El Atleti tambi¨¦n tiene tridente
Solucion¨® su partido ante el Athletic en el segundo tiempo con goles de Gameiro y Diego Costa cuando junt¨® en el campo a ambos con Griezmann.
Con un tridente (Costa, Griezmann, Gameiro) y un pulm¨®n (Thomas) el Atleti no se cansa de perseguir al Bar?a. Los del Cholo son la gota malaya y su plic, plic, plic incansable. El Athletic se estrenaba en el Wanda Metropolitano y se perdi¨® en su hierba. Hab¨ªa levantado Ziganda una frontera de hombres para intentar sujetar ese tsunami que siempre es Griezmann. Pero sus leones fueron ayer gatitos.
C¨®modamente, el Atleti domin¨® desde el principio con su presi¨®n asfixiante y esa zancada pulveriza l¨ªneas de Thomas, ayer de exhibici¨®n. Retumbaba el himno a capella. Un sonido atronador que sesg¨® el ¨¢rbitro en un gesto que no hizo: llevarse el silbato a la boca para pitar penalti en una ca¨ªda de Costa, derribado por N¨²?ez. Lo fue. Y claro. Pero otra jornada que pasa y esa casilla sigue en blanco para los rojiblancos. La de los penaltis a favor. Quedan tan lejos que de otra vida ya parecen.
Si al Athletic le sobraba la porter¨ªa contraria, incapaz de llegar a ella, en el Atl¨¦tico los focos se los ped¨ªan sus centrales, Gim¨¦nez-Lucas, que hab¨ªan sentado a God¨ªn. La pareja del ma?ana ya es hoy. Con ellos no hay titubeos en la defensa por arriba, no hay lagunas por debajo. Sus piernas son ladrillos y contra ellas se estampa cada intento rival. Si Lucas es la fiabilidad total, Gim¨¦nez a su lado prensa el cemento. En la primera parte todo lo que pas¨® en el partido sucedi¨® a su alrededor. Lucas se llevaba el bal¨®n y los aplausos de la grada con una arrancada ante Lekue. Gim¨¦nez casi le pone el goool en la boca, al lanzarse a golpear una volea como s¨®lo ¨¦l lo hace: con el alma, aunque golpee la pierna. Cruz¨® demasiado.
No chutar¨ªa ni una vez el Athletic a puerta pero la primera vez que Williams pis¨® el ¨¢rea de Oblak choc¨® bota con bota con Lucas. Acabaron ambos por los suelos, entre nubes de r¨¦flex y gestos de dolor. God¨ªn se prepar¨® para entrar, pero Lucas es cu?a de su misma madera: se prob¨® y se qued¨®, sin dejar de recibir golpazos. El partido era un Atl¨¦tico-Athletic. Roces, contacto, jugadores por los suelos. Al Atleti, impecable ahogando la salida de bal¨®n del Athletic, le faltaba contundencia para superar esa ¨²ltima l¨ªnea de hombres de Ziganda. El Athletic, a lomos de un Williams luchador, regres¨® a la caseta sudoroso, pero sin heridas. Todas llegar¨ªan en la segunda parte.
En el reposo, los golpes pudieron con Lucas y el partido regres¨® con God¨ªn. Todo segu¨ªa como antes del descanso, espeso, con m¨¢s jugadores por el suelo que el bal¨®n. Griezmann intermitente, estaba muy lejos del ¨¢rea, el Athletic, un poco mejor. Simeone mir¨® su banquillo: Gameiro por Koke. Era declaraci¨®n de intenciones. A por el partido iba. Lo cambi¨®.
El volantazo lo dio Oblak con una maravilla con los pies. S¨ª. Se equivoc¨® en una salida y resolvi¨® con un par de regates que hipnotizaron a Iturraspe y San Jos¨¦: cuando quisieron regresar al partido, Sa¨²l les hab¨ªa robado un bal¨®n que Grizi regal¨® a Gameiro para el gol. Un instante les basta para encontrarse. Simeone ten¨ªa lo que quer¨ªa. Su 1-0. Ahora Gabi y que pasara el tiempo. Pero Gameiro quer¨ªa m¨¢s. Si en diciembre parec¨ªa desahuciado, en febrero ha recuperado el aire del Sevilla.
Con su entrada, Simeone tuvo eso que le faltaba. Contundencia, punta de velocidad y que Costa y Griezmann terminaran de mezclar. Minutos despu¨¦s de que God¨ªn despejara en el ¨¢rea como si hace quince d¨ªas no le hubieran roto la cara, y tres dientes, encontr¨® Gameiro a Costa con un pase estratosf¨¦rico all¨ª donde el hispano-brasile?o no perdona. Defini¨® como el killer que es, 2-0 y una ovaci¨®n de la grada. Era para Griezmann. Un aplauso de esos largos que abrazan. Se viven tiempos felices por el Metropolitano mientras, de fondo, sigue escuch¨¢ndose eso.
Plic, plic, plic.