Boskov, sabia teor¨ªa futbol¨ªstica: "F¨²tbol es f¨²tbol"
¡°M¨¢s vale perder un partido por nueve goles, que nueve partidos por un gol¡±, dijo como t¨¦cnico madridista tras perder un amistoso ante el Bayern 9-1.

Si hubiera que escribir un libro sobre citas m¨ªticas en el mundo del f¨²tbol, Vujadin Boskov deber¨ªa firmar el pr¨®logo. Sus frases y reflexiones siguen teniendo vigencia d¨¦cadas despu¨¦s. El t¨¦cnico yugoslavo fue el padre del t¨®pico m¨¢s repetido en la historia de este deporte y de una realidad tautol¨®gica: ¡°F¨²tbol es f¨²tbol¡±. ¡°Ga?ar es ga?ar, dos puntos son dos puntos y t¨ªtulo es t¨ªtulo¡± constitu¨ªa la breve, sencilla, pero sabia teor¨ªa del t¨¦cnico yugoslavo, cuya rotundidad y l¨®gica nadie habr¨¢ podido discutir. Incluso, ha inspirado el nombre de un programa de televisi¨®n como ¡®F¨²tbol es F¨²tbol¡¯, de Telemadrid. Esa c¨¦lebre frase surgi¨® en 1978 cuando dirig¨ªa al Zaragoza y todav¨ªa no dominaba bien el castellano. Boskov supo adaptarse a la perfecci¨®n a los tradicionales h¨¢bitos de los espa?oles, sac¨¢ndose de la chistera frases para la posterioridad? como: ¡°M¨¢s vale perder un par tido por nueve goles, que nueve partidos por un gol¡±. El Madrid fue humillado en un amistoso ante el Bayern M¨²nich, en el verano de 1980, al perder 9-1. Boskov suaviz¨® el impacto de aquel sonrojo, provocando una sonrisa en pleno funeral con esa m¨ªtica frase.
Vujadin Boskov fue un grand¨ªsimo jugador de la inolvidable Vojvodina de Novi Sad (1946-60) y de la extinta Yugoslavia. Fue 58 veces internacional y elegido junto con Did¨ª como el mejor centrocampista del Mundial de Suecia de 1958. Como futbolista milit¨® en la Sampdoria (1961-62), a la que luego entrenar¨ªa con ¨¦xito, y acab¨® su carrera en el Young Boys (1962-64), donde empez¨® a entrenar para regresar a su pa¨ªs. Fue el director t¨¦cnico de la Vojvodina de 1964 a 1971. En aquel instante, dio el salto a la selecci¨®n yugoslava (1971-73). Espa?a y Yugoslavia quedaron emparejados junto a Grecia en el mismo grupo de clasificaci¨®n para el Mundial de 1974. Un infausto recuerdo para toda una generaci¨®n de espa?oles. Aquella clasificaci¨®n acab¨® con un partido de desempate en Frankfurt entre ambas selecciones y con el fat¨ªdico gol del central Katalanski, que envi¨® al limbo el sue?o de miles espa?oles que se hab¨ªan quedado tambi¨¦n sin ver a La Roja en el Mundial de M¨¦xico de 1970. Boskov fue responsable, en parte, de aquella debacle, porque dirigi¨® los dos partidos de clasificaci¨®n, en Las Palmas (2-2) y en Zagreb (0-0), pero en el de desempate fue sustituido por una comisi¨®n de cinco hombres formada por Milovan Ciric, Miljan Miljanic, Milan Ribar, Sulejman Rebac y Tomislav Ivic. ¡°Un entrenador siempre tiene que marcharse¡±, fue otra de sus famosas frases.
El que fuera seleccionador de Yugoslavia viaj¨® hasta Valencia en septiembre de 1971 para presenciar en directo el partido de Copa de Europa entre el Valencia y el Hajduk Split (0-0). Boskov dec¨ªa: ¡°En Espa?a, la Selecci¨®n es ahora m¨¢s fuerte que los clubes¡±. Siempre ten¨ªa palabras de elogio para los equipos rivales, en este caso, la Selecci¨®n espa?ola. ¡°Mi jugador favorito espa?ol es Vel¨¢zquez. Tambi¨¦n suenan mucho en mi pa¨ªs Amancio, G¨¢rate y Pirri¡±, aseguraba. Boskov entend¨ªa el f¨²tbol como deporte, no como espect¨¢culo de estrellas. Ven¨ªa de la Yugoslavia comunista y la concepci¨®n del grupo por encima del individuo era su primer mandamiento. Pero el Boskov con 40 a?os almacenaba todav¨ªa un ramalazo rom¨¢ntico del f¨²tbol, por ah¨ª su debilidad por el f¨²tbol art¨ªstico de Manolo Vel¨¢zquez. No obstante, era un hombre criado en la escuela balc¨¢nica, obsesionado con el orden defensivo y no encajar goles. Su mejor arma en ataque era el contragolpe. Muchos le vieron como una fotocopia de Miljanic, pero es verdad que los comienzos de Boskov no fueron tan amarrateguis como lo que luego fue su carrera a partir de su llegada al Real Madrid. ?l llamaba f¨²tbol administrativo al que segu¨ªa un orden jer¨¢rquico y los jugadores no pod¨ªan salirse de sus roles. Seg¨²n el propio Boskov, Miljanic estaba m¨¢s empapado por el f¨²tbol ingl¨¦s. Vujadin, en cambio, se vio muy influenciado por el f¨²tbol holand¨¦s, que beb¨ªa de las fuentes del f¨²tbol ingl¨¦s, italiano y alem¨¢n... Su periplo en el FC Den Haag (1974-76) y en el Feyenoord (1976-78) le impregnaron de un f¨²tbol ofensivo, con el que mantuvo el estilo en el Zaragoza (1978-79), siendo conocido como un ¡®matagigantes¡¯.
