La historia del f¨²tbol est¨¢ repleta de grandes alegr¨ªas, goles, emociones, partidos... Sin embargo, tambi¨¦n tiene una parte oscura. Los estadios modernos disponen de grandes medidas de seguridad, pero hasta llegar a este punto se han quedado demasiadas vidas por el camino. Desgracias que, sin duda, pudieron haberse evitado.
"Fue un momento dif¨ªcil saber que uno de mis primos fue al partido y estaba entre los fallecidos. Ver el dolor de su madre me ha convertido en el jugador que soy hoy¡±, afirma Steven Gerrard, actual capit¨¢n del Liverpool, en Fiebre Maldini, al ser preguntado por la tragedia de Hillsborough.
Los partidos de f¨²tbol son, en muchos casos, grandes acontecimientos para los aficionados. Gente que hace m¨¢s llevadera su semana de trabajo al imaginarse en las gradas del equipo de su coraz¨®n alentando a los suyos. Padres que llevan de la mano al campo a sus hijos para que respiren ese aroma a f¨²tbol que existe en los estadios. Sin embargo, algunas veces estos momentos que deber¨ªan ser felices terminan en tragedia. A lo largo de la historia del f¨²tbol, las grandes aglomeraciones de aficionados han provocado avalanchas, disturbios o peleas que han hecho que hinchas inocentes se dejasen la vida en el campo.
Ibrox Park de Glasgow - 1902
En 1902, en Ibrox Park, se produjo la primera gran tragedia del f¨²tbol. Hubo 25 muertos y 517 heridos
La primera gran tragedia de la que se tiene constancia se produjo en 1902, en un partido entre Escocia e Inglaterra, en el Ibrox Park de Glasgow. Una de las gradas se derrumb¨®, debido a las fuertes lluvias que hab¨ªan tenido lugar la noche anterior, y los aficionados sufrieron una ca¨ªda de 12 metros. Las consecuencias fueron tr¨¢gicas: 25 muertos y 517 heridos. Las gradas consist¨ªan en terrazas de madera sostenidas por un marco de vigas de acero, que, a ra¨ªz de este accidente, fueron sustituidas en todo el Reino Unido por terrazas con el apoyo de movimientos de tierra o de hormig¨®n armado. Fue uno de los primeros pasos destinados a mejorar la seguridad en los campos de f¨²tbol, pero sin duda quedaba mucho camino por recorrer. Desafortunadamente, como en Ibrox Park, las medidas de seguridad a lo largo de la historia del f¨²tbol se han tomado casi siempre despu¨¦s de que ocurriera una gran desgracia.
Bulden Park de Bolton - 1946 / N¨¢poles - 1955
En 1946 hubo 44 muertos y 500 heridos en Bolton, por peleas multitudinarias en el Bulden Park, en un encuentro entre el Bolton y el Stoke City. Nueve a?os m¨¢s tarde, en 1955, una nueva tragedia dej¨® 152 muertos en N¨¢poles, tras unos incidentes provocados por un penalti pitado a favor del Bolonia, en un partido contra el N¨¢poles.
Estadio Nacional de Lima - 1964
Sin embargo, ninguna de las dos desgracias anteriores tuvo la magnitud de la ocurrida en 1964 en Lima, en un encuentro que enfrent¨® a Per¨² y Argentina y en el que se jugaban la clasificaci¨®n para los Juegos Ol¨ªmpicos de Tokio. Se disput¨® en el Estadio Nacional, que se abarrot¨® para la ocasi¨®n. La asistencia oficial fue de 47.197 espectadores. El combinado argentino venc¨ªa por un gol a cero a falta de dos minutos del final. En ese instante, Per¨² anot¨® el gol que pon¨ªa el empate en el marcador, pero el ¨¢rbitro lo anul¨®. Ante esta decisi¨®n, un aficionado salt¨® al terreno de juego y agredi¨® al colegiado. La Polic¨ªa respondi¨® a este ataque soltando a los perros, que se abalanzaron sobre el agresor. Esta situaci¨®n desat¨® el desconcierto en las gradas y los aficionados de ambos pa¨ªses, que hasta ese momento se hab¨ªan comportado de forma ejemplar y disfrutaban del partido unos al lado de otros, empezaron a enfrentarse. Desbordada por la batalla campal que se hab¨ªa desatado en las gradas, la Polic¨ªa intent¨® parar el conflicto lanzando gases lacrim¨®genos. El resultado final fue catastr¨®fico: m¨¢s de 300 muertos.
