SUPERCOPA DE EUROPA
Guardiola mantiene la ventaja sobre Mou en su duelo particular
Pese a la victoria del Bayern en los penaltis, estad¨ªsticamente es el sexto empate que se produce en enfrentamientos directos entre equipos dirigidos por el catal¨¢n y el portugu¨¦s.
Josep Guardiola y Jos¨¦ Mourinho se hab¨ªan medido hasta en quince ocasiones previas al encuentro de esta noche que enfrent¨® a Bayern M¨²nich y Chelsea en Praga, pero en ninguna de ellas lo hab¨ªan hecho con un t¨ªtulo europeo en juego. Es por ello que la lucha por la conquista de la Supercopa de Europa adquir¨ªa un significado especial para dos de los mejores entrenadores del f¨²tbol europeo en los ¨²ltimos tiempos.
Pese a que en la previa ninguno quiso profundizar sobre los cap¨ªtulos anteriores de la rivalidad que ambos protagonizan, la victoria del Bayern en los penaltis supone un espaldarazo a la forma de concebir y vivir el f¨²tbol del t¨¦cnico catal¨¢n respecto a la de su hom¨®logo en el banquillo del Chelsea, aunque este no salga mal parado por el empate a dos tras la pr¨®rroga y el tiempo reglamentarios.
La reedici¨®n de la final de la Champions 2011/2012 ¨Ccon victoria para los londinenses, entonces dirigidos por Roberto Di Matteo, sobre los pupilos de Jupp Heynckes en la tanda de penaltis¨C en el Estadio Eden de la capital de la Rep¨²blica Checa ha supuesto el sexto empate en los enfrentamientos directos entre equipos entrenados por el luso y el espa?ol. De esta forma, la?estad¨ªstica contin¨²a favorable al catal¨¢n con siete triunfos, seis empates y tan s¨®lo tres derrotas.
La primera vez que ambos midieron sus fuerzas en los banquillos fue durante la primera jornada de la Champions 2009/2010 en San Siro. El partido acab¨® con un empate sin goles. Por aquel entonces Mou entrenaba al Inter de Mil¨¢n y Pep afrontaba su segundo curso al frente del Barcelona. Dos meses m¨¢s tarde, en la vuelta de la fase de grupos el club catal¨¢n se impuso por 2-0 en el Camp Nou. El destino quiso que ambos conjuntos volvieran a verse las caras en semifinales con un premio muy apetecible para ambos: el Inter volver a disputar una final de la Liga de Campeones 38 a?os despu¨¦s y el Bar?a tener la posibilidad de ganar la ¡®Orejona¡¯ en el Santiago Bernab¨¦u. En la ida, el cuadro interista se impuso 3-1, haciendo imposible la remontada de los catalanes en Barcelona pese a la victoria por 1-0.
Aquella pen¨²ltima ronda depar¨® varias acciones pol¨¦micas con goles en fuera de juego y expulsi¨®n de Motta incluida, aunque para el recuerdo queda la imagen de Mourinho acerc¨¢ndose a Guardiola durante el encuentro con Ibrahimovic de testigo. ¡°En condiciones normales vamos a ser campeones¡±, dijo el luso en el o¨ªdo del espa?ol. Horas despu¨¦s, la instant¨¢nea de Jos¨¦ celebrando la clasificaci¨®n con los aspersores del Camp Nou encendidos ocup¨® buena parte de las portadas de los diarios de todo el mundo.
Las dos temporadas siguientes, el duelo que libran los dos laureados entrenadores pas¨® a convertirse en un asunto dom¨¦stico con el f¨²tbol espa?ol como beneficiario. La manita que le endos¨® el Barcelona al Real Madrid supuso el mayor rev¨¦s para un equipo entrenado por Mourinho. Aquella dolorosa derrota cambiar¨ªa los planteamientos del portugu¨¦s de cara a los sucesivos duelos contra los cul¨¦s. Con la Copa del Rey, merced a un cabezazo de Cristiano Ronaldo en la pr¨®rroga, Mourinho consigui¨® su primer t¨ªtulo con el club blanco y deshizo la posibilidad de que el de Santpedor pudiera repetir el triplete logrado el a?o anterior. De hecho, el Bar?a gan¨® la Liga y la Champions, dejando en la cuneta a los madridistas en las semifinales de esta competici¨®n. Un doblete de Messi en la ida del Bernab¨¦u decidi¨® la eliminatoria, haciendo intrascendente el 1-1 que se produjo en la ¡®Ciudad Condal¡¯ una semana despu¨¦s.
Aquella tormenta de Cl¨¢sicos llev¨® la rivalidad entre Madrid y Barcelona a cotas de tensi¨®n nunca vistas hasta entonces. En la comparecencia anterior al comienzo de la eliminatoria entre los dos colosos, Guardiola sorprendi¨® a diestro y siniestro al saltarse su gui¨®n habitual y estallar ante la prensa tras las sucesivas provocaciones de Mourinho. ¡°En esta sala ¨¦l es el puto jefe, el puto amo, es el que m¨¢s sabe del mundo¡±, expres¨®. La expulsi¨®n de Pepe en el partido de ida encendi¨® los ¨¢nimos del por entonces t¨¦cnico madridista que no dud¨® en responderle 24 horas despu¨¦s: ¡°Guardiola gan¨® una Champions que a m¨ª me dar¨ªa verg¨¹enza haber ganado¡±, coment¨® en alusi¨®n al duelo de Stamford Bridge entre Chelsea y Barcelona en las semifinales de 2009.
Al comienzo del curso 2011/2012, madrile?os y catalanes volvieron a verse las caras en la Supercopa de Espa?a, ganada por el Bar?a, pero recordada por el dedo que Mourinho le meti¨® a Tito Vilanova ¨Cpor entonces segundo entrenador azulgrana- en el ojo. ¡°Las im¨¢genes hablan por si solas. No se pueden hacer estas cosas. Alg¨²n d¨ªa nos haremos da?o y todos somos responsables de ello¡±, coment¨® posteriormente Pep, en unas declaraciones que resultar¨ªan premonitorias poco despu¨¦s cuando anunci¨® su marcha al t¨¦rmino de esa misma temporada.
Con el paso de los meses y tras conocerse la enfermedad de Vilanova, los ¨¢nimos fueron calm¨¢ndose. Los dos grandes se enfrentaron en cuartos de final de la Copa del Rey, con resultado favorable para los catalanes tras la victoria cul¨¦ en la Castellana (1-2) y el empate en la Ciudad Condal (2-2). Anteriormente, los cul¨¦s obtuvieron un nuevo y justo triunfo liguero en el feudo madridista por 1-3 ¨Cgran actuaci¨®n de Alexis-, aunque en la vuelta Mourinho consigui¨®, por fin, vencer en el Camp Nou por 1-2 con tanto decisivo de Cristiano y sentenciar su ¨²nica Liga como t¨¦cnico blanco.
Tras el retiro de Pep y su posterior a?o sab¨¢tico en Nueva York, los duelos entre ambos titanes de los banquillos ¨Ccon sus librillos tan opuestos como variados t¨¢cticamente- se detuvieron hasta que en una noche de finales de verano en Praga ambos volvieron a reencontrarse y retomaron un pulso que ya forma parte de la historia del f¨²tbol. El gran partido jugado por Bayern y Chelsea as¨ª lo atestigua.