Un cicl¨®n y un pelele
Paliza del Atl¨¦tico a un Madrid rid¨ªculo. Costa marc¨® cuatro goles y fue expulsado junto a Carvajal. Partido deslumbrante de Joao F¨¦lix. Se lesionaron Morata y Jovic.
Ya tiene el Atl¨¦tico su sue?o de una noche de verano, con Joao F¨¦lix como personaje central, a costa de un Madrid que qued¨® en vela, apaleado futbol¨ªstica y moralmente, sin f¨²tbol, sin garra, sin un plan. Los decibelios del mercado subir¨¢n a¨²n mucho m¨¢s despu¨¦s del Waterloo en el derbi, aunque escuchar¨¢n m¨¢s pronto que tarde que lo de Nueva Jersey no fue m¨¢s que un bolo para un equipo a¨²n sin preparaci¨®n. Para la afici¨®n fue otra cosa: una concentraci¨®n no autorizada de fantasmas del pasado. Un ba?o que dispara todas las alarmas. Una actuaci¨®n vergonzosa que mancha la historia del Madrid.
Las pretemporadas alimentan sobremanera la curiosidad. En cada alineaci¨®n se busca o se persigue un mensaje. Para los que sobran, para el presidente de turno por los que a¨²n faltan, para que la afici¨®n se ilusione o pille la primera depresi¨®n (la del Madrid ya es de caballo). Tambi¨¦n este derbi dej¨® huellas. Zidane meti¨® al equipo en la mesa de mezclas: mayor¨ªa de titulares atr¨¢s y en el centro y de suplentes delante. Los once partidos de castigo del curso pasado le sirvieron para vacunarse contra un banquillo yermo y el plan es que los posibles se acerquen mucho a los probables. Y ahora, cuando las derrotas no parecen dejar cicatrices, es hora de testarlo. Pero cicatrices quedan, aunque no se registren en ninguna clasificaci¨®n. La de Nueva Jersey fue profund¨ªsima, de las que ponen en solfa hasta al utillero.
El Atl¨¦tico es otra cosa. Ah¨ª hubo empacho de la ¨¦tica de trabajo, el discurso de que el glamour no da t¨ªtulos que se carg¨® de raz¨®n. Pero de la unanimidad se ha pasado a la disparidad. Y parece haberlo captado Simeone. De zaga en adelante present¨® el equipo m¨¢s ambicioso que se le conoce, un once populista que ojal¨¢ acabe siendo popular: Joao F¨¦lix, Lemar, Morata y Costa. Una verdadera juerga de salida. A los 43 segundos ya estaba por delante, con un remate del hispanobrasile?o, fat¨ªdicamente desviado por Ramos, en pase de Joao F¨¦lix. El comienzo del portugu¨¦s result¨® deslumbrante: un lanzador espectacular que abri¨® t¨²neles constantemente. Por uno pudo colarse poco despu¨¦s Morata, que lo ech¨® todo a perder con un mal control. Y a los ocho minutos, el segundo gol, en acometida de Sa¨²l por la banda de Odriozola y Vinicius, un coladero, y remate final de Joao F¨¦lix, que incluso roz¨® el tercero desde fuera del ¨¢rea. Lo firm¨® Correa, que hab¨ªa reemplazado al lesionado Morata, en control con el muslo y remate colocad¨ªsimo. Antes de la media hora repiti¨® Costa, con sencillez, y firm¨® el hat-trick al transformar un penalti absurdo que le hizo Isco. Y hubo al menos dos ocasiones m¨¢s claras que hubieran completado el set. Una paliza rel¨¢mpago a un vecino pelele que hac¨ªa un rid¨ªculo sin parang¨®n del alcorconazo a nuestros d¨ªas.
Fue el tercer inicio del Madrid perdiendo en tres intentos. Un pleno. Esos desmayos llevan siendo habituales en los ¨²ltimos a?os sin que aparezca el remedio. Y m¨¢s cuando falta Casemiro. Esa pareja Kroos-Modric no puede salir a la calle sin escolta. Las s¨²plicas de Zidane por Pogba est¨¢n m¨¢s que justificadas visto su hundimiento. Faltaron tensi¨®n, salida de pelota, gobierno en el centro del campo, atenci¨®n a la espalda, repliegue y remate. Incluso verg¨¹enza torera. El partido no pas¨® por Jovic, un delantero que mengua mucho si su equipo no es dominante. Se lesion¨® pronto, para alargar un verano desgraciado. Y tampoco hubo noticias de Hazard, sobre el que aparece la impaciencia.
Al otro lado, un Atl¨¦tico espl¨¦ndido, vertebrado en tiempo r¨¦cord, con laterales largos, Sa¨²l y Koke cogiendo por las solapas al centro del campo del Madrid, desatado Joao F¨¦lix y oportunos y oportunistas todos los de arriba. Una delicia. Un equipo superior con y sin la pelota.
De la segunda parte volvieron en el Madrid ocho de los once que se fueron al descanso. Vinicius, que hab¨ªa sido el ¨²nico potable y hab¨ªa mandado un bal¨®n al palo, fue de los indultados. Porque nada cambi¨® la charla de Zidane en el descanso. Volvi¨® Costa y complet¨® su p¨®quer, de vaselina sobre Courtois.
Entonces el derbi fue un derbi. El Madrid volvi¨® a la vida y marc¨® un gol antes de que Carvajal y Costa le quitaran el cartel de amistoso al partido. Vieron la roja. La bronca le fue peor al equipo de Zidane, que encaj¨® el s¨¦ptimo, de Vitolo, y a¨²n pudieron caerle tres o cuatro m¨¢s. Luego recort¨® una distancia que sigui¨® siendo sideral. Un 5 de agosto de hace 39 a?os el Bayern le hizo un 9-1 a un Madrid casi sin preparaci¨®n en un amistoso y el tiempo no ha borrado ese recuerdo. Tampoco borrar¨¢ este. El equipo se fue en mayo con una depresi¨®n prevacacional que parece una broma al lado de la postvacacional.