El nuevo Atl¨¦tico aprendi¨® a sufrir en Estocolmo
El equipo y sus fichajes se doctoraron en una de las se?as de identidad del Atl¨¦tico del Cholo. Se cerr¨® la pretemporada manejando otro registro.

El Atl¨¦tico se llev¨® de Solna un trabajad¨ªsimo triunfo ante la Juventus que sirvi¨® para educar a los nuevos fichajes en una de las m¨¢ximas del Atl¨¦tico del Cholo: la capacidad de sufrimiento y la gesti¨®n de la presi¨®n rival. La Juventus, m¨¢s corta de preparaci¨®n pero ya con marcados rasgos del estilo de Sarri, someti¨® al Atl¨¦tico con bal¨®n durante amplios tramos de la primera parte y, tambi¨¦n, durante los ¨²ltimos del partido. A cierta distancia, sucedi¨® algo parecido a lo que ocurri¨® en el partido de vuelta de Tur¨ªn de octavos de la Champions. La Juventus empuj¨® al Atl¨¦tico a su ¨¢rea con una circulaci¨®n veloz y aseada, adornada por la habilidad de, principalmente, Douglas Costa, que fue un pu?al a pierna cambiada.
Era el momento de reeducar a futbolistas que no suelen estar acostumbrados a esa capacidad que ha tenido el Atl¨¦tico de Simeone de crecer desde la defensa. El propio t¨¦cnico reconoci¨® tras el partido que su equipo hab¨ªa sufrido, pero no es menos cierto que, dada la entidad del rival y el momento de la temporada que es, le vino muy bien para empezar a endurecer a algunos futbolistas poco acostumbrados a este tipo de registros. As¨ª, Lodi, por ejemplo, se encontr¨® con el problema de equilibrar su balance defensivo. Observ¨® c¨®mo la Juventus intent¨® castigar su espalda y padeci¨® en primera persona las andanadas de un Douglas Costa con el d¨ªa dulce a la hora de encarar.
Trippier se mantuvo sereno ante Cristiano, pero vio c¨®mo el portugu¨¦s le buscaba las cosquillas al segundo palo en los centros laterales, algo que en el ¨²ltimo choque entre ambos equipos le dio mucha vida a la Juventus. El ingl¨¦s se mantuvo firme y le dio todav¨ªa para no perder su registro en ataque, su principal virtud. Gim¨¦nez, a la conclusi¨®n del partido, subray¨® algo sobre lo que se ha reflexionado poco en el caso de Joao F¨¦liz. Explic¨® que el portugu¨¦s entiende ya perfectamente que en el Atl¨¦tico defienden todos. En el arranque esa disciplina le rest¨® algo de salida, sobre todo teniendo en cuenta que deb¨ªa echar una mano a Trippier sobre Cristiano y estar atento a la poderosa zancada de Alex Sandro. Se adapt¨® y, cuando Simeone le dio un respiro m¨¢s cerca del ¨¢rea, golpe¨®.
Llorente manifest¨® al final del partido que se est¨¢ acostumbrando todav¨ªa al nuevo registro del equipo. El Atl¨¦tico tuvo menos posesi¨®n que la Juventus y tiene que afinar ese primer pase tras recuperaci¨®n para poder armar las contras. Pero en Solna ten¨ªa enfrente a una medular con un sobresaliente equilibrio entre su poder f¨ªsico y su capacidad t¨¦cnica: Khedira, Pjanic y Rabiot. Casi nada. El exmadridista tambi¨¦n arrim¨® el hombro y uno de los goles se inicia precisamente en un robo suyo.
En la segunda parte, Herrera demostr¨® que la brega no es algo ajeno a ¨¦l. Su oficio vino bien cuando la Juventus puso a gente de refresco como Bernardeschi para seguir golpeando. Felipe le dio mayor contundencia por arriba a un Atl¨¦tico que en la primera parte mir¨® a Oblak (y en la segunda, cuando Dybala le puso a prueba) para desactivar el poderos¨ªsimo juego a¨¦reo italiano. Hermoso, un central fino, se manej¨® en la misma l¨ªnea que su compa?ero de reparto en el segundo tiempo.
En definitiva, la prueba sirvi¨® para reeducar, en algunos casos, a futbolistas que vienen de equipos acostumbrados a preferir mantener la iniciativa y el Atl¨¦tico sabe convertir las situaciones de estr¨¦s en una virtud si encuentra la contundencia. En Solna la tuvo, con acento portugu¨¦s. Una prueba muy ¨²til la de Estocolmo que habr¨¢ ayudado a los jugadores nuevos a incorporar un nuevo registro.