Estadio Monumental de Buenos Aires - 1968
Pocos a?os despu¨¦s, en 1968, se produjo el mayor desastre del f¨²tbol argentino. El 23 de junio de ese a?o el estadio Monumental acog¨ªa el gran Cl¨¢sico de Argentina, River Plate-Boca Juniors. Como es habitual en estos choques, se puso el cartel de ¡®no hay billetes¡¯ y 90.000 almas abarrotaban el estadio para alentar a sus equipos. Sin embargo, lo que iba a ser una gran fiesta termin¨® en tragedia cuando al final del encuentro la puerta 12 estaba cerrada. Esta circunstancia provoc¨® una fat¨ªdica avalancha que se cobr¨® 71 vidas y 113 heridos. Argentina entera qued¨® conmocionada al conocer la noticia. En la actualidad, a¨²n no han quedado claras las razones por la que la puerta se encontraba cerrada. Hoy en d¨ªa, ya no existe la puerta 12 en el Monumental, ya que, tras la desgracia, se opt¨® por cambiar el nombre y pas¨® a llamarse puerta L.
Ibrox Park de Glagow - 1971
Poco hubo que esperar para volver a lamentar otra desgracia, y adem¨¢s en un estadio que ya hab¨ªa sufrido una anteriormente, en 1902. Se trata del Ibrox Park de Glasgow, el estadio de los Rangers. En 1971 hasta 66 personas perdieron la vida en un enfrentamiento entre el equipo local y su eterno rival, el Celtic, Los visitantes abrieron el marcador en el minuto 89 y muchos aficionados de los Rangers abandonaron el estadio. Pero en el ¨²ltimo instante lleg¨® el gol del empate y en la escalera 13 se form¨® un apelotonamiento entre los que quer¨ªan salir y los que intentaban entrar. Casi todos los muertos fueron por asfixia.
Estadio Luzhniki de Mosc¨² - 1982
Los a?os 80 resultaron terriblemente tr¨¢gicos. La mala racha comenz¨® en 1982 en Mosc¨², en la conocida como ¡®Tragedia de Luzhniki¡¯, con motivo de la ida de los dieciseisavos de final de la Copa de la UEFA en la que se enfrentaban el Spartak de Mosc¨² y el HFC Haarlem. Los locales tuvieron un partido pl¨¢cido, dominaron con autoridad y en el minuto 17 se adelantaron en el marcador. Ante esta circunstancia, muchos hinchas abandonaron el campo minutos antes del final. Sin embargo, el Spartak anot¨® el segundo tanto cuando tan s¨®lo restaban 20 segundos para el final. Esto provoc¨® que muchos de los aficionados que hab¨ªan abandonado el estadio volvieran al interior ante el griter¨ªo para enterarse de lo que hab¨ªa ocurrido, coincidiendo con aquellos que estaban en ese momento abandonando sus localidades. Varios aficionados cayeron al suelo y se produjo una estampida que afect¨® a miles de aficionados, afectados por contusiones o asfixiados por compresi¨®n. 340 personas perdieron la vida y otros 1.000 resultaron heridos.
Estadio de Bradford - 1985
La d¨¦cada de los 80 result¨® fat¨ªdica y sucedieron algunas de las peores tragedias que se recuerdan en un estadio
Pero sin duda, el peor momento de la historia del f¨²tbol fue el mes de mayo de 1985, ya que en menos de 20 d¨ªas ocurrieron dos tragedias muy graves. La primera se produjo en Inglaterra, concretamente en Bradford, en un encuentro de Tercera Divisi¨®n. El equipo de la ciudad celebraba su ascenso un 11 de mayo de 1985, pero lo que iba a ser un d¨ªa de fiesta se torn¨® en tragedia. 11.000 espectadores acudieron a la cita. Pero, a pocos minutos del descanso, empez¨® el desconcierto. Uno de los jueces de l¨ªnea avis¨® al ¨¢rbitro de que se hab¨ªa iniciado un peque?o fuego en una de las gradas. Ya era demasiado tarde. Las llamas se extendieron por toda la hilera de la grada principal a un ritmo imparable, se llevaron consigo 53 vidas humanas y dejaron a otras 200 personas heridas. D¨ªas m¨¢s tarde, las investigaciones determinaron que el fuego hab¨ªa sido ocasionado por una colilla mal apagada. El estadio estaba construido sobre bases de postes de madera y debajo de la estructura hab¨ªa basura que se acumulaba desde hac¨ªa varios a?os. La ca¨ªda del cigarro a la basura inici¨® el fuego y la facilidad de los postes de madera para arder hizo el resto. El resultado fue una nueva tragedia que podr¨ªa haberse evitado.
