El 5 de mayo de 2002 el Valencia gan¨® la Liga en Mal¨¢ga, un t¨ªtulo que no conquistaba desde hac¨ªa 31 a?os y la primera de las dos que gan¨® con Rafa Ben¨ªtez.
La primera vez que Rafa Ben¨ªtez regres¨® por Mestalla, 12 a?os despu¨¦s de haberse marchado al Liverpool y haci¨¦ndolo como entrenador del Real Madrid, una pancarta le daba la bienvenida: ¡°Nos regalaste los mejores a?os de nuestras vidas. Gracias¡±. No era una hip¨¦rbole. El Valencia, en los tres a?os con Ben¨ªtez en su banquillo, conquist¨® dos Ligas y una Copa de la UEFA, la primera en 2002 y el doblete de 2004. La grandeza de su Valencia radic¨® en su esp¨ªritu de equipo, en su fortaleza como bloque. Aquel Valencia hizo del partido a partido su lema y el valor de sus victorias se mide por la grandeza de sus rivales.
El 5 de mayo de 2002 el Valencia se proclam¨® en La Rosaleda de M¨¢laga campe¨®n de Liga por quinta vez en su historia, rompiendo una sequ¨ªa de 31 a?os. As¨ª, el equipo de Ben¨ªtez cogi¨® el testigo del Valencia de Di St¨¦fano, que en 1971 fue el mejor de Espa?a. Lo hac¨ªa con 75 puntos en su casillero, 51 goles a favor y solo 27 en contra; superando en la clasificaci¨®n al Deportivo de la Coru?a de Mauro Silva, Fran, Diego Trist¨¢n y Makkay; al Real Madrid de Roberto Carlos, Figo, Zidane y Ra¨²l; y al Barcelona de Puyol, Xavi, Rivaldo y Saviola.
Javier Subirats, el arquitecto del mejor Valencia de la historia junto al de la d¨¦cada de 1940 (tres Ligas y dos Copas), fue quien reclut¨® para el proyecto al entrenador madrile?o. Ben¨ªtez llegaba a Mestalla desde la Segunda Divisi¨®n. Cierto es que lo hac¨ªa tras haber ascendido al Tenerife a Primera Divisi¨®n, pero tambi¨¦n lo es que llegaba a un Valencia que ven¨ªa de haber sido finalista de Champions en las dos temporadas anteriores (Par¨ªs 2000 y Mil¨¢n 2001).Un consejero de forma jocosa dijo cuando se anunci¨® su fichaje que al ¨²nico Ben¨ªtez que conoc¨ªa era ¡®El Cordob¨¦s¡¯. Obviamente tal gracia le acompa?ar¨¢ eternamente.
Ben¨ªtez aterrizaba en un club convulso en lo social. Pedro Cort¨¦s dej¨® de ser presidente seis d¨ªas despu¨¦s de su presentaci¨®n como entrenador. No solo se iba Pedro Cort¨¦s sino que tambi¨¦n lo hac¨ªa Gaizka Mendieta. De hecho el primero se fue como consecuencia del traspaso del centrocampista a la Lazio. Jaume Ort¨ª fue elegido presidente por el Consejo de Administraci¨®n. Su empat¨ªa acab¨® influyendo tanto en la consecuci¨®n de ¨¦xitos como algunos goles de sus futbolistas. La gesti¨®n econ¨®mica corr¨ªa a cuenta de Manuel Llorente mientras que Francisco Roig lideraba la oposici¨®n y lo hac¨ªa desde dentro del Consejo, donde ten¨ªa dos afines merced a su relevante paquete accionarial.
Pero tales luchas de poder era inversamente proporcional a la solidez del proyecto deportivo. La marcha de Gaizka Mendieta era obviamente relevante por su condici¨®n de referente,si bien, el Valencia se hab¨ªa acostumbrado a convivir con ese tipo de traspasos sin mermar su rendimiento como bloque (Claudio L¨®pez y Farin¨®s hab¨ªan sido traspasados un a?o antes que el capit¨¢n y el equipo repiti¨® final de Champions). El Valencia manten¨ªa en sus filas pilares b¨¢sicos del equipo que fuera campe¨®n de Copa en 1999 con Claudio Ranieri y por dos veces subcampe¨®n de Europa con H¨¦ctor C¨²per: Ca?izares, Carboni, Ayala, Djukic, Pellegrino, Kily Gonz¨¢lez o Juan S¨¢nchez.
