El Atleti acelera en San Mam¨¦s

Del Wanda Metropolitano se hab¨ªa llevado el gol pero no el aplauso. Pesaba junio, su coqueteo ingl¨¦s, ese porcentaje, seis sobre diez. Todo eso, m¨¢s que sus goles, los de Griezmann, que segu¨ªa siendo el mismo, pero un runr¨²n le rodeaba. Es Griezmann, pero... Es Griezmann, pero... Pero ayer visitaba San Mam¨¦s, campo fetiche, para sacar su capa como si fuera bandera y espantar toda duda y quiz¨¢. Treinta y cinco minutos de confiarse le dejar¨ªa al Athletic antes de sacarla.

Treinta y cinco minutos donde domin¨® m¨¢s el Athletic pero tuvo m¨¢s amenaza un Atleti que estrenaba camiseta, la azul camuflaje y letras rosas que es bonita pero rara. Tanto como mirar al centro y que Thomas sea Tiago y Sa¨²l, Gabi. Gabi y Tiago, el infinito tanto; uno retirado, el otro en el banquillo, t¨² mayor de repente. Tan mayor como lento estuvo San Jos¨¦ cuando, a los diez minutos, recibi¨® un bal¨®n en el coraz¨®n del ¨¢rea. La vida que a veces pasa ante los ojos de un futbolista cuando est¨¢ ah¨ª, ese mientras piensa y va a golpear salv¨® al Atleti y a Oblak de la m¨¢s peligrosa: se la reba?¨® God¨ªn de la pierna con limpieza quir¨²rgica cuando estaba listo, cuando ya sab¨ªa adonde rematar para matar.

Fue despu¨¦s de una volea de Ra¨²l Garc¨ªa que Oblak detuvo en dos tiempos cuando el Atleti equilibr¨® el campo consciente de una ¨²nica verdad: un fallo ser¨ªa morir, jaque mate. Con Gim¨¦nez en el lateral derecho pendiente de cada bal¨®n por alto, sin Williams y con God¨ªn convertido en sombra de Aduriz, literal, el peligro del Athletic se concentraba, sobre todo, en unas botas, las de Munia¨ªn. Algo l¨®gico. Lo inesperado fue por d¨®nde empez¨® a descoser el Atleti el partido: la izquierda de Gait¨¢n.

Parec¨ªa no estar pero estaba y, de pronto, se fue en slalom a la porter¨ªa de Kepa Arrizabalaga y estampaba un bal¨®n en el palo que despert¨® a su equipo, y a Griezmann. Que estaba en su campo fetiche, lo dicho, el reloj dec¨ªa treinta y cinco e iba a quitarse de encima a Unai ?¨²nez para empezar a demostrarlo. O intentarlo, porque enfrente ten¨ªa a Arrizabalaga, 22 a?os y un 1,86 de porterazo, que le detuvo un mano a mano. Pronto pedir¨ªa foco Oblak.

Porque Filipe derrib¨® a Ra¨²l Garc¨ªa en el ¨¢rea (desde un ¨¢ngulo claro; desde otro, dudoso) y Aduriz agarr¨® el bal¨®n mientras Oblak esperaba tranquilo bajo sus palos. Porque daba igual que Aduriz tirara fuerte y arriba, tirara bien. Enfrente estaba ¨¦l, San Jan. ?l y sus guantes: en su porter¨ªa ya no entran los penaltis. Salto felino y bal¨®n despejado. Ya ha detenido seis de diez. H¨¦roe las 24 horas del d¨ªa, todos los d¨ªas, mejor portero del mundo.

Al descanso, San Mam¨¦s engull¨® los bocadillos de la cena con la electricidad a¨²n en el aire. Nada m¨¢s comenzar la segunda parte se cerrar¨ªan todos los est¨®magos de golpe. Si Griezmann segu¨ªa llenando de chispas el estadio en cada carrera, San Jos¨¦ e Iturraspe se deshac¨ªan ante Thomas, Sa¨²l y Koke como si la primera parte, y los balones a Munia¨ªn, fuera de otro partido, de otra vida. Ziganda, consciente, llam¨® a Be?at y Williams, pero lo hizo 60 segundos tarde: s¨®lo vieron de m¨¢s cerca, desde la banda, la pen¨²ltima maravilla de Griezmann en San Mam¨¦s. Fue un toque sutil y un bal¨®n al hueco brutal para la carrera de Koke. Al llegar a Kepa, pausa. Y pase de la muerte atr¨¢s, all¨¢ donde llegaba Correa para marcar a placer. 0-1, el jaque mate.

Y todav¨ªa quedaba otra, la ¨²ltima. Otra despu¨¦s del segundo gol que le anulaban (mal, por cierto), ahora asistencia. Tan exquisita, tan brutal: recibe de espaldas con el pecho y a la media vuelta, como si su melena rubia tuviese ojos, env¨ªa el bal¨®n al pie de Carrasco para que el belga lo cruce y haga el 0-2 ante un Athletic, una vez m¨¢s, derruido por un franc¨¦s que creci¨® en Zubieta. Hubo qui¨¦n, entonces, abandon¨® San Mam¨¦s, negando, pero antes del final a¨²n habr¨ªa un gol anulado a Williams y otro, legal, de Ra¨²l Garc¨ªa, el primero al Atleti desde que se fuera, ese con el que, ya s¨ª, cerrar¨ªa ayer San Mam¨¦s, maison de Griezmann.

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