaciones tras el fracaso con Argentina en el Mundial 82, Maradona regres¨® a Barcelona para presentarse con el resto de la plantilla. Esta vez no era un viaje rel¨¢mpago como el que hab¨ªa hecho desde Alicante. Ven¨ªa para quedarse y empezar a entrenar a las ¨®rdenes de Lattek. Maradona ven¨ªa marcado por el dur¨ªsimo marcaje de Gentile en el Mundial. "S¨¦ que hay muchos Gentiles, pero conf¨ªo en los ¨¢rbitros espa?oles". Una frase, tal vez premonitoria, de lo que le iba a ocurrir un a?o despu¨¦s. Maradona aterriz¨® acompa?ado de su agente, Czysterpiller, pero no de su pareja, Claudia Villafa?e; y se march¨® a cenar con otro argentino, Osvaldo, que jugaba en el filial. De los nervios, contaban las cr¨®nicas, se cort¨® al afeitarse. Al d¨ªa siguiente, Maradona se olvid¨® de las botas en su presentaci¨®n. Tanto, que desapareci¨® de escena cuando los jugadores del Bar?a se dispon¨ªan a escuchar la tradicional misa de inicio de temporada en la capilla instalada en los t¨²neles de salida al campo.

El 4 de agosto, Maradona debut¨® con la camiseta del Bar?a en partido amistoso. El club azulgrana estaba de stage en Papendal (Holanda) y se desplaz¨® a Alemania para medirse al S.V. Meppen. Gan¨® 0-5 y la atracci¨®n, c¨®mo no, fue Maradona. "La relaci¨®n que tengo con los pibes es ya de amistad. Quini, Alexanco, Migueli... Son todos b¨¢rbaros", reflexion¨® feliz despu¨¦s de su primer d¨ªa de azulgrana. Despu¨¦s de perderse el Teresa Herrera, Maradona jug¨® en Mallorca su primer partido en territorio espa?ol como futbolista del Bar?a. Form¨® parte de este once: Amador; Gerardo, Migueli, Alexanco, Manolo; Marcos, V¨ªctor, Maradona, Esteban; Quini y Pichi Alonso. El Bar?a gan¨® 1-2 y parec¨ªa preparado para el Gamper, pero el estreno de Maradona ante el 'soci' result¨® decepcionante. El Bar?a cay¨® en las semifinales por penaltis ante el Internacional de Porto Alegre. "Nos pesa la responsabilidad en el Camp Nou", dijo Lattek. El Bar?a jug¨® el tercer y cuarto puesto ante el Colonia y, al fin, Maradona marc¨® su primer gol en el Camp Nou. El Bar?a volvi¨® a perder y Mundo Deportivo titul¨®: "?D¨®nde vas, Bar?a? N¨²?ez, sin embargo, estaba tranquilo: "Maradona me ha convencido". Pero las cosas no marchaban. El Bar?a viaj¨® a Asturias para jugar el Trofeo Costa Verde. Perdi¨® contra el Estrella Roja la semifinal (1-0) y gan¨® el tercer y cuarto puesto ante el Oviedo (1-0). La semana fue de runr¨²n. Helenio Herrera hab¨ªa aparecido en el Costa Verde y se le empez¨® a vincular con el Bar?a, Latte acus¨® a los jugadores ("parec¨ªan once jefes") y N¨²?ez baj¨® al c¨¦sped durante la semana para arengar a sus jugadores.

Maradona estaba listo para debutar en la Liga espa?ola. Nada menos que en Mestalla, ante el Matador Kempes, ¨ªdolo che ("le dar¨¦ un abrazo, es un buen amigo", hab¨ªa dicho Diego). Era el 4 de septiembre de 1982. El Bar?a jug¨® con: Artola; Gerardo, Migueli, Alexanco; Manolo; Schuster, V¨ªctor, Urbano; Maradona, Quini y Marcos. Carrete le dio la bienvenida con alguna entrada dura pero Maradona no se arrug¨® e hizo el 0-1 del Bar?a. No fue suficiente. Tendillo e Id¨ªgoras remontaron el partido para el Valencia. 63.000 personas se emocionaron y Maradona demostr¨® que la vida que le esperaba en la Liga no iba a ser f¨¢cil.