¡°Fue much¨ªsimo lo que conseguimos teniendo en cuenta los gigantes del f¨²tbol con los que compet¨ªamos¡±
Pablo Aimar
La plantilla que dise?o Subirats, la transform¨® en roca Ben¨ªtez. Curro Torres, Mista, Marchena, Rufete, Salva Ballesta y De los Santos fueron los refuerzos en verano. El vestuario de Mestalla fue un lugar en el que habitaban veteranos con un gen competitivo sin fecha de caducidad (Carboni, Djukic o Angloma) con j¨®venes con hambre voraz (Vicente, Marchena o Mista); futbolistas llegados de clubes grandes donde no hab¨ªan encontrado su lugar (Ca?izares, Ayala o Pellegrino) con canteranos con un sentimiento de pertenencia a prueba de bombas (Albelda, Palop o S¨¢nchez); currantes del f¨²tbol de primera l¨ªnea de trinchera (Angulo, Rufete o Kily) con artistas del bal¨®n (Aimar, Vicente o Baraja). Todo ello lo mezcl¨® Ben¨ªtez y al c¨®ctel lo llamaron campe¨®n.
Rafa Ben¨ªtez crey¨® desde el primer d¨ªa en el potencial de lo que ten¨ªa entre sus manos. Siempre crey¨® en sus futbolistas y en s¨ª mismo. ¡°Estoy harto de ver entrenadores que viven del nombre, siempre tienen equipo y no consiguen buenos resultados¡ claro que estoy preparado para entrenar al Valencia¡±, dijo el d¨ªa de su presentaci¨®n. Fue en Ermelo, peque?a localidad holandesa, donde comenz¨® a gestar a su criatura. Desde el primer d¨ªa le meti¨® a sus futbolistas en la cabeza que eran capaces de ganar la Liga. ¡°Nos lo dec¨ªa y nos mir¨¢bamos todos como pensando que estaba loco¡±, confesaba a?os despu¨¦s Juan S¨¢nchez.
Los caprichos del calendario quisieron que el Valencia se estrenase en Liga contra el Real Madrid. Era el debut de Zinedine Zidane en Espa?a. El planeta del f¨²tbol miraba ese d¨ªa hacia Mestalla y lo que vio fue un recital t¨¢ctico de un jovenc¨ªsimo David Albelda, que sec¨® al astro franc¨¦s, y un solitario gol de Miguel ?ngel Angulo. El 'torero' Ben¨ªtez sal¨ªa por la puerta grande y ese d¨ªa sus jugadores empezaron a pensar que igual no estaba tan loco.
¡°?ramos mejores gracias al de al lado; yo era mejor con Baraja a mi lado y los dos ¨¦ramos mejores con Ayala atr¨¢s y Aimar delante¡±.
David Albelda
Ben¨ªtez aterriz¨® en Valencia con una metodolog¨ªa de trabajo innovadora para la ¨¦poca. Su cuerpo t¨¦cnico (Antonio L¨®pez, Pako Ayestar¨¢n y Jos¨¦ Manuel Ochotorena) cuidaba hasta el m¨¢s m¨ªnimo detalle y convirtieron las rotaciones en un arte y un arma. Los jugadores tem¨ªan los entrenamientos posteriores a los partidos, d¨ªas en los que estaban acostumbrados a que fueran de 'ba?o y masaje', pero que Ben¨ªtez transform¨® en una repetici¨®n constante de acciones mal ejecutadas durante el partido. Fue as¨ª como Ben¨ªtez inculc¨® en los suyos unos automatismos que hicieron del Valencia el mejor equipo del mundo (galard¨®n de la IFFHS de 2004).
El Valencia hab¨ªa mostrado contra el Real Madrid su carta de equipo rocoso y nunca m¨¢s la escondi¨®. Pero su solidez defensiva no estuvo acompa?ada durante el primer cuarto de campeonato de excelsa definici¨®n. Ello se tradujo en un c¨²mulo de empates (9 en 16 jornadas) y tras sendas derrotas contra la Real Sociedad y Deportivo de la Coru?a, el Valencia llegaba entre dudas hacia Ben¨ªtez a una cita que acabar¨ªa siendo transcendental en la historia.