Aquel Boskov seleccionador de Yugoslava en 1971 arranc¨® un empate a dos goles a la Espa?a de Kubala, el 19 de septiembre de 1972, en Las Palmas. Una ciudad que posteriormente le traer¨ªa malos recuerdos como t¨¦cnico del Real Madrid. All¨ª, un 28 de marzo de 1982, perdi¨® en la jornada 32 y present¨® su dimisi¨®n. ¡°Con Boskov en el banquillo, el Madrid gan¨® 118 partidos, empat¨® 43 y perdi¨® 31, con 331 goles a favor y 173 encajados. Se lograron once trofeos veraniegos, un t¨ªtulo de Liga, otro de Copa, un subcampeonato de Liga, perdido s¨®lo por un gol, y un subcampeonato de Europa, aparte de que en el a?o 1980 se eligi¨® al Madrid como mejor equipo europeo¡±, as¨ª le despidi¨® Luis de Carlos. El Madrid viv¨ªa un per¨ªodo de inestabilidad institucional. Con la muerte de Santiago Bernab¨¦u, en 1978, Luis de Carlos busc¨® en Boskov un perfil similar al de Miljanic, como en su d¨ªa hizo don Santiago. Pero no se consigui¨® la estabilidad pretendida y, con las elecciones a la vuelta de la esquina (1982), Boskov fue el cabeza de turco, que se march¨® entre l¨¢grimas de la antigua Ciudad Deportiva.
El t¨¦cnico yugoslavo consigui¨® armar un equipo con gente de la casa y llegar a la final de la Copa de Europa ante el Liverpool, con el famoso Madrid de los Garc¨ªa. Pero el proyecto no termin¨® de explotar. Tampoco gustaba al p¨²blico la vida alocada del fichaje estrella Cunningham, que lleg¨® a ser pillado en la discoteca Joy Eslava de juerga, con muletas y escayolado. Incluso, en esa temporada 1981-82, la eliminatoria ante el Kaiserslautern, en los cuartos de final de la UEFA, acab¨® en indignaci¨®n. En la ida, en el Santiago Bernab¨¦u, el Madrid gan¨® 3-1, pero el p¨²blico pitaba al mism¨ªsimo Juanito y ped¨ªa la dimisi¨®n de Boskov. En la vuelta, el equipo madridista perdi¨® 5-0 y en las cr¨®nicas alemanas aseguraban que ¡°una panda de le?adores hab¨ªan borrado el nombre de Real¡±. La situaci¨®n era insostenible y la derrota en Las Palmas propici¨® su dimisi¨®n. Boskov aseguraba que en su ¨¦poca de entrenador exist¨ªa mucho antimadridismo. No en vano, el t¨¦cnico yugoslavo vio nacer el famoso ¡°?As¨ª, as¨ª, as¨ª gana el Madrid!¡± de El Molin¨®n. El Sporting tuvo la Liga a tiro en la 1978-79. Se midi¨® al Madrid en El Molin¨®n, en la jornada 26, empatados ambos a 36 puntos. Gan¨® el equipo blanco y luego conquist¨® el t¨ªtulo. El equipo asturiano se qued¨® segundo, a cuatro puntos. En la siguiente temporada, saltaron las chispas. Un roce entre Isidoro San Jos¨¦ y Ferrero, por el que este ¨²ltimo fue expulsado en el minuto seis, encresp¨® al p¨²blico. El colegiado suspendi¨® el partido durante 15 minutos. Lluvia de almohadas y un: ¡°As¨ª, as¨ª, as¨ª gana el Madrid¡±. Toda Espa?a fue testigo, porque fue televisado en directo.
Boskov, precisamente, entren¨® al conjunto rojiblanco la temporada 1982-83 y 1983-84. Ah¨ª puso punto final a su relaci¨®n directa con el f¨²tbol espa?ol. Aunque, a?os m¨¢s tarde, en la Eurocopa de 2000, el t¨¦cnico yugoslavo se volver¨ªa a ver las caras con la Selecci¨®n espa?ola. Aquella Yugoslavia no era la de Oblak, Surjak, Bajevic, Dzajic y Katalinski y la que luego cay¨® estrepitosamente en la segunda fase del Mundial de Alemania, despu¨¦s de haber cobrado y gastado en compras la prima que el Mariscal Tito les prometi¨® si superaban esa primera fase. Aquella Yugoslavia de 2000, en palabras del propio Boskov en una entrevista a El Pa¨ªs, ¡°hablaba de cualquier cosa antes que de pol¨ªtica. La atm¨®sfera era buena en el vestuario, no permit¨ªa hablar de esos temas. Pero el pa¨ªs estaba mal, cada rep¨²blica tiraba por su lado¡±. En la fase de grupos del a?o 2000, la Selecci¨®n protagoniz¨® una gran remontada en apenas tres minutos, ya que perd¨ªa por 3-2 contra la antigua Yugoslavia. Una gesta que sirvi¨® de poco para la Roja al caer en cuar tos ante Francia (1-2) y los Plavi acabaron aquella Eurocopa ridiculizados tambi¨¦n en cuartos por Holanda (6-1).