Deportivamente, Maradona tuvo pocos episodios memorables como jugador del Bar?a. Apenas gan¨® tres t¨ªtulos (Copa, una Supercopa que no jug¨® y una Copa de LaLiga). Suele recordar con mucho cari?o el barcelonista el gol que marc¨® en el Bernab¨¦u (Copa de la Liga) regateando a Sandok¨¢n Juan Jos¨¦ sobre la l¨ªnea de gol, estrellando contra el poste al central del Madrid con su recorte seco con la parte inversa de su m¨¢gico tobillo izquierdo. Pero uno de los d¨ªas que Maradona no podr¨¢ olvidar jam¨¢s fue el 20 de octubre de 1982, cuando las casi cien mil personas que llenaban el Peque?o Maracan¨¢ de Belgrado, y que celebraban con pasi¨®n balc¨¢nica ese d¨ªa la liberaci¨®n de la capital yugoslava en la II Guerra Mundial, se pusieron en pie para aplaudir el partido que jug¨® Maradona ante el Estrella Roja y, sobre todo, su hist¨®rico gol: la vaselina de Dios en Belgrado. Maradona se deshizo de sus dos marcadores, Jovin y Rajkovic, y condujo el bal¨®n con su maestr¨ªa habitual y ese estilo tan memorable, hasta llegar al semic¨ªrculo del ¨¢rea. Entonces, vio algo adelantado a Stojanovic y le coloc¨® el bal¨®n por arriba. Pero revisiten el v¨ªdeo. No es una vaselina m¨¢s. En una distancia cort¨ªsima, el bal¨®n coge una altura inaudita en ese arte del juego. Seguramente, el mejor gol que marc¨® como jugador del Barcelona.

"Ciertamente es uno de los goles m¨¢s bonitos que he marcado en mi vida, s¨®lo comparable a uno que consegu¨ª con Argentina ante una seleccci¨®n del resto del mundo. Agradezco a la afici¨®n de Belgrado su comportamiento", asegur¨® a¨²n sudoroso despu¨¦s del partido. En la capital serbia todav¨ªa se habla de aquel gol, que el diario "Politika" resumi¨® como "perla preciosa". Otros tiempos en la antigua Yugoslavia. Lo peor para el Estrella Roja aquella noche no fue el 2-4, sino la reprimenda del Consejo Ejecutivo de la Asamblea de la Rep¨²blica de Serbia por utilizar la luz artificial durante el partido, un derroche imperdonable en tiempos de Tito, cuando el ahorro de energ¨ªa estaba vigente para todos.

Futbol¨ªsticamente, ya es bien conocido que los 700 d¨ªas de Maradona en el Bar?a estuvieron marcados por una misteriosa enfermedad y por la lesi¨®n sufrida despu¨¦s de una escalofriante entrada por detr¨¢s de Andoni Goikoetxea, central del Athletic. De la enfermedad, hay dos versiones. Una, la oficial, que tuvo una hepatitis que le dej¨® varios meses KO. As¨ª lo explicaba Jaume Langa, ex fisioterapeuta del Bar?a, en el documental FC Maradona: "Fue una hepatitis al cien por cien, porque yo estuve durante unos meses yendo a su casa a ponerle un producto. Seguro que era hepatitis". La extraoficial habla de una enfermedad ven¨¦rea. En el documental F¨²tbol Club Maradona, el periodista Fabi¨¢n Ortiz, que trabaj¨® en As, explica: "Digo lo que s¨¦; que es lo ¨²nico que me atrevo a hablar, de las cosas que s¨¦. Y esto lo s¨¦ porque mi pareja de entonces trabajaba dentro de la organizaci¨®n, de lo que se llamaba First Champions Productions, pero que la gente conoc¨ªa como Maradona Producciones. La hepatitis, en realidad, fue una enfermedad ven¨¦rea que Diego contrajo aqu¨ª por pr¨¢cticas sexuales sin mucho cuidado, digamos. Entonces, como eso era intolerable y no se pod¨ªa contar eso a los medios de comunicaci¨®n, desde el club se gener¨® una manera de explicarlo que fuera razonable durante el tiempo que tardara en rehabilitarse".

