El mundo es del Madrid
</br><a title=¡®Tigres - Le¨®n en vivo: Liga MX, jornada 8¡¯ href="https://mexico.as.com/mexico/2019/09/01/futbol/1567291013_747029.html">Tigres - Le¨®n en vivo: Liga MX, jornada 8</a>


A falta del Cl¨¢sico, que siempre es factor de correcci¨®n, el Madrid cerr¨® un a?o de pentacampeonato, el mejor de su historia en t¨¦rminos aritm¨¦ticos. Fue en Abu Dhabi, ante un Gremio que fue mucho escudo y poca espada y que a ratos reparti¨® demasiada estopa. Y fue gracias a Cristiano, sobre el que no conviene dudar. Se dir¨ªa que la diferencia entre el Madrid que funciona y el que no es averiguar si el portugu¨¦s es la mejor soluci¨®n o la ¨²nica. En el podio se subieron tambi¨¦n Varane y Modric, para completar una columna vertebral imparable.
Tuvo el partido un aire retro, al modo de aquellas Intercontinentales de los sesenta y setenta que acab¨® repudiando el f¨²tbol europeo porque se traspasaron todas las l¨ªneas rojas. Los llamados equipos cancheros acabaron en gangs insoportables. Antes de los dos minutos, Geromel le tatu¨® los tacos en el gemelo a Cristiano en una jugada en el centro del campo y la pelota a dos metros de su alcance. El mexicano C¨¦sar Ramos, que tambi¨¦n parec¨ªa venir del pasado, mir¨® a otro lado. Eso fue el Gremio, un equipo del sur del pa¨ªs, 'brasiguayo', fibroso, herm¨¦tico, con propensi¨®n a defenderse a escobazos y con una tendencia casi gen¨¦tica a encanallar el duelo. Un partido en las ant¨ªpodas de esa loca, c¨®mica y hasta divertida semifinal ante el Al Jazira. Un partido de verdad, en zona militarizada, con un equipo inferior pero muy horneado t¨¢ctica y an¨ªmicamente.
Y el Madrid supo jugarlo, templando la embestida del rival, evitando mimetizarse con ¨¦l, a excepci¨®n de Casemiro, al que le pudo el paisanaje y entr¨® de lleno en la batalla. Del Madrid fueron la pelota y las buenas intenciones en una tarea laboriosa, casi artesanal, de incursi¨®n permanente, porque el Gremio, como se esperaba, nunca adelant¨® la presi¨®n, ni siquiera selectivamente. Meti¨® entre barrotes a Cristiano y Benzema y embarr¨® el centro del campo con muchos futbolistas y muchas faltas. Y sin Arthur tampoco tuvo salida. Pero lo entendi¨® bien el equipo de Zidane, que puso su alineaci¨®n m¨¢s chic. Kroos y, sobre todo, Modric mejoraron las ca?er¨ªas del equipo y Varane se sum¨®, como un rompehielos, en esa tarea de ir eliminando l¨ªneas.
Al trabajo de desgaste fueron incorpor¨¢ndose los dem¨¢s, especialmente Marcelo e Isco. El lateral ha vuelto a coger velocidad de crucero, con esa insistencia por su banda que cansa al rival. E Isco fue imaginando poco a poco como abrir aquella caja fuerte. Ese dominio de un Madrid que no se puso de perfil muri¨® en el ¨¢rea durante la primera parte. Ah¨ª s¨®lo lleg¨® dos veces Carvajal, una en volea rechazada por Geromel, y otra en pifia; y una vez Cristiano, que perdi¨® su ventaja por un recorte de m¨¢s. El resto lo despach¨® con disparos desde fuera del ¨¢rea: dos de ellos, de Modric y Cristiano, se quedaron muy cerca del blanco. Por ponerle un pero, quiz¨¢ le falt¨® al equipo encarecer el partido metiendo una marcha m¨¢s. A otra velocidad el Gremio no hubiese encontrado d¨®nde refugiarse. Con todo, los brasile?os confirmaron el partido monocolor al tomar el avi¨®n de regreso sin un solo tiro a puerta, aunque roz¨® el larguero un misil de Edilson en una falta desde 40 metros y reclamaron un penalti de Ramos a Ramiro.
El gol de Cristiano
Aquel tenderete del Gremio lo ech¨® abajo Cristiano, un futbolista que a su nivel, del que anda muy cerca, est¨¢ fuera del alcance de los brasile?os y de casi todos los dem¨¢s. En seis minutos meti¨® un gol de falta, con la fortuna de que su trallazo se col¨® como una lagartija entre la barrera; le anularon otro por fuera de juego milim¨¦trico de Benzema y lo intent¨® de tac¨®n, en remate entre el recurso y la frivolidad.
El Gremio result¨® inmutable. Actu¨® como si no hubiese existido ese gol de Cristiano. No quiso pasar de acorazado, mientras el Madrid se volvi¨® m¨¢s espumoso, con Modric ya de comandante en jefe. Un zapatazo suyo dej¨® la marca en el palo.
El final result¨® estupendo. Lucas V¨¢zquez y Bale llegaron con el Madrid libre de agobios, con el partido en la mano y con Grohe evitando la paliza. El ep¨ªlogo perfecto para un equipo que ha conquistado su sexto t¨ªtulo mundial 57 a?os despu¨¦s del primero. En levantar copas el Madrid es un club eternamente joven.