Mucho m¨²sculo, poco arte
Madrid y Atl¨¦tico se reparten el bot¨ªn de un derbi extremadamente t¨¢ctico y muy poco lucido. Thomas y Kroos, los m¨¢s destacados. Dos buenas paradas de Oblak. Jo?o F¨¦lix y Hazard, grises.
Fue el derbi 274 y estar¨¢ entre los que viajen en el furg¨®n de cola a ojos del espectador. No lo gan¨® nadie, no marc¨® nadie, no entusiasm¨® nadie. Hizo dos paradas Oblak y ninguna Courtois. Salieron triunfadores del evento Thomas y Kroos, dos que viven lejos del gol, y fracas¨® la feria de artesan¨ªa: Hazard, Benzema, Jo?o F¨¦lix... El partido mereci¨® ser incluido en el programa del Mundial de atletismo, porque se corri¨® por exceso sin lucimiento. Los dos equipos llegaban de dos partidos sin encajar goles y por ah¨ª se colgaron otra medalla sin que el f¨²tbol tenga por qu¨¦ agradec¨¦rselo.
El duelo tuvo un punto de partida un punto imprevisible. Simeone dio un paso hacia adelante con Vitolo, que parec¨ªa un plato fuera de carta, y Zidane, un paso atr¨¢s al vitaminar el centro del campo con Valverde a costa de James. El arte siempre estuvo mal pagado. Lo dem¨¢s estaba bien guionizado: el Atl¨¦tico se ech¨® sobre la primera salida de pelota del Madrid y la grada hizo lo propio sobre Courtois, en una sincron¨ªa perfecta en el reparto de papeles. El Atl¨¦tico y su hinchada son n¨²meros indivisibles. Pronto escamp¨® para el Madrid, decidido a protegerse con la pelota desde la posesiones largas, cuyo efecto sobre el adversario a menudo resulta anest¨¦sico. Ah¨ª, en esa presi¨®n inicial ech¨® de menos el Atl¨¦tico a Morata, ausente por engorilarse con dos rivales en Mallorca. Jo?o F¨¦lix tiene m¨¢s seda y menos pana en la suerte de la emboscada.
Pasado ese efecto gaseosa qued¨® un partido igualado en el peor de los sentidos. Trabado, permanentemente interrumpido, de espaldas a las ¨¢reas, orientado horizontalmente. Partidos que siempre le fueron al Atl¨¦tico y que el Madrid ha aprendido a soportar en las dos ¨²ltimas semanas. Ha roto a sudar y entiende que le va bien.
As¨ª que con Casemiro y Valverde para el bricolaje, el Madrid fue dominando la escena en el centro y haci¨¦ndose respetar en las bandas, especialmente la derecha, donde la velocidad de Bale hizo sufrir a Lodi, un lateral con mejor ida que vuelta. Hazard tambi¨¦n lo prob¨® a la otro lado, pero Trippier fue menos permisivo. Con todo, el Atl¨¦tico anduvo m¨¢s cerca del gol en la primera mitad. Jo?o F¨¦lix no supo cruzar con acierto un env¨ªo largo de Diego Costa. Su desmarque estuvo muy por encima del remate. El propio Costa tambi¨¦n roz¨® el gol en un centro raso y potente de Thomas. Le falt¨® un juanete. Y repiti¨® Jo?o F¨¦lix desde fuera del ¨¢rea, esta vez con m¨¢s intenci¨®n pero igual resultado.
El Madrid encontr¨® menos facilidades. El Atl¨¦tico defendi¨® a Oblak como quien defiende Stalingrado, porque antes del partido a partido est¨¢ el pelota a pelota. Estuvo impecable por alto, que es por donde el Madrid quiso colar a Benzema, el mejor cabeceador de Europa en este momento. De hecho, la mejor ocasi¨®n blanca (y uno de los dos disparos a puerta de cualquiera de los dos equipos) antes del descanso lleg¨® con un bote pronto lejano de Kroos, al que respondi¨® con una magn¨ªfica estirada Oblak.
El Atl¨¦tico no anduvo por encima en energ¨ªa ¨²nicamente, tambi¨¦n lanz¨® con ¨¦xito a sus laterales por detr¨¢s de las l¨ªneas enemigas. Especialmente Trippier, un dolor de cabeza para Nacho, sobre todo cuando le dobl¨® Thomas, el centrocampista del partido, por su hiperactividad y sus constantes propuestas por fuera y por dentro. No encontraron rematadores. Jo?o F¨¦lix es a¨²n intermitente y Diego Costa, el f¨²tbol por las buenas y por las malas, ha perdido facultades para el remate. Qued¨®, en cualquier caso, una primera mitad sin po¨¦tica, con mayor¨ªa absoluta del m¨²sculo sobre la fantas¨ªa.
El Atl¨¦tico perdi¨® al final de la primera mitad a Vitolo por un problema muscular y Simeone busc¨® una sacudida con Correa, con una bien ganada fama de mejorar al equipo a partido lanzado. Tuvo una buena opci¨®n nada m¨¢s salir, pero su cabezazo sali¨® inexplicablemente muy desviado. Nadie le vigilaba. Algo parecido le sucedi¨® a Bale, que puso en la M-40 su izquierdazo sobre la marcha.
El partido segu¨ªa sin romper y Simeone busc¨® un volantazo: retir¨® a Lodi, meti¨® a Lemar y retras¨® a Sa¨²l como lateral izquierdo. El Atl¨¦tico cog¨ªa m¨¢s vuelo por las alas y se arriesgaba a darle a Bale una pareja menos acostumbrada a la marca. Luego llegaron Modric y Llorente. Cambiaban piezas y no cambiaba el escenario. Los dos equipos miraban m¨¢s hacia atr¨¢s que hacia adelante y perd¨ªan a sus respectivos ataques en el horizonte. La tarde se les marchaba a los artistas. Al primero, a Jo?o F¨¦lix, al que Simeone retir¨® a falta de un cuarto de hora. El Wanda Metropolitano entendi¨® que el equipo iba a encogerse y que su entrenador disparaba al aire y pit¨® el relevo.
A¨²n quedaban cosas por ver. Un centro de Nacho tuvo continuidad en un soberbio cabezazo de Benzema. Oblak hizo la parada del partido casi sobre la l¨ªnea de gol. Fue la ¨²ltima acci¨®n que vio sobre el terreno de juego Hazard, al que si le dieron la bandera del proyecto todav¨ªa no la ha despegado.
El Madrid mantuvo su liderazgo y su imbatibilidad en el Wanda y el Atl¨¦tico, la distancia de seguridad con el vecino, pero el reparto no hizo la mejor promoci¨®n de LaLiga.