La bendici¨®n es Casemiro
Dos goles y un partido fant¨¢stico le bastaron al Madrid para tumbar al Sevilla en un partido cerrado. El VAR le anul¨® injustamente un gol al equipo andaluz y el ¨¢rbitro le dio otro ilegal.
Fue la tarde de Casemiro, el homenaje a un futbolista al que abrazan m¨¢s los entrenadores que los titulares de prensa, el pol¨ªgono industrial que permite que a su alrededor sea sostenible un Bolshoi. Tumb¨® al Sevilla como nueve de guardia en un partido cerrado entre dos equipos que producen poco arriba. Tambi¨¦n fue una tarde de VAR, que se entrometi¨® cuando nadie le llamaba para anular un gol al Sevilla y se tap¨® despu¨¦s para concederle otro tras mano previa de Munir.
Diez t¨ªtulos y una condici¨®n casi sobrenatural (ca¨ªdo del cielo, seg¨²n revelaci¨®n de Florentino P¨¦rez) ofrecen a Zidane licencia para todo, incluyendo poner un ataque estrafalario con Lucas V¨¢zquez, Jovic y Rodrygo. Un tridente repleto de mensajes. El primero es que Benzema lleg¨® al partido de milagro. El segundo, que Vinicius viaja a cola de pelot¨®n, visto lo visto, injustamente. El tercero, que Bale est¨¢ en las ¨²ltimas. Dejarlo en la grada en una tarde de tantas estrecheces son¨® a tirar la toalla con un futbolista que ha ido perdiendo atributos aceleradamente: empez¨® por la salud, sigui¨® por las apariencias y acab¨® por el gol, su clavo ardiendo. Se le han ido la pegada y las expectativas.
Ese once le quit¨® cintura al centro del campo, lo ¨²nico verdaderamente cl¨¢sico de la alineaci¨®n, y por ah¨ª quiso colar Lopetegui al Sevilla, al a?adir un segundo medio de contenci¨®n, Gudelj, para darle a¨²n m¨¢s vuelo a sus laterales, Navas y Reguil¨®n, los m¨¢s activos del campeonato, y mayor libertad a Banega, la mano que mece esta cuna.
El Madrid acus¨® la falta de ¨®rganos vitales: Ramos, en la salida de la pelota; Valverde, cuyas ausencias se perciben ya como crisis energ¨¦ticas; Benzema, sin el que pierde la propiedad asociativa; Hazard, su toque de distinci¨®n. Todo result¨® extremadamente costoso para el Madrid, que gan¨® la apuesta de la pelota y perdi¨® la de la profundidad. Lucas V¨¢zquez parece haber perdido sus facultades de extremo, Rodrygo empieza mucho m¨¢s de lo que termina y con Jovic no funciona la terapia de insistencia con la que Zidane trata de devolverle a la superficie. Todo lo que emprendi¨® el Madrid antes del descanso muri¨® al borde del ¨¢rea.
Atr¨¢s, en cambio, aun sin Ramos ni Mendy, sigue intacto. Protegi¨® bien las bandas y le permiti¨® poco al Sevilla, que a la media hora de juego vio c¨®mo el VAR corr¨ªa en auxilio del Madrid al anular un gol a De Jong, en cabezazo espectacular a la escuadra a saque de esquina lanzado por Banega. El holand¨¦s se vio favorecido por un bloqueo de baloncesto con leve movimiento de Gudelj a Militao, una semipersonal de p¨ªvot casi en el ¨¢rea peque?a. Una jugada de grises que ca¨ªa fuera de los l¨ªmites del videoarbitraje en los or¨ªgenes. Hoy esa frontera es borros¨ªsima y, por tanto, las quejas del Sevilla est¨¢n m¨¢s que justificadas. La sensaci¨®n que qued¨® es que Militao quiso traspasar una pared y que hubo que acudir al microscopio para descubrir la infracci¨®n.
Para entonces, el partido ya hab¨ªa cambiado de manos porque el Madrid andaba perdido en aquella industria pesada dirigida por Fernando. El tridente blanco era fantasma, sin desborde, sin llegada, sin chispa. Y de las bandas tampoco llegaba nada, porque Carvajal andaba impreciso y porque Marcelo ha perdido cascabeles. S¨®lo Modric sujetaba la bandera del equipo.
Casemiro lo cambia todo
Y en el peor momento, el Madrid encontr¨® un gol casi ins¨®lito. Jovic, de tac¨®n, en su ¨²nica acci¨®n notable, puso en ventaja a Casemiro, que defini¨® con la finura de un nueve, salvando con un toque picado la salida de Vaclik. Por primera vez desde que enviudara de Cristiano el Madrid siente que los centrocampistas est¨¢n por la causa. El partido parec¨ªa cuesta abajo para el Madrid, especialmente con la llegada de los refuerzos (Benzema y Vinicius), pero el Sevilla empat¨® de inmediato con otra jugada de tribunales: De Jong aplic¨® un zurdazo estupendo aprovechando que Munir le hab¨ªa matado con el codo el bal¨®n desde el suelo. Una mano involuntaria pero, por ser jugada de gol, claramene sancionable. Fue el par¨¦ntesis en la tarde de gloria de Casemiro, el nueve de guardia. Ah¨ª, en el terreno del mejor Cristiano, aplic¨® un cabezazo picado a centro medido de Lucas V¨¢zquez, que volvi¨® a poner en ventaja al Madrid. Fue el primer doblete en la carrera de un futbolista de diamante para todos los que le han entrenado. Lo bueno no es siempre bonito.
El Sevilla recalcul¨® entonces la ruta, envas¨® el equipo en un 3-5-2 y se prest¨® a un partido m¨¢s abierto, el h¨¢bitat perfecto para Vinicius, ahora varios escalones por encima de sus competidores salvo para Zidane. ?l alegr¨® el final de un partido que guardar¨¢ Casemiro en el recuerdo porque ¨¦l tambi¨¦n es una bendici¨®n del cielo.