El Virus FIFA, un problema tan viejo como el f¨²tbol
En 1971, Madrid, Bar?a y Valencia ya se quejaban de ¨¦l al seleccionador Kubala. Tras la ley Bosman de 1996, el virus se convirti¨® en una pandemia.
Ya en 1971, a?o en el que arranc¨® con fuerza el AS Color, se hablaba del Virus FIFA, un mal antiguo en el f¨²tbol. Aunque, por supuesto, no se le conoc¨ªa con aquel nombre. ¡®Los Internacionales no responden¡¯ era el enunciado de una peque?a pieza de la secci¨®n llamada ¡®Los Cotilleos¡¯, escrita semanalmente por Nivardo Pina. Entonces, el Virus FIFA era s¨®lo un rumor. Ahora es un mal end¨¦mico para los grandes equipos.
¡°Los t¨¦cnicos espa?oles, especialmente aquellos que figuran en primer¨ªsimo plano en la aportaci¨®n de jugadores a las listas de internacionales, comienzan a exteriorizar ¡ªaunque por el momento sea por lo ¡®bajinis¡¯¡ª sus protestas por sus continuas concentraciones y entrenamientos nacionales, y por sus consecuencias, ya a la vista de todos¡±, rezaba el despiece de esa secci¨®n de ¡®Los Cotilleos¡¯, de diciembre de 1971. ¡°Porque lo cierto es que el jugador llamado por Kubala (entonces seleccionador nacional), a su regreso al club respectivo, aunque s¨®lo sea por dos d¨ªas de ausencia, nota la p¨¦rdida de ritmo a que est¨¢ acostumbrado y en el partido siguiente acusa el cambio y, sobre todo, no se muestra f¨ªsicamente como en anteriores encuentros. El Madrid y el Valencia lo vienen advirtiendo ¨²ltimamente. ?Lo ha tenido o lo tiene en cuenta el actual t¨¦cnico nacional? Este cotilleo est¨¢ siendo estudiado por nuestra Federaci¨®n¡±, conclu¨ªa el despiece de aquel AS Color.
Pues as¨ª estaban las cosas en 1971. Ya hab¨ªa mosqueo, pero para enfado el de Mourinho cuando, siendo entrenador del Real Madrid, tras una convocatoria de 19 de sus jugadores, volvieron lesionados de larga duraci¨®n Marcelo (para cinco meses tras una intervenci¨®n en el quinto metatarsiano) y Coentrao, y de corta duraci¨®n Arbeloa. Y para m¨¢s inri, Benzema y Khedira regresaron tocados y ¨¦ste ¨²ltimo se lesion¨® en sus primeros minutos jugados con el Madrid tras volver del Virus FIFA en un partido importante ante el Borussia (sali¨® Modric y el Madrid acab¨® perdiendo, sobrepasado en la media). ¡°A¨²n no hemos pagado la factura del ¨²ltimo Virus FIFA¡±, dijo Mourinho tras aquello, pensando en que los largos viajes, el cambio de huso horario, temperatura, modo de entrenamiento y alimentaci¨®n causar¨ªan m¨¢s estragos en su plantilla. Para el siguiente par¨®n por partidos con las selecciones, Mourinho consigui¨® bajar la cifra de sus convocados de 19 a ocho, en parte porque algunos de sus futbolistas estaban lesionados y en mayor parte a¨²n gracias a sus gestiones personales con los distintos seleccionadores, que permitieron esas ausencias.
En aquel a?o 1971, el Valencia, entrenado por Di St¨¦fano, ven¨ªa de ser campe¨®n de Liga y por lo tanto eran varios los jugadores che convocados por Kubala. En concreto, en el amistoso ante Chipre (7-0) jugado en Los C¨¢rmenes, el 22 de noviembre de ese a?o (el partido previo al escrito de ¡®El Cotilleo¡¯ al que nos referimos), fueron tres valencianista (Sol, Claramunt y Quino), el mismo n¨²mero que blaugranas (Gallego, Reina y Marcial), y uno menos que madridistas (Pirri, Amancio, Aguilar y Benito). Estos eran precisamente los tres equipos que se estaban jugando la Liga, que finalmente ganar¨ªa el Real Madrid con 47 puntos, dos m¨¢s que el Valencia y cuatro m¨¢s que el Barcelona.
El caso es que esa queja, que entonces era s¨®lo un rumor, no estaba tan fundamentada, o al menos no tanto como lo est¨¢ ahora si tenemos en cuenta lo que vino despu¨¦s. En la temporada 1973-74 se abri¨® la Liga a los extranjeros. Dos por plantilla. Ese n¨²mero sufri¨® peque?as modificaciones, pero la principal fue con la Ley Bosman, cuya sentencia de 1995 permit¨ªa la libre circulaci¨®n de futbolistas comunitarios. Ya no hab¨ªa l¨ªmite de fichas en los equipos para ellos. La ¨²nica limitaci¨®n era de cuatro extracomunitarios por equipo y tres de ellos como m¨¢ximo sobre el campo (recientemente se redujo a tres en plantilla y los tres jugando). A partir de la Ley Bosman, los grandes de Europa convirtieron sus equipos en aut¨¦nticas Torres de Babel con los mejores jugadores de cada pa¨ªs, en la mayor¨ªa de los casos, internacionales con sus selecciones.
Esto afect¨® notablemente al n¨²mero de canteranos que sub¨ªan a los primeros equipos en las grandes entidades. Si antes los chavales compet¨ªan en su puesto con canteranos espa?oles, ahora lo hac¨ªan con chicos de toda la Comunidad Europea. Y a pesar de eso, los equipos espa?oles siguieron sacando grandes jugadores.
Volviendo a las primeras quejas por el Virus FIFA, ya es imposible preguntar a Kubala, que dirig¨ªa a la Selecci¨®n en 1971 y lo hizo hasta 1980. Ya es imposible saber si se sent¨ªa presionado por los entrenadores de los equipos de los que m¨¢s jugadores reclutaba. Pero recurrimos a Jos¨¦ Emilio Santamar¨ªa, que cogi¨® su testigo al frente de La Roja para el Mundial de 1982. ¡°?A m¨ª no me llamaba nadie! Faltar¨ªa m¨¢s¡ Hab¨ªa un respeto tremendo y la conciencia de que, para un jugador, vestir los colores de la Selecci¨®n era llegar a lo m¨¢s alto. Y eso hay que respetarlo. Lo que ocurre ahora es que la densidad de partidos y de viajes se ha multiplicado por mil, y est¨¢n machacando a los futbolistas. Yo viv¨ª las dos caras de la moneda, porque tambi¨¦n fui entrenador del Espa?ol. Y siempre fui comprensivo con esa situaci¨®n. Es, digamos, el precio que las grandes entidades tienen que pagar por tener una plantilla de alto nivel plagada de internacionales¡±. El caso es que, en el f¨²tbol moderno, la mayor¨ªa de los jugadores de grandes equipos se acercan a los 70 partidos oficiales por temporada.
Pod¨ªamos dar simples datos, pero la realidad es que todos los equipos de la Liga saben que es m¨¢s f¨¢cil meterle mano a los dos grandes despu¨¦s de un par¨®n de selecciones y de los largos viajes que para algunos de sus integrantes (sobre todo, los sudamericanos) supone habitualmente. Es un tema que viene de lejos, como reflejaba aquel AS Color de diciembre de 1971. Un problema que se ha venido acentuando hasta convertirse en un virus. En el Virus FIFA.