CUANDO EL F?TBOL VUELVA A JUGARSE
"Cuanto m¨¢s grande es el drama m¨¢s importante es el f¨²tbol"
Luis Landero, Jorge Valdano, Luis Garc¨ªa Montero, Manuel Vilas, Eduardo Sacheri y Franklin Foer valoran si el f¨²tbol mantendr¨¢ su relevancia.
Al explorar el sentido y la vigencia de la reveladora frase "el f¨²tbol es la cosa m¨¢s importante de las cosas menos importantes", cabe preguntarse qu¨¦ pasar¨¢ una vez se retome el estado de normalidad. Acostumbrado a acaparar todos los focos, la arraigada importancia del f¨²tbol en la sociedad puede quedar en entredicho, mantenerse o, incluso, acentuar su popularidad entre la gente.
"El f¨²tbol seguir¨¢ siendo lo que era. Eso no lo cambiaron las guerras y no lo va a cambiar una epidemia. Hay en la vida un espacio para el juego que es poco menos que inviolable", argumenta Luis Landero. Este razonamiento es reforzado por Eduardo Sacheri: "Desde la actual coyuntura tendemos a imaginar un futuro diferente, pero porque tenemos un presente diferente. En el futuro nuestras prioridades, intereses y bajezas no creo que sean distintas a las que eran hasta hace poco".
Jorge Valdano coincide con esta percepci¨®n. "Nuestra relaci¨®n con el f¨²tbol no va a variar nada en lo esencial, sobre todo en lo pasional. Su tremenda carga simb¨®lica resistir¨¢. Seguiremos creyendo que nuestro equipo es ¨²nico y que los otros no son rivales sino enemigos. Desde ese lado no espero ninguna revoluci¨®n", afirma. Frente a mensajes que insisten en que el ser humano no ser¨¢ el mismo tras el coronavirus, anuncia que "no vamos a salir cambiados de este proceso". "La condici¨®n humana es la que es y dentro de pocos meses volveremos a las mismas reacciones que nos han caracterizado a lo largo de la vida", a?ade.
Para Luis Garc¨ªa Montero tampoco se producir¨¢ ninguna transformaci¨®n significativa: "No vamos a salir mejores de todo lo que est¨¢ sucediendo, ¨²nicamente con una experiencia m¨¢s para unas generaciones que no hab¨ªan vivido una realidad como esta". "Sospecho que as¨ª como algunos valores tender¨¢n a persistir, tambi¨¦n lo har¨¢n nuestras estupideces", reitera Sacheri de forma esclarecedora.
Desde esta perspectiva, cuando remita la pandemia, el f¨²tbol aparenta volver a su lugar. Su capacidad de movilizaci¨®n y el seguimiento de la poblaci¨®n no decaer¨¢, seg¨²n la visi¨®n de los escritores consultados. "Se convertir¨¢ una vez m¨¢s en el prodigio social que es, capaz de meter a miles y miles de personas en un estadio y de congregar a millones frente a un televisor", dice Garc¨ªa Montero. "El f¨²tbol y el miedo es una ecuaci¨®n que no funciona y ahora vemos todo negro. En realidad, nada encaja con el miedo. Pero cuando pase esto volver¨¢ con fuerza. Ahora sentimos que nos han quitado algo fundamental como la pasi¨®n por un color y la pasi¨®n por compartir y eso es ilustrativo. El f¨²tbol sufrir¨¢ como todos los espect¨¢culos, pero seguir¨¢ siendo un pilar firme para todos", determina Manuel Vilas. Incluso su condici¨®n de fen¨®meno de masas podr¨ªa salir reforzada, como opina Franklin Foer: "Soy aficionado del Arsenal, y sent¨ª por primera vez el peso de esta enfermedad cuando nuestro entrenador Mikel Arteta dio positivo por coronavirus. Sent¨ª como si hubiera afectado a alguien de mi propia familia. Por eso, creo que la pasi¨®n por el f¨²tbol se elevar¨¢ con esta ausencia prolongada. Apreciaremos lo que nos perdimos durante todo este tiempo. La comuni¨®n con nuestros equipos ser¨¢ un v¨ªnculo familiar. A la vuelta a la normalidad, buscaremos recuperar lo cercano, comprender algo de nuestras viejas vidas, y el f¨²tbol es lo familiar. Yo estoy ansioso por su regreso. Necesito restaurar esa parte calmante de la vida".
Esta mirada tiene un espejo en el que se puede reencontrar. Despu¨¦s de la crisis financiera de 2008, distinta en la forma, fondo y en la crueldad en comparaci¨®n con la actual, aunque bajo el mismo patr¨®n de desgracia econ¨®mica, la afluencia de espectadores a los estadios de Primera creci¨® pr¨¢cticamente temporada a temporada. Las cifras superaron siempre los diez millones de asistentes y llegaron a bordear los 11 millones en los peores a?os de la depresi¨®n. El f¨²tbol represent¨® un bal¨®n de ox¨ªgeno y consolid¨® su influencia. "Siempre es un refugio para la gente", se?ala Garc¨ªa Montero. "Pocas cosas evaden tanto como un partido. El amor al juego se mantiene siempre", asegura Vilas. Como Bobby Charlton sintetiz¨® hace a?os en una pregunta que no necesit¨® de demasiadas palabras: "?Qu¨¦ har¨ªamos sin el f¨²tbol, por el amor de dios?".
En un mundo como el actual, sin certezas a las que agarrarse, el estatus y la familiaridad del f¨²tbol parecen a salvo, as¨ª como sus efectos reconfortantes en la sociedad. "Cuando retornemos a nuestra actividad normal quiz¨¢ llegue a tener m¨¢s relevancia de la que ten¨ªa", medita Valdano. "Porque necesitar¨ªamos de las ficciones m¨¢s que nunca. El f¨²tbol est¨¢ precisamente para olvidar los dramas. Y si las cosas tienen un cierto sentido de la proporci¨®n cuanto m¨¢s grande es el drama m¨¢s importante es el f¨²tbol".