El 15 de diciembre de 2001 el equipo visit¨® al Espanyol en Montjuic. Noche desangelada en Barcelona. Con fr¨ªo y nieve. Palencia y ?lex Fern¨¢ndez adelantaron a los periquitos. Con esa ventaja de los locales se lleg¨® al descanso. Al calor del palco, cruz¨¢ndose llamadas entre Barcelona y Valencia, varios consejeros le pidieron a Ort¨ª y Llorente la cabeza de Ben¨ªtez... y la quer¨ªan servida esa misma noche. Pero, por suerte para el t¨¦cnico y para la propia historia del Valencia, Ilie y Rufete (2) dieron la vuelta al marcador y los consejeros envainaron la catana.
Tras su remontada en Montjuic, el Valencia encontr¨® el camino hacia el gol y gan¨® en las dos siguientes jornadas (M¨¢laga y Betis). Los blanquinegros llegaban al ecuador de la Liga terceros, con los mismos puntos que el Deportivo (33) y a dos del l¨ªder, un Real Madrid al que visitar¨ªan siete d¨ªas despu¨¦s. Aquel partido en el Santiago Bernab¨¦u arranc¨® con un gol anulado por fuera de juego (que con VAR hubiera subido al marcador) de Adrian Ilie a los dos minutos. Finalmente el Real Madrid se llev¨® la victoria por un solitario gol de Morientes. Ort¨ª se march¨® del palco diciendo a los micr¨®fonos de Canal+: ¡°Est¨¢ claro que aqu¨ª todos luchamos solo por la segunda plaza¡±. Ben¨ªtez, por su parte, en sala de prensa, sentenci¨®: ¡°Aqu¨ª hay que hacer el doble para conseguir la mitad¡±.
La derrota en el Bernab¨¦u no lleg¨® sola. En la siguiente jornada, contra el Real Valladolid, el Valencia perd¨ªa el primero y a la postre ¨²nico partido en Mestalla en todo el campeonato. As¨ª, el 20 de enero de 2002, el equipo ch¨¦ se distanciaba a 6 puntos de la cabeza de la Liga. Sin embargo, en los d¨ªas siguientes, Ben¨ªtez repiti¨® en una charla con varios futbolistas lo que les hab¨ªa dicho en verano: ¡°Podemos ganar la Liga¡±. Dicho y hecho.
¡°En enero le dije a varios futbolistas que pod¨ªamos ser campeones; me miraron como si estuviera loco¡±
Rafa Ben¨ªtez
El Valencia, tras sus dos tropiezos seguidos, encaden¨® tres triunfos ante Las Palmas, Athletic y Alav¨¦s. Los ¨¦xitos blanquinegros se cruzaron en el tiempo con traspi¨¦s merengues y as¨ª, en la jornada 24, tan solo cinco despu¨¦s de su infructuosa visita al Santiago Bernab¨¦u, el Valencia se colocaba por primera vez como l¨ªder de la Liga. Tal condici¨®n la perdi¨® una semana despu¨¦s tras un empate ante el Celta de Vigo, aunque la recuper¨® en la siguiente jornada tras ganar el derbi contra el Villarreal (26?). El equipo ch¨¦ se mantuvo su condici¨®n de l¨ªder hasta la jornada 29, tras encadenar otras tres victorias ante Barcelona, Real Zaragoza y Sevilla.
El Valencia, sin embargo, entr¨® en las diez ¨²ltimas jornadas, esas en las que dec¨ªa Luis Aragon¨¦s que se ganan y pierden los t¨ªtulos, con el pie torcido. Lo hizo con amargura y decepci¨®n, porque el equipo cay¨® derrotado en Vallecas por 2-1 ante un Rayo que estaba en zona de descenso. Para m¨¢s inri, el partido se jug¨® el d¨ªa despu¨¦s de que el Real Madrid no pudiera pasar del empate en su visita al Camp Nou. Pero ese punto sumado por los blancos en el Cl¨¢sico le acab¨® dando el liderato (aunque empatado a 53 puntos con el Valencia). Pese a ello, el vestuario no entr¨® en desanim¨® y encaden¨® tres vistorias seguidas (Osasuna, Tenerife y Real Sociedad), aunque tambi¨¦n el Real Madrid sum¨® 9 de 9.