Estadio Heysel de Bruselas - 1985
La imagen del f¨²tbol qued¨® muy da?ada tras lo sucedido en Heysel, en la final de la Copa de Europa de 1985
A¨²n conmocionados por los fallecidos en Bradford, los aficionados brit¨¢nicos tuvieron que enfrentarse a una nueva desgracia, esta vez en B¨¦lgica, en el estadio de Heysel. El 29 de mayo de 1985, Juventus y Liverpool disputaban la final de la Copa de Europa y miles de aficionados de ambos conjuntos viajaron hasta Bruselas para alentar a los suyos. La Prensa hab¨ªa considerado el partido como uno de los mejores de la ¨¦poca, ya que enfrentaba al f¨²tbol ingl¨¦s (cuyos equipos hab¨ªan logrado siete de las ¨²ltimas ocho Copas de Europa) y al f¨²tbol italiano (en ese momento, Italia era vigente campeona del mundo con seis jugadores de la Juve en sus filas). Los radicales de ambos equipos quisieron ser protagonistas y colarse en lo que iba a ser una fiesta del f¨²tbol. Desde primeras horas de la ma?ana hubo altercados en Bruselas, pero el momento de mayor dramatismo se vivi¨® dentro del estadio, cuando un grupo de hooligans atac¨® a otro de tifosis italianos. Los hinchas ingleses derribaron la valla que separaba a ambas aficiones y se desat¨® una batalla campal en la que no faltaron navajazos, botellazos y agresiones de todo tipo. El conflicto dej¨® como resultado 39 muertos. La imagen del f¨²tbol qued¨® muy da?ada y desde este incidente se redujo la asistencia de aficionados a los estadios por miedo a los violentos. La FIFA tuvo que trabajar duro para recuperar el prestigio perdido.
Estadio de Hillsborough en Sheffield - 1989
La desgracia volvi¨® a cebarse en esta d¨¦cada con el f¨²tbol brit¨¢nico, por ¨²ltima vez. En esta ocasi¨®n, el escenario fue el estadio de Hillsborough, en Sheffield, el 15 de abril de 1989. El Liverpool y el Nottingham Forest se enfrentaban en las semifinales de la FA Cup. Ese d¨ªa, todo empez¨® mal desde varias horas antes del encuentro. No existe una autopista que conecte las ciudades de Liverpool y Sheffield y, adem¨¢s, la carretera se encontraba en obras. Esto propici¨® que se formasen grandes atascos. Por si fuera poco, a la entrada de la ciudad muchos coches fueron registrados por la Polic¨ªa, ya que el hooliganismo estaba muy extendido en el f¨²tbol brit¨¢nico y se pretend¨ªa acabar con ¨¦l. El resultado fue una llegada de la afici¨®n red poco escalonada. Tan s¨®lo era el principio del caos. Una vez en el estadio, apareci¨® un nuevo problema: al Liverpool, cuya afici¨®n era m¨¢s numerosa, se le asign¨® el fondo con capacidad para 14.600 espectadores, mientras que los hinchas del Nottingham fueron situados en el fondo, con capacidad para 21.000 personas. El objetivo de este mal reparto fue el de evitar enfrentamientos entre ambas hinchadas. La tardanza de los hinchas en llegar al campo propici¨® que, a escasos minutos de empezar el partido, una enorme multitud se agolpara en la puerta C. En l¨ªnea recta se encontraba el t¨²nel que daba acceso al sector central. Jason Thompson, periodista de Liverpool Echo analiza el estadio, en una entrevista concedida al programa Fiebre Maldini: ¡°Era una grada tradicional, pero dividida en sectores separados por vallas. Eran como jaulas de ganado en vez de un espacio donde la gente se pudiera distribuir¡±.
Por lo general, las medidas de seguridad se tomaron una vez ocurridas las desgracias, cuando era demasiado tarde.