Una de las grandes pasiones de Maradona en su tiempo en Barcelona fue el tenis. Relativamente cerca del m¨¢gico Real Club Tenis de Barcelona, donde se celebra el hist¨®rico God¨®, Diego se construy¨® una cancha. El tenis no era lo que mejor se le daba, pero le pon¨ªa pasi¨®n y se busca sparrings. Dos de ellos, Marc Bardolet y David Fern¨¢ndez, dejan su huella en el documental 'FC Maradona'. "Conoc¨ª a Diego por una casualidad en el verano de 1982. Lo hice a trav¨¦s de un torneo de tenis que se jugaba en Barcelona. Vino su hermano y me dijo si quer¨ªa ir a jugar a su casa con su hermano, que ¨¦l tambi¨¦n jugaba al tenis. Lo primero que hab¨ªa hecho fue ponerle el escudo del Bar?a en medio de la piscina", cuenta Bardolet. David Fern¨¢ndez admite que estaba lejos de ser Vilas: "Gran parte de su estancia en Barcelona la pas¨® jugando al tenis. Era muy voluntarioso¡­ Toda la magia que ten¨ªa con los pies, la perd¨ªa cuando tomaba la raqueta".

Maradona, l¨®gicamente, tambi¨¦n atac¨® la noche de Barcelona, aunque casi siempre prefiri¨® el anonimato de casa. Las malas lenguas acusaron a su clan de bajar al centro de Barcelona y llevar malas influencias a su residencia en Pedralbes cuando Claudia no estaba en casa. Aficionado al "whiskola", Maradona flirte¨® por primera vez con la coca¨ªna a los 24 a?os en Barcelona. "Ha sido el mayor error de mi vida", admiti¨®. Su adicci¨®n se convirti¨® en su perdici¨®n en N¨¢poles, donde su relaci¨®n con el clan de los Giuliano termin¨® con su detenci¨®n y con su carrera en Italia despu¨¦s de que Argentina hubiese dejado a la anfitriona por el camino en el Mundial de 1990. Pero esa es otra historia.

El 24 de septiembre de 1983, Maradona sufri¨® "una fractura del maleolo peroneal del tobillo izquierdo, con desviaci¨®n. Arrancamiento del ligamento lateral interno con desgarro". Es el parte m¨¦dico de urgencia que los doctores del Bar?a, Bestit y Gonz¨¢lez Adrio, redactaron antes de llevar a Maradona a la Cl¨ªnica Asepeyo de Barcelona. Estamos hablando, por supuesto, de una de las entradas m¨¢s famosas de la historia de LaLiga, la de Andoni Goikoetxea Golaskoaga. El Bar?a ganaba 2-0 al inicio de la segunda parte en el Camp Nou, pero el partido deb¨ªa estar caliente porque Schuster hab¨ªa realizado una dura entrada a Goiko, que hab¨ªa lesionado al alem¨¢n la temporada anterior. Puede decirse sin miedo a error que las cosas estaban feas entre Bar?a y Athletic. Demasiadas cosas pendientes. Y sobre la franja del minuto 55 de partido, Goikoetxea caz¨® a Maradona, que fue retirado en camilla en mitad del silencio atemorizado del Camp Nou, que conten¨ªa la respiraci¨®n. El Bar?a gan¨® 4-0, pero la realidad del partido ya se jugaba en las entra?as del estadio. El jugador, maraeado, fue trasladado a la Asepeyo para ser intervenido. Mientras, Clemente dijo en la sala de prensa que estaba "orgulloso" de sus jugadores ante las preguntas agresivas de los periodistas y pidi¨® respeto para Goiko, "reconocido defensa internacional". Menotti atac¨® con dureza: "Deber¨¢ morir alguien para que algo cambie". Y Casaus, el "padre deportivo" de Diego, atac¨® con dureza a Goikoetxea: "Primero mand¨® al quir¨®fano a Schuster y ahora, a Maradona. Hemos de hacer algo o mataremos el f¨²tbol".

La operaci¨®n de Maradona, practicada por el doctor Gonz¨¢lez Adrio, dur¨® un par de horas. "Hagan lo que quieran conmigo, pero quiero volver", dijo el argentino. Claudia Villafa?e, su pareja, casi se desmaya. Quini, siempre impresionante, apareci¨® en la cl¨ªnica a las cuatro de la ma?ana con su esposa Mar¨ªa Nieves. A Diego lo acompa?¨® tambi¨¦n su familia. Su padre y su hermano Lalo, que salieron de la Asepeyo con mejor cara de la que entraron. A Diego se le diagnosticaron no menos de cuatro meses de baja, pero el 8 de enero ya estaba jugando. Fue contra el Sevilla y con goles, para el delirio del Camp Nou.

