Iglesias estropea un partidazo

Valencia y Barcelona empataron a uno en un partidazo que fue desvirtuado por una actuaci¨®n cat¨¢strofica de un ¨¢rbitro que no estuvo a la altura de los contendientes. Es un misterio como Iglesias Villanueva, uno de los ¨¢rbitros peor coinsiderados en el r¨¢nking del Comit¨¦, pudo llegar a ser designado para dirigir el partido que pod¨ªa marcar el devenir inmediato de la Liga.

Evidentemente, no estuvo a la altura y perjudic¨® claramente al Barcelona al no concederle un gol de Messi que entr¨® un metro en la porter¨ªa de Neto y que vio todo el mundo menos ¨¦l y su asistente y luego cometi¨® un error garrafal de interpretaci¨®n del reglamento al no amonestar a Rodrigo que tras marcar su gol se puso una peluca naranja a cuatro metros suyo. Villanueva se fue hacia ¨¦l con la tarjeta en la mano y se la volvi¨® a guardar. Minutos despu¨¦s amonest¨® al delantero local que vio su primera amarilla (que ten¨ªa que ser la segunda). Entre tanto, par¨® el partido para que Garay se cambiara las medias que llevaba agujereadas. Lo par¨® en el minuto 50. Garay jug¨® con las medias agujereadas desde el primer minuto. Un recital del colegiado.

Hasta aqu¨ª todo lo que el ¨¢rbitro trat¨® de estropear, pero a pesar de ¨¦l, se pudo ver un magn¨ªfico partido de f¨²tbol que ni siquiera un incompetente pudo frustrar.

La puesta en escena del partido fue claramente del Barcelona, que jug¨® en Mestalla sus mejores 45 minutos de la temporada. Fue un Bar?a intenso, concentrado, agresivo y t¨¢cticamente casi perfecto. El Valencia ni oli¨® la pelota en el primer acto de un partido en el que los blaugrana volvieron a echar de menos frescura y precisi¨®n en los metros finales. Rakitic, Paulinho, Messi e Iniesta, casi siempre desde lejos, pusieron a prueba a Neto, que estuvo impecable excepto en el remate de Leo desde la frontal que se le col¨® entre las piernas y que sac¨® cuando hab¨ªa sobrepasado claramente la linea de gol ante la desesperaci¨®n de la defensa local, la tristeza del p¨²blico, la alegr¨ªa de los visitantes y la inopia del equipo arbitral. De las 47.775 personas que estaban en el estadio s¨®lo dos no se enteraron que la pelota hab¨ªa entrado. Precisamente, las que estaban ah¨ª cobrando una pasta para validar la acci¨®n.

Si la primera parte fue del Barcelona, en la segunda cambi¨® el decorado como era de esperar. El Valencia no pod¨ªa seguir siendo un corderito y a los barcelonista antes o despu¨¦s les iba a pasar factura el partido de Champions del mi¨¦rcoles ante la Juventus.

Sali¨® el Valencia mucho m¨¢s intenso y agresivo y Semedo empez¨® a pasarlo fatal defendiendo su posici¨®n, por donde Gay¨¤ y Guedes se proyectaban como centellas. En una de estas jugadas, el Valencia hizo lo que fue incapaz de hacer el Bar?a durante toda la primera parte: acertar en el ¨²ltimo pase. Gay¨¤ lleg¨® a la l¨ªnea de fondo y Rodrigo marc¨®. Posteriormente, vino la celebraci¨®n de la peluca a la vista de todo el mundo menos del colegiado.

Trat¨® el Barcelona de reponerse al golpe jugando con m¨¢s velocidad, pero peor que en el primer tiempo. Valverde movi¨® el banquillo de inmediato, pero la reacci¨®n lleg¨® con una jugada marca de la casa. La combita de Messi habilitando la progresi¨®n de Jordi Alba, que sin dejar caer la pelota logr¨® un empate que arreglaba parcialmente el desaguisado del ¨¢rbitro. Pero el f¨²tbol es tan grande que resiste esto y m¨¢s.

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