366 HISTORIAS DEL F?TBOL MUNDIAL | 15 DE DICIEMBRE
La sentencia Bosman cambia el f¨²tbol (1995)
Jean-Marc Bosman, un futbolista belga nacido en 1964, estaba ya de capa ca¨ªda en 1990. Hab¨ªa pasado hac¨ªa dos a?os del Standard al Lieja, equipo menor, y esa temporada el Lieja le ofreci¨® un descenso en sus emolumentos para renovar. ?l prefiri¨® fichar por un Segunda franc¨¦s, el Dunkerque. Pero el Lieja decidi¨® acogerse al derecho de retenci¨®n y pidi¨® una fuerte cantidad por ¨¦l, 12 millones de francos belgas, cuatro veces m¨¢s de la cantidad que en su d¨ªa hab¨ªa pagado al Standard por la ficha del jugador. Entonces Bosman conoci¨® por casualidad a un abogado especializado en Derecho comunitario, Jean-Louis Dupont, que sal¨ªa con su vecina. Le cont¨® el caso y ambos emprendieron un pleito que les har¨ªa c¨¦lebres. Fueron ganando la causa de instancia en instancia, siempre contra recursos de la UEFA, hasta llegar al Tribunal de Justicia de la UE, en Luxemburgo.
All¨ª se estableci¨® este d¨ªa que el art¨ªculo 48 del Tratado de Roma ?se opone a la aplicaci¨®n de las reglas dictadas por las asociaciones deportivas por las que un jugador de f¨²tbol profesional procedente de un Estado miembro, cuando su contrato con un club expira, no puede ser empleado por otro club de un Estado miembro si este no ha entregado al club de origen una indemnizaci¨®n por traspaso, formaci¨®n o promoci¨®n?. La consecuencia fue la libre circulaci¨®n en el ¨¢mbito europeo de los jugadores de los pa¨ªses miembros de la UE, ¨¢mbito que a su vez se ha ido ampliando con los a?os. En la pr¨¢ctica, derribaba las barreras proteccionistas con las que desde siempre el f¨²tbol hab¨ªa tratado de proteger a las canteras limitando en lo posible el paso de futbolistas de unos pa¨ªses a otros.
A pesar de cierto movimiento de p¨¢nico en los primeros tiempos, de fuertes protestas y hasta de un pretendido ?pacto de caballeros? entre los clubes italianos para actuar de espaldas a la ?sentencia Bosman? (que com¨²nmente conocemos, con cierta impropiedad, como ?ley Bosman?), la verdad es que no trajo ninguna cat¨¢strofe. El f¨²tbol est¨¢ m¨¢s saludable que antes, pese a que han llegado a darse casos (el del Chelsea fue el primero, en 2000) de alg¨²n equipo que ha salido al campo sin ning¨²n jugador nacido en el propio pa¨ªs. Pero el mercado se ha hecho m¨¢s activo, las canteras han seguido funcionando y las televisiones han terminado por hacer del f¨²tbol su espect¨¢culo favorito. Y el gran equipo del momento es el Bar?a, que tiene una enorme proporci¨®n de jugadores creados en su seno.
Bosman obtuvo de la Federaci¨®n belga una indemnizaci¨®n de 20 millones de francos belgas, unos 70 millones de pesetas, en 1998. Tambi¨¦n tuvo una gratificaci¨®n extra: los jugadores de Pa¨ªses Bajos, en reconocimiento, le entregaron en una ocasi¨®n la prima por un partido ganado. ?l llam¨® al capit¨¢n, Frank de Boer, para agradec¨¦rselo, y este le respondi¨®: ?No, no, no, somos nosotros los que tenemos que estarte agradecidos. Si no fuera por ti, yo no estar¨ªa en el Barcelona?. Pero ahora su vida transcurre modestamente, en el campo, con colaboraciones ocasionales como comentarista de televisi¨®n en partidos de Champions. Su lucha enriqueci¨® mucho m¨¢s a otros que a ¨¦l mismo, pero en todo caso su nombre alcanz¨®, por aquella sentencia, una celebridad a la que nunca hubiera podido aspirar por su papel en los terrenos de juego.