Oblak amarga al Valladolid
Un autogol de Joaqu¨ªn le da el triunfo al Atleti y forz¨® al Bar?a a ganar para cantar el alir¨®n. Brill¨® Oblak. El Valladolid reclam¨® penalti en el 88'.
El equipo que se jugaba la vida ve¨ªa como el partido le torc¨ªa la cara ya en el segundo 26. Su capit¨¢n, Moyano, ve¨ªa la amarilla por un agarr¨®n en el centro. Tres minutos despu¨¦s, antes de que al Atleti le diera tiempo a hurgar en su lateral derecho y buscarle cosquillas a esa tarjeta, God¨ªn le imitaba. El capit¨¢n del Atleti tambi¨¦n ve¨ªa tarjeta. Iguales. El equipo que se jugaba la vida hab¨ªa salido con intenci¨®n de mandar. Antes de los diez minutos Oblak ya hab¨ªa estrenado sus guantes: salt¨® como un gato para repeler un chut de Guardiola con veneno.
Sin Rodrigo, suplente por primera vez en tres meses, con Sa¨²l junto a Thomas, tard¨® el Atl¨¦tico en saludar a Masip lo que tard¨® Morata en asomarse al partido. Pero cuando lo hizo, se qued¨® a vivir en su ¨¢rea mientras continuaba su master-class de movimientos. En una de esas, recort¨® y cedi¨® a Grizi, pero el franc¨¦s desvi¨® su disparo. Apretaban los rojiblancos pero Masip permanec¨ªa muy atento ante tanta visita, por si acaso. Se palp¨® en los reflejos que mostr¨® para sacar de pu?os una falta de Griezmann que se fue envenenando en el aire.
El Valladolid esperaba con paciencia, bien plantado, una contra. M¨²sculos en tensi¨®n, l¨ªneas juntas y Moyano aguantando a Lemar con su tarjeta, como un jabato. Era el franc¨¦s el desequilibrio del Cholo entonces, una vez disipado Morata. A?oraba el Atleti demasiado a Rodrigo. En la salida de pelota limpia, en el balance defensivo, que Thomas no es igual cuando inicia el juego. Sa¨²l se vio obligado a cortar dos balones en el alambre y God¨ªn remendaba los fallos de Filipe, que no comenz¨® bien la tarde. Koke y Lemar siempre quedaban descolgados de Grizi y Morata.
Cuando lleg¨® el descanso s¨®lo se contaba otra ocasi¨®n. De Guardiola. Pero volvi¨® a toparse con Oblak mientras la grada, llena, le cantaba eso de Obi, Oba. El equipo que se jugaba la vida llegaba al descanso sin herida alguna en el Metropolitano.
Rodrigo, Arias, el VAR
En cuanto regres¨® el partido pudo comprobar que hab¨ªa cambiado. Que Thomas se quedaba en la ducha, que ah¨ª en el centro estaba Rodrigo y el Atleti ahora robaba en la salida de bal¨®n. Antes de la hora, Simeone agitaba su gaseosa y aparec¨ªa Correa mientras Sa¨²l se iba a su particular tortura: el lateral. Buscaba el Cholo m¨¢s en ataque. El partido estaba tan interesante como plantar perejil en un tiesto y esperar a que crezca. O para que Juanfran, en el banco, pudiera ir a hacerse fotos con un hincha en la grada. Ese era nivel, s¨ª.
Calero le arrebataba a Grizi el bal¨®n para desbaratarle una ocasi¨®n dos jugadas antes de que Joaqu¨ªn, el otro central del equipo que se jugaba la vida, se disparara en el pie. Sa¨²l corri¨® toda la banda izquierda como por la ma?ana los corredores de la marat¨®n hab¨ªan corrido Madrid para llegar a la l¨ªnea de fondo y centrar... A la cabeza de Joaqu¨ªn. Gol. Qued¨® el futbolista tendido en el ¨¢rea y 600 pucelanos en la grada mudos, mientras Correa iba y ven¨ªa con las botas imantadas. Tuvo una bala Plano. Y la dispar¨® desde la frontal... para estamparla de nuevo contra ese muro llamado Oblak. A mano cambiada y a los pies de esos 600 que hab¨ªan viajado de Valladolid con el rezo en la boca. Llenaron su aire, grada alta, casi al final. Su equipo, a la desesperada, casi toca el empate.
Lanz¨® M¨ªchel una falta, cabece¨® Calero y el bal¨®n golpe¨® a Arias en el brazo. Avis¨® el VAR de ella, pero el ¨¢rbitro cheque¨® en la pantalla y dijo que no. Que no era penalti. El Valladolid se lanz¨® sobre la porter¨ªa del esloveno como lo que era, un equipo que se juega la vida y se queda sin tiempo, pero otra vez se top¨® con Oblak y todas las dem¨¢s no llegar¨ªa a ning¨²n lugar. Sergio se iba, negando, con esa mano de Arias y el VAR clavado, otra vez, como un pu?al.
El Bar?a para ser campe¨®n de Liga tuvo que ganarle al Levante. No se lo sirvi¨® el Atleti antes en su bandeja de plata. No.