A Maradona lleg¨® a visitarlo hasta el alcalde de Barcelona, Pascual Maragall. El asunto cogi¨® casi dimensi¨®n de cuesti¨®n de estado. Proteger o no hacia las estrellas, avanzar hacia el f¨²tbol como 'show business'. El ¨¢rbitro de aquel Bar?a-Athletic, Jim¨¦nez Madrid, defendi¨® su actuaci¨®n ante el Comit¨¦ de Competici¨®n: "La lesi¨®n de Maradona fue fortuita. Fue un partido donde se jug¨® con ardor y vigor. No vi mala intenci¨®n en las jugadas consideradas como violentas o fuertes. La entrada de Goikoetxea al jugador argentino del Barcelona no me pareci¨® grave, porque si as¨ª hubiera sido, le habr¨ªa mostrado la tarjeta roja de expulsi¨®n". El 28 de septiembre, a las 22:40 horas, Goikoetxea supo que le hab¨ªa ca¨ªdo una sanci¨®n de 18 partidos. El central la calific¨® como una "salvajada" y Pedro Aurteneche, presidente del Athletic, anunci¨® recursos. Goikoetxea s¨®lo acabar¨ªa cumpliendo seis partidos de sanci¨®n.

Maradona se tom¨® su peque?a revancha el 29 de enero. Recuperado, marc¨® los dos goles que tumbaron al campe¨®n de Liga (1-2). Uno de ellos, de cabeza en un c¨®rner. Una rareza que doli¨® en el Athletic. Pero Maradona acab¨® el partido indignado. "Nunca voy a poder perdonar a Goikoetxea. Alentaba a sus compa?eros a que me pegara; me dec¨ªa que no me pod¨ªa dar porque ten¨ªa toda la prensa a favor y por eso que fueran los otros los que me cazaran". Aquel partido dej¨® muchas heridas. Y faltaba la final de Copa...

Hab¨ªa cuentas pendientes entre Bar?a y Athletic... El 5 de mayo de 1984, Maradona empez¨® a escribir el principio de su fin en el Bar?a. La salvaje final de Copa que conquist¨® el Athletic con gol de Endika, termin¨® como el rosario de la aurora, con Maradona dando patadas karatekas. Una lluvia de objetos le despidieron antes de entrar en el t¨²nel de vestuarios del Bernab¨¦u. Maradona no pidi¨® perd¨®n. Dijo que no se arrepent¨ªa de nada y que volver¨ªa a San Mam¨¦s cuando tocase. Pero Maradona ya no estaba pensando en volver. Czysterpiller le hab¨ªa encendido la bombilla del traspaso y a N¨²?ez empezaba a molestarle el argentino. Con el adi¨®s de Menotti y la llegada de Venables en la cabeza, las piezas iban encajando en el puzzle.

Mientras se coc¨ªa la sanci¨®n de tres meses por los incidentes de la final de Copa, el descabello final, Maradona hab¨ªa elegido su destino. Ir¨ªa a Italia, por entonces la mejor Liga del mundo con diferencia. El 24 de mayo, La Gazzetta dello Sport public¨® en su portada "el trueque del siglo". Maradona jugar¨ªa en el Udinese y Zico, en el Barcelona. Lo m¨¢s rocambolesco es que la operaci¨®n estar¨ªa tutelada por la Juventus, que querr¨ªa desprenderse de Boniek y juntar a Maradona con Platini. Pero Maradona ten¨ªa otros planes. Un se?or llamado Corrado Ferlaino, presidente del N¨¢poles, hab¨ªa puesto en marcha una operaci¨®n que cambiar¨ªa la historia del club partenopeo. La prensa italiana especul¨® con que, como en el caso del Udinese, la Juventus andaba detr¨¢s de la operaci¨®n y el N¨¢poles no ser¨ªa m¨¢s que un club puente. No deb¨ªan saber la rivalidad con los vecinos del norte. Antonio Juliano, director general del N¨¢poles, y Dino Celentano, directivo, aterrizaron en Barcelona para cerrar el trato cuando Maradona hab¨ªa cogido un avi¨®n para jugar con el Bar?a en Estados Unidos...

