Correa aplaza el alir¨®n
El equipo rojiblanco, bajo un diluvio, hizo los deberes y gan¨® al Valencia, con goles de Morata, Griezmann y Correa. Gameiro y Parejo empataron por dos veces. El Bar?a a¨²n no es campe¨®n.
Deber¨¢ esperar el alir¨®n del Bar?a. Un Bar?a pendiente ayer de este partido, el que pod¨ªa hacerle campe¨®n sin moverse del sof¨¢. S¨®lo ten¨ªa que perderlo el Atleti. Salt¨® Marcelino en el Metropolitano sin Cheryshev, rodilla rota, Guedes en la izquierda y dos delanteros arriba, Gameiro y Mina, sin experimentos. Era el equipo que m¨¢s se jugaba, ser cuarto, la Champions, en esta tarde de canci¨®n de Quique Gonz¨¢lez, tarde de perros, fr¨ªa, lluviosa y desapacible, ante una grada llena de paraguas y huecos all¨¢ donde llegaba el agua, ante 43.531 valientes.
Marcelino le regal¨® al Atl¨¦tico el bal¨®n de inicio, oblig¨¢ndole a llevar el control mientras sus hombres esperaban agazapados en su propio campo tras un tren y un autob¨²s. Pero salieron los rojiblancos como si todav¨ªa se jugaran LaLiga y el Bar?a no enfr¨ªe ya el cava de la celebraci¨®n. El pundonor es el primer mandamiento del cholismo. La referencia era Lemar, que abr¨ªa el camino con su regate, el pu?al lo llevaba Morata en la bota. En el minuto 8 har¨ªa bailar al Wanda Metropolitano bajo la lluvia y la banda sonora del gol.
Porque Morata es un jugador-bendici¨®n para cualquier centro, dando una master-class de movimientos cada partido. Le buscaba Koke, le encontr¨® Juanfran, que recorri¨® la banda con su antigua piel de interior. En el segundo palo apareci¨® Morata para el remate, superando a Garay. Todo hab¨ªa comenzado en Lemar. En Lemar y una apertura. Un Lemar que hac¨ªa poes¨ªa bajo la lluvia.
Segu¨ªa el Atleti con el mando, con Juanfran y el franc¨¦s muy abiertos, llegando mucho, con circulaci¨®n y transiciones r¨¢pidas. Lemar le hac¨ªa rotos a Wass en cada duelo en la banda. Tardar¨ªa el Valencia en asimilar el golpe. Pero en cuanto lo hizo, su r¨¦plica subi¨® al marcador.
Se hab¨ªa ido diluyendo la amenaza rojiblanca, ten¨ªa el Atleti el bal¨®n pero sin ocasiones, y Marcelino se dej¨® de trenes y autobuses. Parejo y Guedes dieron un paso adelante, subi¨® el Valencia la presi¨®n, Simeone cambi¨® a Lemar de banda. Avis¨® primero Guedes, con una contra que llen¨® el aire del ¨¢rea de Oblak de presagios. Los firmaron entre Mina y Gameiro en la jugada siguiente.
Porque marcar marc¨® el segundo, que no celebr¨®, o si lo hizo fue tibio, pero la medalla que brille en el pecho del primero. En dos movimientos y un sombrero quebr¨® a Rodrigo y a God¨ªn y, en medio del fragor del coraz¨®n del ¨¢rea, tuvo pausa y temple. Decidi¨® no tirar sino regalarle el bal¨®n a Gameiro para que lo estampara en la red de Oblak. Ayer no le falt¨® un dedo ni le sobr¨® media bota cuando pateaba, como tantas veces le ocurr¨ªa en el Atleti. El descanso lleg¨® justo despu¨¦s de un cabezazo de Santi Mina que se march¨® fuera entre un pu?ado de uys.
El gol de Griezmann y sus r¨¦plicas
Tras las charlas del descanso y un caldo para entrar en calor regres¨® el partido donde hab¨ªa comenzado: gravitando alrededor de Lemar. Un Lemar que ped¨ªa m¨¢s foco y protagonismo, incansable. Encaraba, templaba, se asociaba con Morata, Koke y Griezmann. As¨ª lleg¨® el 2-1. Tras una jugada colectiva y un gol de cabeza de Grizi, que se comi¨® a Gay¨¤. Lolololo cantaba la grada, como si lluvia hubiera dejado de mojar.
Se fue Guedes (enfadado) y Oblak hizo su parad¨®n de cada partido ante Carlos Soler. Se fue Filipe (ovacionado) y Neto desbarat¨® con el pecho un remate a bocajarro de Morata (en fuera de juego). Se ven¨ªa otro chaparr¨®n. De goles. Dos en cuatro minutos. Primero de Parejo, para empatar, despu¨¦s de que el ¨¢rbitro consultara la pantalla del VAR y castigara con penalti una mano de Sa¨²l, ah¨ª ya lateral zurdo, ante un remate de Gameiro. Despu¨¦s de ?ngel Correa, el trueno que Simeone a menudo se guarda en el banco como carta maestra. Si alguien necesita menos para lo imposible es ¨¦l. Con un palmo, un chispazo le basta.
Recibi¨® de Thomas en la frontal y s¨®lo se gir¨® para el golazo. Sublime rosca ajustad¨ªsima al palo. El cava en el Camp Nou seguir¨¢ enfriando. Su alir¨®n tendr¨¢ que esperar unos d¨ªas. El mejor Lemar ya no.