El ¨²ltimo de Fernando Torres
Jug¨® su ¨²ltimo partido, de verdad, con el Atl¨¦tico en un amistoso en Nigeria donde hizo, adem¨¢s, su ¨²ltimo gol con la rojiblanca. 2-3 fue el resultado final.
El partido de verdad comenz¨® al descanso. Y eso que se iba Oblak. Pero pitaba el ¨¢rbitro, el partido se reanudaba y sal¨ªa Torres: todo cambiaba, todos los focos eran para ¨¦l. Es lo que tiene el f¨²tbol moderno: a 5.000 kil¨®metros de distancia y una despedida que a¨²n pone la piel de gallina termin¨® de verdad el Atleti para ¨¦l. Fue en un bolo, fue en Nigeria, fue en la Liga Challenge. Su ¨²ltima muesca en esta historia rojiblanca. Una pr¨®rroga inesperada. Su tel¨®n final. No pod¨ªa tener otra m¨²sica que la que tuvo. Goooool. C¨®mo no. De cabeza y poderoso, made in Torres. No pod¨ªa haber otro punto y final. Los ojos le persegu¨ªan, Torres aqu¨ª, Torres all¨¢, Torres y ese giro de cabeza, el bal¨®n a la red. Fue la victoria rojiblanca. Fue un amistoso pero val¨ªa de verdad. Era el ¨²ltimo de Torres.
La primera parte, sin embargo, fue de Oblak. Oblak el mejor portero del mundo. Oblak el muro. Oblak titular. Oblak que a los dos minutos, no fuera a ser que se le oxidaran los guantes, paraba un mano a mano de Nigeria, nada m¨¢s comenzar, de Kadiri, por si acaso. Y eso que Nigeria le puso m¨¢s ganas sobre la hierba, quiz¨¢ fuera es que se jugaban algo, aunque no se lo jugaran. Eran los meritorios de una selecci¨®n que prepara el Mundial.
Para el Atleti s¨®lo era una pachanga. Una pachanga despu¨¦s de todo. Una pachanga despu¨¦s del adi¨®s de Torres. Una pachanga despu¨¦s de la Liga, la Europa League, en la que del primer equipo s¨®lo saltaron de inicio cinco titulares habituales, cinco jugadores del primer equipo. Oblak, Juanfran, Thomas, Correa y Gameiro. Pronto se vieron superador por las ganas del equipo anfitri¨®n. Pensaba en Mundial, ellos en playa. Cuando quisieron darse cuenta los guantes de Oblak sumaban una paraba una herida, de Nwakali, que Correa al minuto igual¨®.
Si los nigerianos pon¨ªan ganas, los rojiblancos, galones. Y Correa su alboroto, que por all¨ª nada sab¨ªan de su f¨²tbol potrero. Recuper¨® Thomas, dispar¨® el argentino con la puntera, igualaba al disparo de fuera del area de Nwakali que haabia adelantado a Nigeria, una sin Moses ni Ibowi, una Nigeria absolutamente B, sin nig¨²n mundialista en el c¨¦sped. No dejaba de ser un amistoso en junio. Un amistoso cuando ya nada contaba. Un amistoso de jugadores del B con apoyo primer equipo. Ese Juanfran. Ese Thomas. Ese Oblak.
Tras el descanso el juego tuvo algo m¨¢s que ver a chavales (Sergi bien; Olabe tambi¨¦n; Montero y sus gafas de piscina; Jota, futuro...). Sal¨ªa Torres. Todos los ojos iban a ¨¦l. Aunque Correa pretendiera seguir alborotando, aunque saliera Vitolo, aunque Torres sumara dos ocasiones antes de su gol. Thomas, un jabato que jug¨® todo el partido, llevaba la manija y lanzaba a un Atleti ante un Nigeria inofensiva al que Torres pon¨ªa colmillos. De cabeza lleg¨® el momento. Su ¨²ltimo gol, el ¨²ltimo de verdad. De cabeza lleg¨® a dieciocho a?os y tanta distancia de Albacete, emocionante igual, lo firmaba El Ni?o, lo firmaba Torres. 1-2, punto y final. Aunque despues Nigeria hiciera el 2-2 . Aunque Borja cogiera testigo y enviara un bal¨®n a la escuadra para ponerle la victoria al d¨ªa, era m¨¢s que un amistoso, era el adi¨®s de Torres, el de verdad, aunque a tanta distancia c¨®mo se le va a a?orar. Verle as¨ª, verle ah¨ª, siempre ensanchando la rojiblanca