Roberto Fulla, representante argentino, hab¨ªa sido el encargado de ofrecer a Maradona por Italia por expreso mandato de Jorge Czysterpiller. Fulla encontr¨® al N¨¢poles, que realiz¨® una oferta de ocho millones de d¨®lares, unos 1.200 millones de pesetas. N¨²?ez someti¨® a votaci¨®n la oferta inicial en Junta directiva. De los 19 directivos, hasta 15 votaron a favor del traspaso del jugador. S¨®lo Joan Gaspart, Joan Ignasi Brugueras, Pere Garc¨ªa Vila y Albert Arnan firmaron en contrato. Hasta Nicolau Casaus, "padre deportivo" del jugador, se hab¨ªa posicionado por la venta. Casaus, por cierto, hab¨ªa viajado con el equipo hacia Nueva York, donde una legi¨®n de periodistas italianos se hab¨ªa desplazado para seguir los pasos del astro argentino en sus ¨²ltimos d¨ªas como jugador del Bar?a.

Quedaba todo el mes de junio para negociar, pero lo primero que hizo Ferlaino fue reunirse con Federico Sordillo, presidente de la Liga de F¨²tbol Profesional de Italia, para que diese luz verde a la financiaci¨®n del fichaje. Mientras, el Bar?a, que terminar¨ªa descartando a Hugo S¨¢nchez y fichando a Steve Archibald, negociaba en Roma con el Liverpool, con motivo de la final de la Copa de Europa, para llevarse a Ian Rush. El gal¨¦s dijo que no quer¨ªa moverse de las islas.

El 20 de junio, despu¨¦s de un viaje rel¨¢mpago a Argentina (s¨®lo estuvo d¨ªa y medio) para ver a su familia y, seguramente, poner sobre la mesa su idea de irse a Italia, Maradona lleg¨® en pie de guerra a Barcelona. Hab¨ªa conocido que N¨²?ez le hab¨ªa abierto un expediente por unas declaraciones anteriores en las que criticaba al presidente. "El expediente es antidemocr¨¢tico (...). Si me ponen dos millones y medio de multa, todav¨ªa me deber¨¢n medio mill¨®n del Torneo de Burdeos... (Maradona hab¨ªa conseguido tres millones de pesetas para el equipo de un partido amistoso en Francia). N¨²?ez, que andaba en la Eurocopa acompa?ando a la expedici¨®n de la FEF, contest¨® desde Marsella: "Lo ¨²ltimo que me faltaba por o¨ªr es que es antidemocr¨¢tico". Todo estaba roto entre Maradona y el Bar?a. Lo que falta era resolver la partida de p¨®ker.

Y, al final, fue verdad. El 30 de junio, ¨²ltimo d¨ªa para la inscripci¨®n de jugadores extranjeros en Italia, Diego Maradona se convirti¨® en jugador del N¨¢poles. Corrado Ferlaino cogi¨® un aerotaxi, el segundo en dos d¨ªas (cada aerotaxi cuesta 1,2 millones de pesetas), y lleg¨® al aeropuerto de Barcelona, donde esperar¨ªa a Joan Gaspart, vicepresidente del club azulgrana, en un despacho que la cadena HUSA, propiedad de Gaspart, ten¨ªa en El Prat. Gaspart le har¨ªa esperar, porque hab¨ªa estado con Juliano, Czysterpiller y Minguella, en Sant Andreu de Llavaneras, pero el trato estaba cerrado.

He aqu¨ª una estampa curiosa. Josep Llu¨ªs N¨²?ez dio por hecho que Maradona era del N¨¢poles en el Palau Blaugrana, donde asist¨ªa al partido de ida de la final de la Copa de Europa de hockey patines (6-2 del Bar?a al Liceo). Hab¨ªa sido en el Palau, dos a?os antes, cuando hab¨ªa dado la orden de que por megafon¨ªa se anunciase el fichaje de Maradona. Del Palau, N¨²?ez se march¨® al Mini-estadi, donde se jugaba la Copa Generalitat (el Bar?a amateur jugaba ante el Manresa). All¨ª, en otra imagen ic¨®nica, confes¨® al presidente de la Generalitat, Jordi Pujol, que Diego se marchaba. "Se va muy a pesar m¨ªo", inform¨®, aparentemente resignado, a los medios.

Mientras N¨¢poles, donde aficionados del club partenopeo hab¨ªan llegado a encadenarse en las oficinas del club para que Ferlaino cerrase la operaci¨®n, Maradona esper¨® a que el trato estuviese cerrado para hablar. "Catalunya es un gran lugar para vivir..., menos para un futbolista", lleg¨® a decir. Tambi¨¦n que se sent¨ªa como "un beb¨¦ reci¨¦n nacido" y que, al fin, hab¨ªa roto las cadenas. Maradona fue una historia incompleta en el Bar?a.