Cuanto m¨¢s se acercaba la hora del partido, la tensi¨®n entre los aficionados del Liverpool y los agentes de seguridad empez¨® a crecer y fue entonces cuando la Polic¨ªa tom¨® la decisi¨®n fatal: abrir la puerta y permitir la entrada de los hinchas, muchos sin entrada. Thompson valora esta medida: ¡°Los hinchas hac¨ªan cola y comenz¨® la presi¨®n, porque hab¨ªa cierta prisa por entrar y la Polic¨ªa empez¨® a estar ansiosa por controlar la entrada de la gente al estadio. Desgraciadamente, tomaron una decisi¨®n terriblemente equivocada en un momento de m¨¢xima tensi¨®n¡±. En ese instante, la gente corri¨® para no perderse nada de lo que sucediera en el encuentro y casi todos tomaron el camino m¨¢s f¨¢cil: acudir al t¨²nel que desembocaba en la grada situada detr¨¢s de la porter¨ªa. La gente empez¨® a quedar aplastada contra las vallas y en un primer momento la Polic¨ªa no dej¨® saltar a nadie al campo, porque pensaron que se trataba de un acto de hooliganismo. Sin embargo, al darse cuenta de la gravedad de la situaci¨®n, abrieron los accesos para que los hinchas pudieran acceder al campo. Era demasiado tarde. La estructura del estadio y el exceso de aforo se convirtieron en una trampa mortal de la que 96 v¨ªctimas no pudieron escapar. El f¨²tbol volv¨ªa a ser noticia mundial por un acontecimiento que jam¨¢s debi¨® ocurrir. Una vez m¨¢s, tuvo que suceder algo as¨ª para que se tomasen medidas y, tras este incidente en el Reino Unido y posteriormente en Europa, se eliminaron las gradas de pie y se impuso un exhaustivo control de entrada a los estadios.
Ghana 2001
Con la entrada del nuevo siglo, el desarrollo de las nuevas tecnolog¨ªas y los precedentes anteriores, las medidas de seguridad en los estadios han aumentado de manera muy positiva. De hecho, en lo que llevamos de siglo no se registra ninguna gran tragedia en el f¨²tbol europeo. Sin embargo, en los pa¨ªses menos desarrollados las condiciones siguen siendo a¨²n precarias y, desgraciadamente, cada cierto tiempo nos encontramos con incidentes en un campo de f¨²tbol. Especialmente tr¨¢gico fue lo ocurrido en Ghana en 2001. Al menos 130 personas que fueron a presenciar el partido entre el Accra Hearts y el Kumasi Ashanti perdieron la vida. El Accra se proclam¨® vencedor (2-1) y los hinchas del equipo derrotado no lo aceptaron de buen grado. Comenzaron a destruir los asientos de las gradas, ante lo que la Polic¨ªa respondi¨® cerrando las puertas del recinto y lanzando contra ellos granadas lacrim¨®genas. Los cuerpos de seguridad fueron acusados por la opini¨®n p¨²blica como los principales culpables, as¨ª como la poca seguridad existente en los estadios en el f¨²tbol africano. Sea como fuere, los aficionados volvieron a ser las v¨ªctimas de un fallo en la seguridad y m¨¢s de un centenar de inocentes se dejaron la vida all¨ª.
Port Said en Egipto - 2012
La ¨²ltima tragedia sucedi¨® en Egipto, el 1 de febrero de 2012, con una batalla campal en medio del terreno de juego
M¨¢s reciente es la tragedia ocurrida en Port Said, Egipto, el 1 de febrero de 2012. Se enfrentaban el equipo local, el Al-Masry y el Al-Ahly, cuyas aficiones tienen gran rivalidad por motivos pol¨ªticos. Los locales se impusieron por 3-1, pero, al finalizar el partidos, los aficionados del Al-Masry invadieron el terreno de juego para perseguir a los hinchas y jugadores del Al-Ahly, lanz¨¢ndoles piedras y botellas. El resultado, una vez m¨¢s, fue tr¨¢gico: 74 muertos y cerca de mil heridos.
Si atendemos a los hechos, es innegable que el aumento de las medidas de seguridad en los campos ha dado sus frutos y cada vez es m¨¢s complicado que alguien se deje la vida en un estadio, aunque a¨²n queda mucho por mejorar en aquellos pa¨ªses con menos recursos. Sin embargo, no se deben olvidar las tragedias que han ocurrido a lo largo de la historia y es necesario seguir trabajando para mantener la seguridad. Sin duda, el f¨²tbol es un acontecimiento global maravilloso que mueve pasiones all¨¢ donde va. Por tanto, todos estamos en la obligaci¨®n de actuar de manera responsable para preservarlo.