As¨ª, con Real Madrid y Valencia empatados a 62 puntos, se lleg¨® a la jornada 34?. Los de Ben¨ªtez jugaban el s¨¢bado en Mallorca; mientras que los de Vicente Del Bosque, domingo en Pamplona. El Valencia no pas¨® del empate en la isla. La sensaci¨®n en el viaje de vuelta de la expedici¨®n era de que hab¨ªan dejado escapar la Liga. Pero nada m¨¢s lejos de la realidad. El Real Madrid cay¨® derrotado por 3-1 en El Sadar y el punto de Son Moix convert¨ªa al Valencia en l¨ªder en solitario a falta de cuatro jornadas. Nada cambi¨® a la siguiente. Los blancos vencieron en el Bernab¨¦u al Tenerife mientras que los ch¨¦ manten¨ªa su ventaja de un punto en la clasificaci¨®n gracias a un gol en propia puerta del deportivista Duscher.
S¨¢bado 27 de abril de 2002. Jornada 36?. El Valencia, con 66 puntos, recibe al Espanyol en Mestalla. El Real Madrid, 65 puntos, visita a la Real Sociedad. Los dos partidos se juegan a la misma hora. Aquella es sin duda la noche de mayor ¨¦xtasis y explosi¨®n de felicidad que se ha vivido en Mestalla en lo que llevamos de Siglo XXI. Las matem¨¢ticas dicen que el Valencia conquist¨® la Liga en M¨¢laga, aunque para muchos la gan¨® aquel d¨ªa.
El partido, eso s¨ª, no pudo empezar peor para los intereses valencianistas. Penalti de Carboni, expulsi¨®n y gol de Tamudo. El reloj marcaba el minuto 30. Pero a pesar de la superioridad num¨¦rica del rival, un Espanyol que apuraba sus remotas opciones de meterse en Europa, el Valencia transmiti¨® en cada uno de los minutos de ese partido que quer¨ªa ser campe¨®n. A¨²n as¨ª, su primera alegr¨ªa no lleg¨® en Mestalla sino desde San Sebasti¨¢n: gol de Kovacevic.
¡°Si tuviera que elegir un gol en mi carrera ser¨ªa el de Ayala en M¨¢laga y si tengo que quedarme con un t¨ªtulo, con aquella Liga de 2002; rompimos 31 a?os de historia¡±.
Santiago Ca?izares
Pero antes y despu¨¦s de saber que el Real Madrid iba perdiendo en Anoeta, el asedio blanquinegro fue total. Fue Rub¨¦n Baraja quien transform¨® Mestalla en un manicomio, quien 31 a?os despu¨¦s cogi¨® el relevo Forment y su gol eterno. En el caso del vallisoletano no fue solo uno sino dos goles. Sus remates y celebraciones forman parte del imaginario colectivo de una generaci¨®n de valencianista. El Valencia gan¨® 2-1 y el Real Madrid perdi¨® 3-0. Pr¨®xima parada, La Rosaleda. Y ah¨ª s¨ª. Ah¨ª si ganaban, campeones.
El 5 de mayo de 2002 M¨¢laga amaneci¨® en Fallas. Miles de valencianistas no quisieron perderse la ocasi¨®n de ver a su equipo campe¨®n. Muchos pensaban que jam¨¢s volver¨ªan a ver a su Valencia ganar una Liga, otros tantos jam¨¢s lo hab¨ªan visto y alguno ni imaginado. El Valencia estaba a 90 minutos de ganar su quinta Liga, un t¨ªtulo que no hac¨ªa suyo desde el 18 de abril de 1971. Ben¨ªtez estaba a nada de emular a Di St¨¦fano, como Ca?izares a Eizaguirre, Albelda a Puchades o Baraja, a Claramunt.
Del salto imperial de Fabi¨¢n Ayala, a quien vi¨¦ndole jugar uno entiende el porqu¨¦ de aquel Valencia campe¨®n, y del definitivo gol de Fabio Aurelio se cumplen hoy 18 a?os. La quinta Liga se hace mayor de edad. Lo que se vivi¨® los d¨ªas posteriores al pitido final del ¨¢rbitro es algo que ninguno que lo viviera lo olvidar¨¢. Albelda entrando al vestuario aupado por decenas de aficionados como los toreros, Jaume Ort¨ª sacando a pasear el 'palmito' con el que la pe?a de su pueblo (Aldaia) hab¨ªa celebrado la Liga de 1971... centenares de miles de personas en las calles de Valencia saludando a los campeones, la lluvia d¨¢ndole m¨ªstica a las celebraciones en Mestalla¡ Cuando el Valencia volvi¨® a ser el mejor equipo de Espa?a.